Las operadoras afrontan un 2022 con la consolidación como reto tras un año marcado por los ajustes laborales

El mercado de la fibra óptica podría protagonizar más grandes operaciones

Las grandes operadoras españolas afrontan 2022 con la esperanza de dejar atrás una economía de pandemia, que ha erosionado sus márgenes y ha provocado varios ajustes laboral, y con el objetivo de llevar a cabo una mayor consolidación del mercado español.

Si en 2021 la compra de Euskaltel por parte de MásMóvil, valorada en 3.500 millones de euros, ha sido la gran operación del sector, en 2022 se espera que las propias MásMóvil, Orange y Vodafone den un nuevo paso para reducir el número de jugadores en el concurrido campo de la venta de servicios telecomunicaciones.

Las llamadas a este proceso han sido múltiples entre los directivos del sector en los últimos dos meses con Telefónica, que no puede ejercer un papel activo por su condición en el mercado, asegurando que actuará como «facilitadora» del mismo.

Si bien las manifestaciones de Orange y Vodafone han sido más generales y han hecho alusión a que serán «parte activa» del proceso. Así, el consejero delegado de MásMóvil, Meinrad Spenger, se manifestó en una rueda de prensa a favor de que fueran otras compañías quienes continuaran este proceso considerando que su empresa ya ha hecho un esfuerzo con la compra de Euskaltel.

Las principales ventajas de la consolidación son la posibilidad de generar más eficiencias para la compañía y disminuir la ultracompetitividad en la que está inmerso el mercado español por el auge del low cost .

Entre los obstáculos que podrían afrontar los operadores, se encuentra un posible freno por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) debido a los posibles condicionantes que podría poner a una operación de estas características.

De hecho, las grandes operadoras enviaron una carta a la Comisión Europea instándole a, entre otras medidas, revisar su política de Competencia para permitir fusiones de grandes grupos y pasar a un modelo similar a Estados Unidos y China, que cuentan con tres grandes operadores.

En España, las grandes operadoras también tienen el horizonte el despliegue del 5G, que requerirá de elevadas inversiones, y la posibilidad de captar fondos europeos como aquellos destinados a digitalizar pymes, donde apuestan por ser agentes digitalizadores.

AÑO DE AJUSTES

En cuanto a 2021, el año ha terminado marcado por los ajustes de plantilla puestos en marcha por los grandes actores del sector: Orange, Vodafone y Telefónica.

La caída de los beneficios y las necesidades de la transformación digital han sido dos de las razones esgrimidas por la empresa, mientras que los sindicatos también han criticado el modelo regulatorio en España.

Así, Orange fue la primera en pactar con los sindicatos un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) voluntario al que se adhirieron 400 trabajadores.

Posteriormente, Vodafone cerró otro expediente con una cifra provisional de algo más de 400 salidas, a la espera de que algunos trabajadores inscritos en el ERE terminen procesos de selección para otras posiciones dentro de la empresa.

La operadora además externalizó su red de tiendas propias, mientras que Orange ha cerrado algunos espacios físicos pequeños, que ya no se ajustaban a la experiencia que quería ofrecer la compañía ante la caída de tráfico del canal físico.

Por su parte, Telefónica ultima un plan de salidas voluntarias, que podría afectar a casi 3.000 trabajadores y que está a la espera del visto bueno de los sindicatos, que lo atarán a una extensión del convenio colectivo que compense la inflación y varias promesas en materia de contratación y formación continua.

OTROS OPERADORES Y LA FIBRA

De forma diferente a los grandes operadores afrontan el año otros de menor tamaño como Digi, Avatel y Finetwork, que han cerrado doce meses marcados por el aumento de ingresos y cuentan con ambiciosos planes de crecimiento en red y clientes.

Asimismo, los operadores de mayorista de fibra óptica como Onivia, Adamo y Lyntia han vivido un año de consolidación en 2021 y aspiran a protagonizar más operaciones millonarias en 2022 como la de la propia Adamo, vendida a Ardian por alrededor de 1.000 millones de euros.

El mercado sigue mostrando apetito por este tipo de activo como demuestra la venta a KKR del 49% de Reintel, la red de fibra óptica de Red Eléctrica, por 971 millones de euros, más de 22 veces su beneficio bruto de explotación (Ebitda).

Sobre la mesa está también la posibilidad de que Telefónica se desprenda de una participación en su red de fibra óptica, la más grande de España, en una operación que rompería récords en el mercado español. Asimismo, se espera que MásMóvil dé entrada a un socio en la red fija de Euskaltel.

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Source: Europapress

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