AIReF prevé para Cantabria un superávit del 0,2% del PIB en 2022
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) prevé que Cantabria alcance un superávit del 0,2% del PIB en 2022, lo que supone empeorar cinco décimas las previsiones del pasado informe de 7 de abril sobre los presupuestos iniciales de la comunidad.
La AIRef expone que este empeoramiento ha venido dado fundamentalmente por el aumento de los empleos esperados al cierre ajenos al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que se une a la moderación de los ingresos estimados de fondos europeos.
Por su parte, la comunidad sigue previendo alcanzar un déficit del 0,6%, bajo una disminución de recursos y un incremento de empleos, superiores a los estimados por la AIReF. En concreto, la comunidad mantiene las previsiones de saldo del presupuesto, sin cambios sustanciales en su escenario a nivel general, aunque sí en composición ya que reduce recursos y empleos en la misma cuantía.
Así, aunque se reducen las discrepancias entre las estimaciones de la comunidad y las de la AIReF en empleos, se mantienen en las previsiones de recursos, según recoge el ‘Informe sobre la ejecución presupuestaria, deuda pública y regla de gasto 2022’ de Cantabria realizado por la Autoridad Independiente y publicado este viernes.
Por otro lado, la AIReF prevé que los recursos al cierre de 2022 alcancen un 20,3% del PIB sin considerar los ingresos del PRTR. Y estima que los recursos sin PRTR que percibirá la comunidad al cierre descenderán más de un 1% sobre el nivel de 2021 (aumentando casi un 1% sin tener en cuenta las ayudas a empresas del RDL 5/21).
Esta minoración está condicionada fundamentalmente por la reducción de las transferencias del Estado derivadas de los recursos del sistema de financiación y las ayudas a empresas de la línea Covid, pero gran parte de dicha disminución se compensa por las mayores transferencias extraordinarias no condicionadas que la comunidad percibirá este año (más de 200 millones de euros por la compensación de la liquidación negativa de 2020 y del SII del IVA de 2019, frente a los 168 millones de euros del fondo extraordinario de 2021), unido a una evolución positiva de los ingresos impositivos y fondos europeos, según ha destacado este organismo.
Respecto al informe anterior de 7 de abril, la AIReF reduce ligeramente las previsiones de ingresos: mantiene las perspectivas de evolución de los ingresos impositivos, pero modera las previsiones de ingresos de fondos europeos.
Por otro lado, con la reciente modificación de la Ley de Tasas y Precios Públicos de Cantabria, disminuye, con un impacto «muy limitado», la recaudación esperada de las tasas de la comunidad por la modificación de bonificaciones o reducciones.
Además, la comunidad reduce sus previsiones globales de ingresos, situándose por debajo de las de la AIReF. En concreto, la previsión actualizada de la comunidad revisa al alza las estimaciones de ingresos impositivos en su conjunto, si bien sigue manteniendo una previsión más prudente que la estimada por la Autoridad Independiente.
Por otro lado, reduce los otros ingresos por las medidas adoptadas por la modificación de la Ley de Tasas y, fundamentalmente, modera sus previsiones de ingresos por fondos europeos. Con estas variaciones, mantiene unos recursos inferiores a
los previstos por la AIReF.
En cuanto a los empleos, la AIReF considera que, sin PRTR, aumentarán en torno al 2%, hasta el 20,1% del PIB regional, mientras que el Gobierno sigue previendo un mayor crecimiento de los empleos que esta estimación. Asimismo, la AIReF prevé que el gasto computable a efectos de la regla de gasto puede crecer cerca de un 4%.
PERSPECTIVAS A MEDIO PLAZO
La AIReF estima que los dos próximos años los ingresos del sistema de financiación de las comunidades autónomas de régimen común serán excepcionalmente positivos, normalizándose a partir de 2025.
En concreto, en Cantabria los recursos del sistema de financiación podrían crecer más de un 20% y un 12%, respectivamente, en 2023 y 2024. Por el contrario, en 2025 podrían disminuir ligeramente sobre el nivel del año anterior.
Si el gasto no asociado a fondos de la UE evoluciona en los años siguientes en línea con el crecimiento inercial estimado por la AIReF, se podría mantener una situación fiscal favorable. Esto permitiría afrontar 2025 con un saldo positivo o cercano al equilibrio para avanzar en la reducción del déficit estructural, según la misma fuente.
NIVEL DE DEUDA
La AIReF estima que, aplicando completamente los excesos de financiación acumulados y bajo sus previsiones de 2022, la ratio deuda/PIB de Cantabria se situaría al cierre del ejercicio en un
21,6%. Partiendo de un 25,4% en 2021, la ratio mejoraría por los ajustes stockflow, el efecto del crecimiento previsto del PIB y en menor medida por el saldo previsto para 2022, mientras que la comunidad considera en sus estimaciones un nivel de deuda superior, pues contempla en sus previsiones ajustes stockflow inferiores y parte de un cierre para 2022 peor al estimado por la AIReF.
La AIReF estima que la ratio de deuda sobre ingresos corrientes
registrará una caída cercana a 8 puntos porcentuales en 2022.
Bajo los supuestos de un escenario normativo se proyecta una reducción de la ratio de deuda de 15,5 puntos de PIB en los próximos 15 años, alcanzando el nivel previo a la pandemia en el año 2022.
RECOMENDACIONES
En este contexto, la AIReF recomienda a la comunidad autónoma que «enmarque la elaboración de los presupuestos para 2023 dentro de una
estrategia fiscal a medio plazo que contemple la naturaleza estructural o coyuntural de gastos e ingresos», así como que evite incrementos de gasto o reducciones de ingresos con carácter estructural cuya financiación permanente no esté garantizada una vez
desaparezcan los flujos extraordinarios de ingresos esperados en estos próximos años.
Asimismo, apuesta por que aplique los excesos de financiación existentes al cierre de 2021, así como el superávit generado en dicho año pendiente de aplicar, y que tenga en cuenta las previsiones actualizadas de cierre del ejercicio en curso y siguientes para ajustar los incrementos de deuda a las necesidades reales de financiación.