Cata a bordo: Magia en tu Paladar ha convertido una cata de anchos en una experiencia marina
Barcos y las anchoas tienen mucho que ver, pero la conexión mental que todo el mundo establece entre estos dos elementos se rompe si de lo que estamos hablando es de un gran velero de quince metros de eslora. Un crucero de lujo, el ‘Klaudia’, en el que se hace una degustación de anchoas a lo largo de una excursión marítima por la bahía de Santander. La fórmula, que han puesto en marcha María Molino y Jesús Gómez, su marido, va dirigida a grupos y, sobre todo a eventos de empresa, bodas y celebraciones que quieran ofrecer una experiencia diferente.
Jesús procede de un sector muy distinto, la construcción naval, pero ha acumulado tantos conocimientos en estos meses que puede estar hablando de anchoas durante las dos horas de travesía. Él mismo realiza la soba, después de conocer en detalle cómo se hace en las fábricas y en las demostraciones públicas (un poco distinto) y de su propia experiencia, tanto para conseguir las mejores texturas carnosas como para evitar que el laborioso proceso de retirada de la piel acabe llevándose jirones de carne.
Tanto por la selección de los filetes como por el cuidadísimo proceso de limpieza que él mismo realiza, y que no resultaría rentabilizable ni siquiera en las anchoas envasadas de más alto precio, el resultado es brillante. Incluso ha logrado que una panadería le fabrique un pan a propósito para las catas, con las características que buscaba.
Con una presentación exquisita y a bordo de una embarcación tan exclusiva, el objetivo es que los clientes vivan una experiencia completa, y el matrimonio lo consigue. A lo largo de la travesía pueden degustarse varias presentaciones y tres aderezos, que van dirigidos a satisfacer los distintos gustos: sin aceite, con aceite de girasol y con aceite de oliva, siempre después de haber retirado toda la humedad del pez con paños, para no dañarlo y mantener la consistencia.
Hoteles, organizadores de bodas y eventos y agencias de viajes van conociendo esta propuesta, que puede disfrutarse a partir de 40 euros por persona, para ofrecerla a una clientela que, cada vez más, busca experiencias. Desde los cruceristas, que desean conocer lo más característico de los lugares en los que el barco hace escala a los residentes que buscan excursiones originales.
Jesús ya tiene preparada la comercialización de las anchoas con su marca en unos envases de plástico transparentes que recuerdan las clásicas panderetas (las latas redondas). Una selección dirigida a un consumo más inmediato que el de las clásicas, envasadas en lata.