El Muelle 9 de Raos, por fin
La obra que más se le ha complicado al Puerto es el Muelle 9 de Raos, un esquinazo que quedaba para rematar el contorno del Espigón Central y cuyos retrasos le han supuesto una importante pérdida de oportunidades, ya que de haberse concluido en el tiempo previsto, hubiese tenido una notable demanda de grandes barcos, que necesitan calados para los que Santander tiene pocas alternativas.
Este muelle debería estar concluido hace cuatro años, al cumplirse los 18 meses que FCC había calculado para hacer la obra, pero todo se complicó cuando la concesionaria fue consciente de que los 20,5 millones (IVA incluido) que había pedido en la licitación eran muy insuficientes para sufragar el coste real de la obra y entabló un largo conflicto judicial con el puerto, pidiendo una revisión el precio ofertado.
No lo consiguió, y lo trabajos se pararon durante mucho tiempo hasta que el Puerto pudo sacarlos otra vez a licitación. La nueve adjudicataria es Rover Maritime en UTE con la cántabra Ciomar, que se han comprometido a llevarla a cabo en 18 meses por 25 millones de euros.
El nuevo muelle, que completa la línea de atraques del Espigón Central de Raos, tendrá una explanada de unos 18.000 m2, de los cuales 10.000 serán ganados al mar.
Se va a realizar con cajones, cimentados sobre un terreno previamente tratado con columnas de grava. Los 291 metros de longitud del muelle se obtienen gracias a seis enormes cajoneras de hormigón armado de 48 metros de largo y 19,2 de ancho alineados uno tras otro. Estos cajones se están fabricando en otro punto del puerto, de donde saldrán flotando y, una vez llegados al punto de destino, se rellenarán para hundirlos hasta quedar depositados sobre la cama de grava y pasarán a formar parte del futuro muelle.
La obra incluye el dragado de la fosa de atraque a una cota de 13 metros respecto al cero del puerto y de un canal de navegación para el acceso de los barcos al nuevo muelle, con 11,50 metros de calado.
La zanja para la cimentación de los cajones se está dragando a -18 metros, aunque después de depositar la grava, la base de los cajones estará a -14.50. Los cajones tienen 18 de altura, de forma que el resto sobresaldrá de la lámina de agua.
La obra requiere también la cosntrucción de una pantalla de tablestacas para separar el nuevo muelle de la terminal contigua de productos químicos propiedad de LBC.