BBVA Research prevé que Cantabria recupere el PIB per cápita precrisis en 2023
BBVA Research prevé que Cantabria recupere el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita precrisis en 2023. La entidad mantiene la previsión de crecimiento del PIB cántabro para 2022 y lo sitúa en el 3,3%, lastrado por la caída de la demanda europea, el incremento en los precios de la energía y del transporte, y los mayores costes de financiación. Además, revisa a la baja en cuatro décimas la del próximo año hasta el 0,7%.
De cumplirse estas previsiones, Cantabria regresaría a los niveles de PIB per capita de 2019 en 2023 y la tasa de paro se estabilizaría en torno al 10-10,5%, al crearse alrededor de 3.600 nuevos puestos de empleo entre 2021 y 2023, lo que «confirmará la recuperación de la economía cántabra».
Estas previsiones podrían ser revisadas al alza si se observa una contención de la incertidumbre, una disminución de los costes energéticos y una relajación en los cuellos de botella que afectan al sector industrial, y si las exportaciones de bienes, junto con los fondos Next Generation EU (NGEU), consiguen acelerarse a lo largo del próximo año.
Según el informe ‘Situación Cantabria 2022’, presentado hoy por Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, y Carlos Gorría, director de la Territorial Norte de BBVA, el crecimiento de la economía de Cantabria en 2022 se mantendría en una senda positiva, situándose en el 3,3%. Esta previsión significa una desaceleración de dos puntos porcentuales con respecto al crecimiento del 5,3% que se habría registrado en la comunidad en 2021.
En todo caso, se observa una desacelaración en la actividad económica como consecuencia del incremento en los precios de la energía, del aumento del coste del combustible y el agotamiento del impacto de la eliminación de las restricciones Covid, lo que hace prever a la entidad un menor crecimiento en 2023.
Con todo, BBVA Reserch piensa que el crecimiento de Cantabria se mantendrá por encima del resto de Europa como consecuencia de una situación más fuerte por parte de familias y empresas, y sobre todo de la aceleración y repercusión de los fondos NGEU.
En cuanto a los riesgos, destacan la posibilidad de mayor inflación, el incremento en el coste de producción, la falta de capital humano y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares.
El informe prevé un entorno de desaceleración pero todavía de crecimiento en 2023; una desaceleración que se observa ya en distintos indicadores, como los de afiliación a la Seguridad publicados hoy o los de la Encuesta de Población Activa (EPA) que muestra una ralentizacion más intensa en el área urbana fuera del centro de Santander, afectada por la peor evolución de la industria, que no logra recuperar los niveles de afiliación anteriores a la crisis y tiene una caída mayor en el tercer trimestre que el resto.
Por otra parte, el consumo de las familias va desacelerándose de manera intensa. Tras crecimientos del 15%-20% durante el primer y segundo trimestre del año, en el tercero se ha estancado.
Por sectores, la mayor parte de la desaceleración se observa en servicios relacionados con el ocio, restauración, entretenimiento o transporte, que han sido particularmente afectados por las restricciones y que han sufrido una ralentización en el tercer trimestre.
Además, se observa un comportamiento «particularmente negativo» de la industria en Cantabria, específicamente en el sector de bienes intermedios –donde la producción ha caído un 10% en un año– y el de la producción de energía, afectado particularmente por el incremento en el coste del combustible. Este último sector aporta actualmente un 50% menos de valor añadido que en el cuarto trimestre de 2019.
Preocupa el impacto «particularmente negativo» que pueda tener el incremento en el precio de la energía en Cantabria, que es una comunidad especialmente intensiva en su uso. Por cada 10% de incremento en el precio del combustible, se reduce tres décimas el PIB regional.
Respecto al fuerte incremento de los precios, en Cantabria es algo menos intenso que en España, si bien la inflación no solo afecta a la energía sino que es generalizada y está reduciendo el poder adquisitivo de familias y empresas, lo que va a afectar negativamente las perspectivas de consumo.
En cuanto al aumento de los tipos de interés, BBVA Reserch prevé que el Euríbor llegue al 3% en las próximas semanas, lo que supondrá un encarecimiento de 150 a 200 euros en la hipoteca media, y afectará directamente al consumo –un punto menos– sobre todo en el cuarto trimestre de este año y primero de 2023.
En relación al próximo año, la entidad espera que el crecimiento de Cantabria se mantenga en positivo porque el aumento de tipos de interés no tendrá el impacto tan negativo que tuvo en 2008 al haberse reducido el endeudamiento. «Afectará a menos gente y en menor intensidad». Además, los hogares y las empresas cántabros no solo han reducido su endeudamiento durante los últimos 14 años sino que han incrementado sus activos y su balance es más fuerte.
En relación al precio de la vivienda, después de un ajuste importante en el periodo 2012-2017 «está en línea con la evolución de la renta disponible».
La entidad espera que en los próximos meses empiece a producirse una aceleración de los fondos Next Generation UE. De hecho, de enero a septiembre de este año se ha licitado un 200% más en obra pública que en 2019.
RIESGOS
Entre los riesgos principales de Cantabria está la inflación, si bien parece haberse llegado a un pico tanto en la total como en la subyacente, aunque la posibilidad de un «rebrote» por el riesgo geopolítico continúa y sería «particularmente negativo» de cara a las expectativas sobre el poder adquisitivo de familias y costes de empresas. «La variación de los precios continua siendo positiva pero parece que hemos llegado al máximo».
Otro riesgo se deriva de la falta de mano de obra en Cantabria pues el porcentaje de vacantes sin cubrir se ha incrementado, lo que puede adelantar «que existen ciertas restricciones para el crecimiento en Cantabria, que las empresas no logran el tipo de trabajadores necesarios para incrementar su producción». Por lo tanto, para la entidad, la comunidad debe enfocarse en los próximos meses en la capacidad de atraer capital humano, ya dentro de la región o desde otras zonas.