Ribamontán al Mar. La capital europea del surf está en Cantabria

En 2009, el surf generaba 1,6 millones de euros y 48 empleos directos en Ribamontán al Mar. Por entonces, el municipio contaba con cinco escuelas de surf y recibía a 6.500 aficionados al año. Una década más tarde, la facturación se había disparado hasta 4,4 millones de euros que dejaron los más de 16.500 visitantes atraídos por sus olas. Eso da lugar a que 171 personas desempeñen actividades relacionadas con el surfing: empleados en alguna de las 20 escuelas, las nueve surf houses, las tiendas especializadas y los dos talleres de tablas que han surgido en Ribamontán al Mar, la capital europea del surf, según algunos medios.

Esta evolución no se podría entender sin el buen momento que atraviesa este deporte a nivel mundial, donde se calcula que ya hay al menos 40 millones de surfistas, un número que crece cada año. El negocio de los deportes de deslizamiento (surf, snow, y skate) mueve 7.600 millones de euros, el 19% del mercado del deporte.

Se puede decir que el surf está de moda, pero hay otra razón, el Plan de Competitividad Turística que puso en marcha el ayuntamiento de Ribamontán al Mar y que ha dado un carácter surfero al municipio. Gracias al plan se ha estirado la temporada turística de tres a cuatro meses, 30 días más de oxígeno para un sector que, entre negocios surferos y no surferos, recibe 58.000 turistas al año, da empleo a 724 personas y genera 14,9 millones de euros.

A través de este Plan de Competitividad Turística se ha construido el centro de surf, un skate park y el aérea de servicio de autocaravanas; se han realizado eventos dirigidos a especializar el municipio y crear marca, se han abierto nuevos mercados y se ha profesionalizado la industria del surf ya existente.

Equipamientos

El Centro receptor del Surf (2012) es la joya de la corona del plan. Ha sido el primero creado en España y en sus 450 metros cuadrados dispone de vestuarios, almacén de tablas, una oficina de turismo, sala de formación y un museo. Además, alberga la sede de la Federación Cántabra de Surf. Sus dependencias son el epicentro de competiciones, presentaciones y exposiciones y un punto de encuentro de surfistas.

Al lado dispone de un skate park (2011) con 600 metros cuadrados de pistas para todos los niveles, desde aprendices hasta skaters expertos.

Su construcción era una de las prioridades del plan de competitividad turística, para ofrecer alternativas de ocio a los surferos en los días que no hay olas. Recientemente se ha completado con la construcción en Loredo de un pump track, con una superficie de 1.000 metros cuadrados, que puede ser usado indistintamente por patinadores y usuarios de bicicletas bmx.

El carácter surfero de Ribamontán al Mar flota en la atmósfera. El lema ‘surf a toda costa’ aparece en las salidas de la autovía A-8 y también a la entrada y salida del municipio. Por las calles y carreteras hay carteles que indican cómo llegar a los surfhouses y a las escuelas. También se ha construido un paseo de las estrellas del surf en el que ya figuran Aritz Aranburu (el mejor surfista español), Pablo Gutiérrez (el surfer cántabro más laureado), Laura Revuelta (primera mujer surfista española) y los pioneros del surf en Cantabria.

Pero lo que realmente imprime este ambiente surfero son las escuelas, tiendas, alojamientos de surfistas, bares temáticos y tabernas australianas, en las siete localidades del municipio, un espíritu aloha que crea una atmósfera muy del agrado de los turistas de olas. Un estudio reciente desvela que un 4% de los viajeros internacionales de Ryanair que llegan al Seve Ballesteros traen tablas de surf.

Campañas de promoción

A día de hoy, Somo y Loredo son dos de los destinos surferos más conocidos de España y su fama ha traspasado las fronteras. En julio de 2016 el rotativo británico Sunday Mirror se hacía eco de la enorme repercusión del municipio: “Una impresionante gastronomía, surf, playas e increíbles paisajes hacen de la región de Cantabria, en España, el próximo destino de vacaciones. La playa de Somo en Cantabria se ha convertido en la capital europea del surf”, escribía el tabloide inglés. A nivel nacional, el diario El País ha definido a Ribamontán al Mar como “un paraíso del surf en Cantabria. La playa de Somo-Loredo se ha convertido en uno de los destinos de surf más importantes de Europa”, ha publicado.

Ribamontán al Mar está presente en las principales ferias del sector: Berlín, Milán, Bruselas, París, Lisboa, Madrid, Barcelona, Valladolid, Bilbao o Zaragoza. Para reforzar esa huella, todos los años publica una guía en cinco idiomas. También realiza acciones promocionales en estaciones de esquí, a las que en invierno acuden muchos de los aficionados al surf, y ha sido pionero en iniciativas de marketing callejero realizadas en varias capitales españolas. Pero son las competiciones el mejor escaparate para vender sus bondades y organiza más de 20 eventos al año de carácter regional, nacional e internacional.

No todo es economía, y Ribamontán apuesta por la cultura y por la integración social, al adherirse al Erasmus+ de la UE, junto a las localidades de Sligo (Irlanda) y Peniche (Portugal) para hacer intercambio escolar que potencie el aprendizaje de idiomas y la integración europea, con el surf como hilo conductor. La localidad también ha organizado el campeonato de España de surf para personas con discapacidad.

Olas 300 días al año

El auténtico secreto del éxito, en cualquier caso, está en los al menos 300 días al año que tiene olas, una regularidad que muy pocas playas ofrecen. Esto ha propiciado que se hayan abierto veinte escuelas, que en 2019 recibieron a 11.000 alumnos, y que cada año, invariablemente, tengan más inscripciones, con la salvedad de 2020, cuando la pandemia trastocó todo. Las encuestas indican que el 24% de los turistas que recibe el municipio llegan atraídos por el surf y, de éstos, el 65% contrata los servicios de alguna escuela.

Ribamontán al Mar tiene el honor de haber sido el primer municipio español en que se abrió una escuela de surf. Fue en el ya lejano 1991, cuando este boom estaba todavía muy lejos. El visionario fue el santanderino David García, ‘Capi’, que hace más de treinta años supo valorar la excepcionalidad de Somo para el turismo de olas por encima de Liencres o Santander, que entonces parecían más adecuados. “La playa de Somo es una de las cunas del surf de España y se ha convertido en la primera reserva del país por varios motivos”, dice. “Es una playa con olas largas, blandas y aptas para todos los niveles. Se surfea en todos los puntos de marea y cuenta con una orientación en la que recibimos olas prácticamente durante todo el año. Y, aunque es una playa abierta, por su forma de herradura siempre puedes jugar con los vientos y buscar una zona más protegida, ya sea Somo o Loredo”, explica.

Las olas también suponen un importante aliciente a la hora de abrir nuevos negocios. Uno de los que se animó fue Stefan Weckert, que no dudó en abandonar su Alemania natal para montar en Langre un taller de tablas de madera de balsa ecológica denominado Kun_tiqi. Una ubicación que desde un principio tuvo más que clara: “Como shaper es importante estar en una zona con buenas olas y afluencia de surfistas. Ribamontán al Mar cuenta con muy buena fama a nivel europeo por sus playas diversas y unas olas de buena calidad para todos los niveles de surfing. Es un lugar idóneo para fabricar, testar y vender mis tablas de surf”.

Un vínculo el del surfing y los negocios que no es nuevo para Ribamontán al Mar, pues ya en el año 1973 se ubicó en Loredo la Casa Lola, el primer taller español de fabricación de tablas de surf. Seis años más tarde, Zalo Campa y Laura Revuelta abrirían la mítica Xpeedin, la primera tienda de surf de Somo y una de las primeras de España.

Primera reserva del surf en España

Son precisamente las playas el principal atractivo turístico de un municipio que cuenta con seis arenales: El Puntal, Somo, Loredo, Los Tranquilos, Langre y Galizano. Alguno de ellos tienen spots (los lugares adecuados por la práctica del surf) tan emblemáticos para los aficionados como La Curva o El Barco, aunque la referencia máxima es Santa Marina, solo apta para los surfistas de olas grandes y de fama mundial.

Fue el santanderino Manel Fiochi, en compañía de José Manuel Merodio, Carlos Beraza y José Novo, el que descubrió esta joya para el mundo del surfing en 1968.  “Estábamos en Somo y no se podíamos meternos en el sitio de costumbre, así que tuvimos que ir a la altura de la playa que da frente a la Magdalena; desde allí Merodio y Carlos se fijaron en la rompiente de Santa Marina y allí fuimos. Una vez dentro, me pareció muy peligroso, por las puntas de las rocas que sobresalían por la izquierda desde donde esperábamos la serie. Tenía miedo a caerme y golpearme contra ellas. Quién nos iba a decir entonces que esa ola iba a tener la fama internacional que hoy tiene”, recuerda con nostalgia esta leyenda viva del surf, que más tarde introdujo desde Francia la primera tabla corta de la Península y nuevas maniobras más radicales.

La toma de conciencia sobre la importancia que tienen las olas en la economía local ya era evidente en 2012, cuando Ribamontán al Mar creó la primera reserva del surf en España. Una figura que reconoce la excelencia de las playas y rompientes del municipio, el singular valor deportivo, ambiental, económico y cultural que ha adquirido el surf y contribuye a salvaguardar el litoral, garantizando su disfrute por las generaciones futuras. Una medida encaminada a no matar la gallina de los huevos de oro que el municipio ha encontrado en el surf.

Eduardo Illarregui Gárate