El hostelero de San Vicente que se ha convertido en presidente de Abengoa
Clemente Fernández, que ha hecho una fortuna en Bolsa, se ha especializado en levantar las grandes empresas caídas, uniendo a los accionistas minoritarios
La salvación de la mayor empresa de Andalucía, Abengoa, ha pasado a estar controlada por tres cántabros: el empresario hotelero de San Vicente de la Barquera Clemente Fernández, el expresidente regional José Joaquín Martínez Sieso y el CEO de Sayme, Alfonso Murat. Fernández encabezaba una plataforma de pequeños accionistas que aportará una línea de financiación, negociará con los acreedores y tratará de conseguir que la compañía reciba 249 millones de los fondos de rescate de la SEPI. Abengoa es un gigante con 14.000 empleados y decenas de miles de accionistas.
Clemente Fernández, propietario de un hotel en San Vicente de La Barquera y experto inversor en bolsa donde maneja como nadie los análisis técnicos, se ha convertido en el presidente de la mayor empresa de Andalucía, tras llegar al consejo a través de una plataforma de accionistas denominado AbengoaShares, que ha dado la batalla desde hace muchos meses para reemplazar al anterior equipo, al que culpa de no ser capaz de detener el descalabro de este gran holding energético.
Fernández mete a dos cántabros más en el consejo: el expresidente regional José Joaquín Martínez Sieso (en la filial Abenewco 1), y el CEO de la empresa tecnológica Sayme, Alfonso Murat. Curiosamente, a partir de ahora, al otro lado de la mesa de negociación, y también en los tribunales, van a tener al Banco Santander, que está al frente de los acreedores de Abengoa.
Que un grupo de cántabros haya asumido el reto de resolver la mayor crisis empresarial habida en España desde hace años, es consecuencia de la incapacidad de los sucesivos consejos de Abengoa para sacar adelante la compañía, debido a su elevadísimo endeudamiento.
La matriz de Abengoa pidió en febrero el concurso de acreedores, después de que fracasasen varias operaciones de salvamento y de quedarse sin liquidez ni avales; con unas deudas de 1.000 millones, un patrimonio negativo de 388 y la cotización suspendida. Peligra también el resto del grupo, en mejores circunstancias de liquidez pero con una deuda de 5.800 millones.
Ha sido presidente de Amper
El empresario cántabro, a pesar de ser poco conocido en la comunidad autónoma, tiene una importante hoja de servicios en la gran empresa, ya que anteriormente tuvo un papel decisivo en otras dos cotizadas que también se encontraban en crisis, Dogi y la histórica Amper.
En Amper, este cántabro de 57 años fue nombrado presidente en 2017, dos horas después de que una junta de accionistas ratificase al entonces presidente, Espinosa de los Monteros, que fue destituido fulminantemente cuando intentó cobrar un bonus aprovechando una ampliación de capital destinada a salvar la empresa. Después de reflotarla, ha mantenido la presidencia del consejo hasta hace solo unas semanas, en que dio el relevo al exministro de Defensa del PP Pedro Morenés.
En una operación parecida, Fernández lideró la asociación de minoritarios de la textil catalana Dogi que tomó el control de la compañía.
En la matriz de Abengoa iba a entrar en el consejo el pasado mes de diciembre con el apoyo de los accionistas minoritarios, pero el candidato era entonces Marcos de Quinto, exvicepresidente de CocaCola y diputado de Cs, que, en una maniobra inesperada cambió de bando y pasó a respaldar al consejo de administración.
Las cosas no fueron mejor en estos meses para la empresa sevillana y Fernández llegó a la junta general del 1 de octubre con un apoyo accionarial más que suficiente para dar el golpe de mano definitivo. Dos horas antes de que se celebrase la asamblea se alcanzaba el acuerdo. El presidente de la matriz, Juan Pablo López-Bravo, a la vista de que esta vez nada le evitaría ser destituido, dejaba el cargo, que pasaba a manos de Clemente Fernández, portavoz de los minoritarios y ese acuerdo ponía fin al largo conflicto interno.
El empresario cántabro ha conseguido el apoyo de más de un 20% del capital en una compañía donde el accionariado está muy repartido, llega dispuesto a refinanciar la compañía y sacarla a flote sin romper el grupo. Una de las claves será la obtención de los 249 millones solicitados al Fondo de Rescate que gestiona la SEPI, destinado a la supervivencia de empresas estratégicas para el país. Abengoa lo es, pero está por aclarar si puede acogerse a este fondo, al que también han acudido tres importantes metalúrgicas cántabras, ya que está reservado a las compañías viables que han entrado en crisis como consecuencia de la pandemia y la de Abengoa viene de más lejos.
Un grupo financiero e industrial
Clemente Fernández ha forjado un importante patrimonio societario a través de inversiones en bolsa, a las que siempre fue aficionado, con cuyos rendimientos ha conseguido formar un grupo industrial y financiero propio.
Sus inversiones en bolsa se han basado siempre en estudios del análisis técnico de las compañías cotizadas. Desde 1993, en que comenzó a invertir a diario desde su hotel, siempre trató de buscar las razones del comportamiento de los valores. Este criterio analítico le sirvió para constatar, por ejemplo, la importancia que tienen en la cotización diaria las operaciones que se realizan fuera de los mercados.
El profundo conocimiento de la renta variable no le ha evitado incurrir en operaciones poco rentables, pero siempre ha puesto un gran empeño en pelear las pérdidas, hasta el punto de acabar haciéndose con el timón de esas compañías.
Los trabajadores de Abengoa han acogido la entrada de Fernández y su equipo con entusiasmo, tanto por su compromiso de inyectar 22 millones de euros para poner en marcha un nuevo plan de financiación, como por la expectativa que crea el rescate por parte de la SEPI después de que la Junta de Andalucía le negase a la empresa el apoyo.
El fichaje de Sieso
El nombre más conocido de esta operación de rescate de Abengoa no es el de Clemente Fernández sino el del expresidente cántabro José Joaquín Martínez Sieso, que vuelve a tener notoriedad pública después de abandonar la política en 2015.
Nacido en Bilbao en 1956, aunque de familia cántabra y residente siempre en la región, Martínez Sieso es licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto y MBA por el Instituto de Empresa de Madrid. Tras una breve vida profesional como director de la Oficina de Incentivos Regionales, encabezó la lista del Partido Popular al Parlamento cántabro en 1995 y alcanzó la presidencia de la comunidad autónoma gracias a un pacto con el PRC que le permitía sumar la mayoría absoluta.
Después de dos legislaturas en la presidencia regional, y al no poder reconstruir el pacto de Gobierno con Miguel Ángel Revilla, que prefirió la alianza con el PSOE, en 2004 se convirtió en diputado por Cantabria en el Congreso, donde estuvo dos legislaturas.
En 2011 fue nombrado presidente de la Autoridad Portuaria de Santander y a partir de 2015 se alejó de la política activa. Abrió un despacho de consultoría para empresas que tardó en despegar y desde el que en los últimos años ha venido colaborando intensamente con Clemente Fernández, al igual que Alfonso Murat.
Martínez Sieso entra en el consejo de la filial Abenewco1 donde tendrá menos visibilidad pública que en el de la sociedad matriz, pero su papel es igual de importante, ya que el éxito de la operación Abengoa exige controlar también las filiales, que pueden ser el principal sostén del grupo. Aunque no han presentado cuentas, su situación patrimonial es francamente mejor que la de la cabecera del holding.
Apuesta personal por la éolica marina
El inversor cántabro se considera un financiero, aunque también tiene una clara vocación industrial y está convencido del potencial que tiene la energía naval. Suele lamentar que España la haya dejado de lado, en parte porque no tiene una plataforma continental extensa, como los países del norte, que gracias a la escasa profundidad de su litoral, pueden fijar los aerogeneradores al fondo, mientras que los flotantes de alta mar todavía necesitan un desarrollo tecnológico.
Abengoa ha sido un referente mundial en nuevas energías, sobre todo, las de origen solar, y con Clemente Fernández al frente es probable que también se plantee posicionarse en la eólica marina.
Un gigante zombi que espera resucitar
La compañía sevillana, que fue un emblema de la ‘Marca España’ alcanzaba en 2014 los 7.245 millones de euros de facturación, tres cuartas partes de los cuales procedían del extranjero, y su ebitda superaba los 1.400 millones. Por entonces su plantilla se estimaba en unos 26.000 trabajadores, de los cuales el 70% estaban fuera del país.
Un 25% de sus ingresos procedía de los Estados Unidos, donde había construido en California la planta termosolar más grande del mundo, que también gestionaba.
Cuando el sol más brillaba en sus centrales, más se ocultaba en sus cuentas. El fuerte endeudamiento y una caída de facturación, provocó, a partir de 2015 un rápido proceso de deterioro del patrimonio de la empresa que fundaron en 1941 los ingenieros Javier Benjumea y José Manuel Abaurre. Cuando se hizo pública la gravedad de la situación, el problema ya era inabordable y la familia Benjumea, propietaria del 53% del capital, se vio obligada a pedir el preconcurso de acreedores y dar un paso atrás, aunque sin soltar del todo las riendas. En julio de 2017 las acciones apenas valían un céntimo. En 2019 las ventas habían descendido a 1.400 millones de euros y el patrimonio neto era negativo por valor de 4.670 millones.
Abengoa tiene decenas de instalaciones energéticas repartidas por España, Estados Unidos, Brasil y varios países hispanoamericanos, centrales solares y fotovoltaicas, plantas de biocombustibles, de reciclaje de metales, de cogeneración, parques eólicos, tendidos eléctricos, depuradoras de agua, desaladoras, construcciones metálicas, ingenierías, constructoras de obras públicas… Un complejísimo grupo al que, si se incluyen las participadas indirectamente, también pueden encontrarse empresas de telecomunicaciones, de transporte o distribución de agua. Un gigante zombi que espera volver a la vida de la mano de un equipo cántabro.
Esto es lo más parecido a un episodio de los Simpson.
A un estafador le hacen presidente títere de Amper, y le hacen la ola en los periódicos que no contrastan resultados,ni hechos….cogió AMPER a 0.34 y lo dejo en 0,16
El cebo del chorcodelobos.com donde atrae víctimas ,ni lo mencionáisLas JGA donde pactaban las preguntas,eran de chiste.
Se expresa como una crio de guardería y se le traba la lengua.
Ahora bien lo de Abengoa como es jugoso,reportaje al canto que le hacéis.
Informaros bien.
Vaya… un comentario cargado de resentimiento y cobardía. Se le pueden hacer tachaduras al Sr Fernández, del mismo modo que se podría criticar su gestión como presidente de las compañías en las que ha desempeñado cargos, pero esas estúpidas acusaciones carentes de toda ética sólo demuestran que probablemente es usted un inversor lamentable, que no ha sabido gestionar su patrimonio y se dedica a escupir sandeces, culpando a terceros de lo que usted no supo defender.
Ya aparecen comentarios a sueldo del Banco de Santander. El reportaje no pone que los accionistas del Concurso de Dogi lo recuperaron todo y que los del preconcurso de Amper también recuperaron todo su dinero, en ambos casos con creces. En Abengoa esperemos que consiga lo mismo por el bien de los miles de accionistas. La jefa Anapatri cogió el Santander a 6,80€ y hoy está a 2,76 y se ve que no has ido a las Juntas ni de uno ni de la otra.
Gran persona, siempre dispuesto a echar una mano, visionario empresarial. Los políticos y empresarios tienen en él un ejemplo donde mirar y en este pais eso se paga.