Panteff: El ‘superpan’ africano que se hace en Parbayón
Celíacos, deportistas de alto rendimiento, personas con alergias, trastornos inflamatorios y gastrointestinales y consumidores preocupados por una alimentación equilibrada….Estos son los principales clientes de Panteff, una panificadora que acaba de instalarse en el polígono La Yesera, de Parbayón, para elaborar pan de teff, un cereal muy utilizado en Etiopía pero que apenas se conoce en el resto del mundo. Los fundadores de Panteff son el presidente de la Asociación Española de Profesionales del Turismo, Santiago Aguilar, y el empresario madrileño José Antonio Gutiérrez.
En los últimos años, las empresas alimentarias han identificado necesidades muy específicas entre los consumidores y para satisfacerlas no han dejado de apostar por la innovación y el desarrollo de nuevos productos.
Hace un lustro, el especialista en medicina tradicional Antonio Nicolau creó, junto con el obrador artesano Santasana, una variedad de pan para apoyar sus tratamientos de regeneración natural de tejidos, en los que la nutrición desempeña una labor crucial. Así creó un pan libre de gluten que tiene como ingrediente principal un cereal originario de Etiopía llamado teff cuyo precio en Europa puede llegar a ser diez veces superior al del trigo normal, por su escasez. Al tener granos muy pequeños, los agricultores de otras zonas del mundo nunca pusieron interés en él, solo ahora han surgido algunas plantaciones, al saberse que posee unas propiedades nutricionales únicas en carbohidratos complejos, proteínas, minerales y calcio.
Este pan de teff ya está disponible en el centro que dirige Nicolau en El Astillero y en algunas tiendas de dietética de Cantabria pero, a partir de ahora, gracias a la panificadora que ha abierto Panteff España en una nave industrial de La Yesera (Parbayón), estará disponible en muchos más puntos de venta y a través de Internet.
La compañía, que elabora y distribuye panes por todo el país, ha sido licenciada para usar esta particular fórmula y ha nacido de la mano de dos personas ajenas a la región: Santiago Aguilar, presidente de la Asociación Española de Profesionales de Turismo (AEPT) y José Antonio Gutiérrez, un empresario madrileño que priviene del sector hotelero de tercera generación. Ambos coincidieron cuando Aguilar recaló como director en el hotel que Gutiérrez poseía con su familia, situado muy cerca de la Puerta del Sol.
Proceso de elaboración
El proceso de elaboración del pan de teff es muy tradicional, la diferencia está una “minuciosa selección de ingredientes de alta calidad nutricional”, señala Aguilar, quien califica el producto final como un “superalimento” energizante y sin alérgenos.
El pan lleva un 20% de teff, procedente de cultivos españoles, y otros componentes como arroz, aceite de oliva virgen extra, extractos de plantas y hongos como el reishi, la ortiga y el jengibre, semillas de chía, amapola, girasol, calabaza y lino, entre otras. Además, en la elaboración se utiliza agua osmotizada y sal rosa del Himalaya sin refinar.
Cada pan cuesta alrededor de siete euros y tiene una vida útil de hasta dos meses. Está dirigido principalmente a celíacos, deportistas de alto rendimiento, personas con trastornos gastrointestinales e inflamatorios y alergias alimentarias y a un público preocupado por una alimentación sana. Un colectivo que crece rápido, ya que “las tendencias de consumo siguen un claro camino hacia una alimentación más respetuosa con el organismo”, subraya Aguilar.
Instalaciones e inversión
La panificadora cuenta con un área de elaboración de masas, fermentado, horneado, abatimiento y envasado; almacenes de materias primas y de producto terminado; vestuarios; aseos y un cabrete para las oficinas.
Aguilar indica que la venta de pan ya está disponible a través de su página web desde finales de julio. Justo antes de salir al mercado, Panteff hizo una prueba de producto con más de 70 personas. “Uno de cada tres seguirá consumiendo nuestro pan y el 75% lo recomendaría a sus contactos”, enfatiza.
En estos momentos, Panteff está inmersa en un proceso de certificación ELS, encaminado a obtener el sello ‘Espiga Barrada’, de ámbito europeo y gestionado en España por la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE). Se trata del distintivo que garantiza la ausencia total de gluten en productos alimentarios.
La plantilla está formada por cuatro empleados, pero Aguilar y su socio prevén la incorporación de nuevos trabajadores, en función de la evolución de las ventas. De hecho, pretenden realizar, nuevas inversiones antes de que finalice 2022, que complementarían el desembolso ya realizado, de cerca de más de medio millón de euros.
Por volumen de producción, nunca tendrá una actividad comparable a la que tienen las grandes panificadoras industriales. Su objetivo es alcanzar una facturación de dos millones de euros anuales y una producción de 250.000 panes anuales a partir del tercer año de actividad, lo que representa unas 5.000 unidades a la semana.
En esta primera etapa, la intención es colocar sus panes en tiendas especializadas, como los herbolarios, y en comercios de proximidad, para después introducirlos en las secciones de dietética de las grandes cadenas de distribución y tener presencia en hoteles, restaurantes y cafeterías. “También queremos apoyarnos en nutricionistas y médicos endrocrinos que recomienden nuestro pan a sus pacientes”, añade.
Sin embargo, están convencidos de que la mayor parte de la producción se venderá a través de Internet. La intención de la empresa es que las familias incorporen el Panteff en su alimentación y adquieran varias unidades en la misma compra y que los gastos de envío no penalicen demasiado el coste del producto. Por ello, ofrece envíos gratuitos a partir de cierto volumen de pedidos.
Por el momento solo elabora pan de teff, pero los promotores quieren sacar el máximo partido posible al convenio de colaboración a largo plazo que han suscrito con el obrador Santana para ir ampliando la oferta comercial con nuevos productos de valor añadido.
David Pérez