Cantabria, entre las comunidades con mejor disposición para afrontar la recuperación tras la pandemia

Cantabria se sitúa entre las comunidades autónomas con «mejor disposición» para alcanzar una recuperación sólida, inclusiva, verde y digital tras la pandemia del coronavirus, al contar con un «riesgo bajo» –inferior al 75 por ciento de la media– de tener una recuperación débil e incompleta.

Así lo recoge el Informe de la Competitividad Regional en España 2020, elaborado por el Consejo General de Economistas de España y referido al año en el que se declaró la pandemia del Covid, que ha sido presentado este lunes en rueda de prensa por el decano-presidente del Colegio de Economistas de Cantabria, Fernando García, y el presidente de la Cámara de Comercio, Modesto Piñeiro.

Se trata de la quinta edición de este informe, que recoge los principales indicadores socioeconómicos utilizados para conocer el nivel de competitividad, crecimiento económico y bienestar de los ciudadanos por comunidades autónomas y, como novedad, incluye un análisis de sensibilidad en el que se contemplan los datos y las variables económicas de las CCAA, así como su predisposición a salir primero o más tarde de la crisis.

Según los economistas, a día de hoy es «difícil» conocer cuáles pueden ser las secuelas persistentes que la pandemia haya podido dejar en las economías regionales, así como el impacto a corto plazo de los riesgos ligados a la evolución epidemiológica, la escalada de la inflación, los «cuellos de botella» en las cadenas de suministros o el calendario y el efecto multiplicador de los fondos NGEU.

Sin embargo, consideran que, ante el desafío de la recuperación, cobra interés analizar las bases de las que parten las comunidades para afrontar ese reto a medio y largo plazo.

García ha explicado que aspectos como los bajos niveles de productividad, los déficits de capital humano, la desigualdad social o la insuficiente digitalización «pueden lastrar la recuperación de determinados territorios y dificultar la consecución de los objetivos».

Por ello, se ha establecido una clasificación en tres niveles, según la exposición al riesgo respecto a la media que presentan las CCAA en la actualidad: Escala alta, con un valor superior al 115% de la media; media, valor comprendido entre el 75 y el 115%; y baja, cuando el valor es inferior al 75% de la media.

Estos índices sitúan Canarias, Extremadura, Andalucía e Islas Baleares en el grupo de comunidades autónomas que presentan una mayor exposición al riesgo (alta) para afrontar la recuperación, así como los retos ligados a ella. En el segundo nivel (exposición media) se incluyen a Murcia, la Comunidad Valenciana, Galicia, Castilla y León y Castilla La Mancha.

Finalmente, las regiones que están en mejor disposición para alcanzar una recuperación sólida, inclusiva, verde y digital (exposición baja) son Aragón, Asturias, Cantabria, La Rioja, Cataluña, Navarra, País Vasco y Madrid.

NOVENA POSICIÓN EN COMPETITIVIDAD

Además, según el último Índice de Competitividad de Regional (ICREG) de Cantabria, que se obtiene a partir de 53 variables/indicadores agrupados en siete ejes competitivos, la comunidad no experimentó en 2020 cambios significativos respecto a 2019.

No obstante, aun manteniendo un nivel competitivo medio-bajo, escaló una posición (a la novena) respecto al informe anterior, conjuntamente con Asturias y en detrimento de Galicia.

Las caídas en el índice cántabro referidas al entorno económico, el mercado de trabajo y la eficiencia empresarial, se compensaron con las mejoras en capital humano, el entorno institucional y la innovación.

Asimismo, la contribución positiva más significativa se obtuvo en las variables relacionadas con la tasa de ahorro, el abandono escolar temprano, los delitos y el déficit; las empresas de más de 250 trabajadores e investigadores, el gasto en I+D, el comercio electrónico y los empleados que usan ordenador.

Por el contrario, las que tuvieron una evolución más negativa fueron la variación PIB real, la tasa de paro y la juvenil; la formación por ocupado, el esfuerzo fiscal, el tráfico aéreo, la variación CLU y de la productividad; y las patentes.

A nivel nacional, las comunidades más competitivas en 2020 fueron Madrid, Navarra y País Vasco. Por el contrario, obtuvieron los valores más bajos del índice Extremadura, Andalucía, Canarias, Islas Baleares, Castilla La Mancha, Murcia y la Comunidad Valenciana.

Mientras tanto en los extractos intermedios se situaron Cataluña y La Rioja, en competitividad media-alta; y Aragón, Castilla y León, Cantabria, Galicia y Asturias en media-baja.

PRESIÓN FISCAL POR ENCIMA DE LA MEDIA

Por otro lado, García ha indicado que, según este informe que también trata la fiscalidad, Cantabria tiene una presión fiscal por encima de la media y se sitúa en el puesto número 11 en 2021.

A nivel nacional, la que mejor ventajas fiscales tiene es Madrid, seguido de Vizcaya, Álava, Guipúzcoa –por el régimen foral–, Canarias, Castilla y León, Andalucía, La Rioja, Murcia, Castilla La Mancha y Cantabria.

Mientras que las que mayor esfuerzo fiscal tienen son Galicia, Baleares, Navarra, Extremadura, Asturias, Aragón, Comunidad Valenciana y Cataluña.

Según ha explicado, aunque las comunidades solo tienen competencias en una serie de impuestos, como los jurídicos documentados o las transmisiones patrimoniales, «eso sí puede crear una cierta desventaja en favor de aquellas comunidades que reducen sus impuestos frente a las que no hacen».

A preguntas de la prensa sobre el borrador que está diseñando el Gobierno cántabro en cuanto a la financiación autonómica, el presidente de los economistas ha señalado que, según los ratios, «Cantabria es una región que la financiación per cápita es la más alta del país».

«Cualquier revisión que se haga del modelo de financiación autonómica lo único que nos puede hacer es que vayamos a peor», ha valorado García, quien cree que «si nos quedamos como estamos pues será bueno».

En este sentido, Piñeiro ha apuntado que en el caso de Cantabria «interesa más» que se realice sobre el coste de los servicios porque «somos una población más bien pequeña, no llegamos apenas los 600.000, sin embargo el coste es el mismo que tienen otros sitios para poblaciones mayores».

Finalmente, García ha abogado por una distribución de la riqueza «lo más justa posible». «Creo que el modelo actual sí que precisa una revisión porque creo que no cumple esos principios», ha sentenciado.

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