El tercero de la saga
Desde hace poco menos de un año, la oferta hotelera de Cantabria cuenta con un nuevo argumento de peso a la hora de atraer tanto al turismo de verano como al que prefiere visitarnos fuera de temporada para disfrutar de esta región con más sosiego.
La familia Ortiz San Emeterio ha levantado en la playa de Mogro, municipio de Miengo, en un entorno privilegiado de la costa occidental de Cantabria, el hotel Milagros Golf, un establecimiento de cuatro estrellas que viene a unirse a los dos hoteles que posee en Isla: el Olimpo y el Isla Bella.
El Milagros Golf se encuentra en primera línea de playa y está flanqueado por la desembocadura del Pas y las dunas del parque natural de Liencres. Cuenta con 75 habitaciones –entre ellas, una suite de 72 metros cuadrados– dotadas con todo tipo de comodidades y, como ocurre con el Olimpo, ha sido ideado con la intención de alejarse de una estética hotelera convencional para lograr una imagen externa de hotel-palacio.
Para ello se ha cuidado el diseño de todos los elementos que integran sus instalaciones: desde la configuración del propio edificio, de tres alturas, proyectado por el arquitecto Alberto Castaños, hasta la decoración de interiores, obra de Jesús Rubio, un especialista vinculado profesionalmente a la familia Ortiz desde hace doce años y responsable de la imagen de todos los hoteles del Grupo. Cada planta ha sido decorada en un color y estilo diferente, y a la profusión de pequeños detalles ornamentales se une la utilización de maderas nobles en el mobiliario y la carpintería interior –raíz de nogal y caoba– y de catorce clases de mármol en pasillos y baños.
La utilización de materiales tradicionales se combina con la aplicación de soluciones técnicas modernas como el uso de tarjetas digitalizadas y programables para el acceso a las habitaciones o el de fotocélulas que activan la iluminación en las zonas comunes.
El hotel cuenta, además, con una serie de posibilidades de ocio que aumentan su atractivo para los residentes como piscina climatizada, jacuzzi, baño turco, sauna, solarium artificial y natural y un putting green de césped artificial donde los aficionados al golf pueden practicar los golpes en el green. Un ascensor permite desplazarse directamente desde la terraza solarium a la piscina.
Los salones son otro de los atractivos del hotel. El intimismo de un salón con chimenea, flanqueado por un gran ventanal con vistas al mar, y el ambiente hogareño de la pequeña sala de estar de la primera planta, contrasta con la funcionalidad de los salones para banquetes y convenciones de la planta baja, con cabida para 450 personas. Unos paneles insonorizados permiten modular, según las necesidades de cada momento, los 40 metros de fondo del gran salón y convertirlos en varios espacios. También se ha habilitado en la planta baja una discoteca, pensada, casi exclusivamente, para los banquetes de boda que se celebran en el hotel.
Las instalaciones se completan con una amplia cafetería que aprovecha su ubicación en primera línea de playa y un restaurante con capacidad para cien comensales en el que, además de su cuidada decoración –en la que destaca una bóveda, que ha requerido cientos de horas de trabajo con espátula–, dispone de un vivero para que el cliente elija el marisco que desea degustar.
Esta oferta gastronómica se ha convertido en un signo de identidad de los establecimientos hoteleros de la familia Ortiz, ya que el marisco, y, especialmente la langosta, es un reclamo que, desde hace muchos años, atrae a Isla a su clientela tradicional, cuya fidelidad se remonta en algunos casos a los comienzos de Domingo Ortiz y y María Luisa San Emeterio en el campo de la hostelería, a finales de los años sesenta. Uno de estos viejos clientes, Jesús Moraza es el autor de La Cuna de Mila, mural realizado con barro cocido y esmaltado, que adorna una de las paredes del hall y en el que se recogen los enclaves más representativos de Cantabria.
El hotel cuenta con un parking subterráneo con capacidad para 35 plazas que ha sido necesario ampliar mediante la adquisición de una parcela contigua en la que se va a habilitar un aparcamiento en superficie para otros 130 vehículos.
El nuevo establecimiento ha generado 25 puestos de trabajo directos, aunque en temporada alta la plantilla se amplia considerablemente.
La elección de Mogro
El terreno sobre el que se ha construido el nuevo hotel fue adquirido en 1993 por la familia Ortiz San Emeterio. Sobre él se levantaba el edificio del restaurante Brisas de Mogro, un establecimiento de larga tradición ubicado en primera línea de playa. Desde 1995 estaba sin uso a la espera de perfilar el nuevo proyecto, ya que la intención inicial de someterlo a rehabilitación se demostró imposible. La familia Ortiz optó finalmente por el derribo y decidió levantar un hotel de nueva planta que, en recuerdo de una hija fallecida y por la proximidad al campo de golf de Abra del Pas, se denomina Milagros Golf. Felipe Ortiz resume las razones que les han impulsado a levantar el nuevo hotel: “La finca requería lo que aquí se ha hecho, además el entorno cuenta con características para propulsar el turismo en esta zona y nos permitía diversificar un poco el negocio al darnos la posibilidad de estar en el oriente y en el occidente de Cantabria”.
El potencial de desarrollo turístico de la costa occidental de Cantabria, frente a la más saturada zona oriental, es uno de los argumentos que más ha pesado en la decisión de los responsables de este grupo hotelero de establecerse en Mogro. Felipe Ortiz confía también en que la Autovía de la Meseta multiplique el turismo procedente de Madrid y de Castilla-León, mayoritario ya en esta zona de Cantabria. “Así como la zona de Isla, Noja, Laredo y Castro Urdiales, está más marcada por el turismo del País Vasco, aquí –explica el responsable económico del grupo– viene gran cantidad de gente de Castilla-León, y si no viene más es por la falta de infraestructuras”. Su hermana Patricia, que comparte con otro de los hermanos, Anselmo, la dirección del Milagros Golf, corrobora este hecho: “La mayoría de los clientes que han venido en puentes y fines de semana son castellanos y madrileños. Lo cierto es, subraya, que esta zona se está revalorizando muchísimo mientras que la costa oriental se ha llegado ya a saturar”.
El tirón del golf
Si algo ha demostrado la familia Ortiz San Emeterio ha sido un formidable instinto para adecuar su oferta hotelera a las expectativas de la demanda turística y en todos los escenarios de futuro que se dibujan para el crecimiento de este sector en Cantabria, el golf juega un papel preponderante en la captación de un turismo desestacionalizado y de calidad.
A principios de los años 90, y tras una experiencia hotelera de dos décadas, la familia Ortiz San Emeterio tomó la decisión de apostar por establecimientos de alto nivel para el turismo de playa; fruto de este planteamiento fue la construcción en Isla de su segundo hotel, el Olimpo, un establecimiento de cuatro estrellas y 70 habitaciones., al frente del cual se encuentra el mayor de los hermanos, José ramón Ortiz. El éxito de aquella experiencia ha llevado a la familia ha repetir un esquema similar pero con el aliciente, esta vez, de contar en las inmediaciones del nuevo hotel con el campo de golf Abra del Pas.
El Milagros Golf se ha convertido ya en uno de los establecimientos hoteleros de referencia para los amantes de este deporte, sobre el que Cantur quiere basar las futuras campañas de promoción turística de Cantabria. El hotel aparece en las revistas especializadas en este deporte y aloja de manera regular a turistas ingleses y franceses que aprovechan su estancia en nuestra región para practicar el golf en el cercano campo de Abra del Pas. La anunciada ampliación de este recinto a 18 hoyos multiplicará sus posibilidades deportivas y tendrá un efecto expansivo en la oferta hostelera de las inmediaciones. “La ampliación es un tema vital –subraya Anselmo Ortiz–. El campo de nueve hoyos se ha quedado pequeño, los jugadores se quejan de que tienen que esperar dos horas para salir. La ampliación va a ser un revulsivo que multiplicará por tres la gente que viene a jugar al campo Abra del Pas y producirá una sinergia en todo el entorno”.
Aunque con retraso sobre el calendario inicialmente anunciado, la iniciativa de ampliación sigue su curso y el Ayuntamiento de Miengo recoge este proyecto en el nuevo plan general de ordenación urbana que está redactando y que podría estar aprobado a finales de año. En él se contempla la ampliación de la superficie actual del campo de golf hasta alcanzar cerca de 45 hectáreas, y una zona adyacente de 30 hectáreas en la que se prevé la construcción de un complejo hotelero, bloques de apartamentos y chalés adosados.
Pero el Milagros Golf no se identifica tan sólo con este deporte; la elección por el Racing de este lugar para la concentración de sus jugadores en los días previos a los partidos de la competición liguera, ha arrastrado cada fin de semana a un buen número de aficionados al balompié, que contribuyen con su presencia a revitalizar la hostelería de una zona que con la construcción del Milagros Golf, se ha situado en un lugar destacado en el conjunto de opciones turísticas que ofrece el litoral de Cantabria.