Un traductor de la lengua de signos en tiempo real

La app de Saúl Cano pretende resolver la comunicación entre personas sordas y quienes desconocen la lengua de signos

Se calcula que la Inteligencia Artificial movilizará 1.400 millones de euros de inversión en España en 2025. Su versatilidad hace que sea útil para empresas de todos los sectores, pero también para la medicina, como lo demuestra el desarrollo del físico Saúl Cano en Santander. El joven alicantino ha concebido un sistema de traducción del lenguaje de signos en tiempo real que resuelve la comunicación entre personas sordas y quienes no conocen la lengua de signos


La  Inteligencia Artificial es una herramienta tan versátil que no solo puede ser usada en empresas de todos los sectores. También puede aplicarse en el mundo de la medicina y la salud, y su futuro es más que alentador.

Esta tecnología es la que el alicantino, Saúl Cano –residente en Santander–, utiliza para desarrollar un traductor de lenguaje de signos en tiempo real.

La llegada de la crisis sanitaria vino acompañada de una restricción que nadie podrá olvidar durante el resto de su vida, el confinamiento. Algunas personas aprovechaban su tiempo libre para aprender a tocar un instrumento, otras optaron por las recetas de repostería y hubo quien, como este joven físico de 24 años, mantuvo su mirada fija en la pantalla del televisor atento a toda la actualidad informativa del Covid19. Así fue cómo, al ver a un intérprete de signos en una de las noticias, reparó en que las videollamadas no permiten comunicarse a personas sordas con otras que no lo sean, si no conocen el lenguaje de signos.

Sin pensárselo más, decidió desarrollar un sistema capaz de traducirlo de forma automática y en tiempo real.

Cano todavía no tiene la certeza de cómo va a ser el prototipo final, por lo que no se atreve a aventurar si sus primeras utilidades van a estar enfocada hacia las videollamadas o a la comunicación cara a cara, pero sí tiene claro que la inteligencia artificial es inherente a su proyecto.

Para traducir cada gesto es necesario crear un amplísimo banco de imágenes. “El primer paso que di fue grabarme haciendo cinco gestos y aprendiendo su traducción en lengua de signos. A partir de ahí, guardé 30 imágenes asociadas a cada signo”, explica.

A través de un programa informático, consigue extraer los patrones de movimiento de cada gesto y las coordenadas de las manos, cara, hombros y codos. Al procesar toda esa información, el gesto acaba transformándose en una palabra escrita.

Su software extrae patrones de movimientos a partir de gestos grabados en vídeo. A la derecha, Cano amplía su banco de imágenes con nuevo material audiovisual.

Saúl Cano considera que su iniciativa es muy ambiciosa, porque para materializarla hay que generar un banco de imágenes con todas las palabras del diccionario. “Pero esto no es todo. Dependiendo cómo muevas las manos, estás empleando una entonación u otra y cada lengua de signos está asociada a un idioma, aunque haya cosas que se parezcan de una lengua de signos a otra”, explica.

Su método no se limita a traducir gesto a gesto. “También hay que conseguir que ese conjunto de palabras tenga sentido, para no parecer un neandertal hablando” y reconoce que “es un proyecto a largo plazo”.

Uno de los primeros objetivos de este físico alicantino, que ha estudiado un Máster en Ciencia de Datos, es colaborar con el mayor número posible de asociaciones de personas sordas. “Lo ideal es que sean ellos mismos los que generen ese banco de imágenes. Siempre lo van a hacer mucho mejor que yo”, recalca.

Tampoco es tan sencillo como ponerse frente al móvil y grabarse haciendo un gesto. Es imprescindible utilizar un programa informático especializado, lo que dificulta que profesores de lengua de signos de otras comunidades colaboren con él a través de Internet.

El alicantino reconoce que encontrar apoyo económico para su iniciativa sería una gran noticia, pero tiene claro que el resorte principal de su proyecto está en la colaboración de personas que se presten a ser grabadas para crear ese extenso banco de imágenes.

En España hay 70.000 personas que usan lengua de signos y, aunque pueda parecer un público reducido, Cano está convencido de que su herramienta tiene mucho potencial. A día de hoy, y a pesar del camino que le queda por delante, se muestra satisfecho del ya recorrido por alguien que, como él, ni tenía experiencia anterior como emprendedor ni contacto con el mundo de las personas sordas. “Me he dado cuenta que vender una idea es súper fácil si crees en ella”, remacha.

David Pérez

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