Los corredores de comercio se convierten en notarios
Los once corredores de comercio de las circunscripciones de Cantabria se han integrado desde el 2 de octubre en el cuerpo de notarios, que pasa a tener 43 colegiados en la región. La unificación de los dos cuerpos amplía el campo de actuación de los corredores, que a pesar de su especialización en derecho administrativo hasta ahora no podían intervenir en materias de índole tan económica como la constitución de sociedades, ampliaciones de capital o los préstamos hipotecarios, por ejemplo, y en cambio, es peor recibida por los notarios, que se encuentran con una mayor competencia, si bien es cierto que pueden actuar también en operaciones antes reservadas a los corredores como la intervención de pólizas.
El cuerpo de corredores perdió muchos de sus efectivos en Cantabria al reducirse el volumen de operaciones económicas sometidas a su intervención. De los once corredores que tradicionalmente tenía Santander, y que se justificaban por la elevada actividad del Bolsín local y por los servicios centrales del Banco Santander, la reforma gubernamental de 1998 sólo mantuvo cinco plazas. Hasta el pasado dìa 2, había siete corredores en Santander (dos con plazas a extinguir), dos en Torrelavega y dos en Santoña-Laredo. Una plaza que se creó en San Vicente de la Barquera no se ha llegado a cubrir por el escaso volumen económico que mueve la zona.
Con la integración en el cuerpo de notarios, han cerrado los despachos de corredores. Los que tenían su sede en Santander se han agrupado en dos nuevos despachos notariales, y es previsible que se produzca alguna reubicación en la región, como la corredora de Santoña –que ocupará plaza en Castro Urdiales– o en Torrelavega, donde ahora son cinco los notarios para cuatro plazas.
La integración de estos dos cuerpos de fedatarios públicos ya vino precedida por la entrada de los agentes de cambio y bolsa en el cuerpo de corredores. De esta manera, la carrera profesional de los agentes de bolsa ha acabado por tomar unos derroteros insospechados hasta acabar haciendo escrituras convertidos en notarios.