El futuro de la Residencia Cantabria más cerca de conocerse
El Plan Director de la Residencia Cantabria, que se licitará y adjudicará este año, determinará si el actual edificio se puede conservar y rehabilitar o por el contrario es necesario derribarlo y construir uno nuevo.
Además del estudio de las patologías y un informe de evaluación del edificio, el plan incluye en una segunda fase un estudio de las necesidades de espacios para posibles usos, donde se realizará una encuesta entre los profesionales y la ciudadanía teniendo en cuenta que el Ministerio de Sanidad ha extendido el actual uso clínico al sanitario, con lo que cabrían distintas opciones –sede de la Consejería de Sanidad, formativo, de investigación, etcétera– y sobre la base de que «no cabe un único uso».
En una tercera fase, teniendo en cuenta las conclusiones de las dos anteriores, se redactará el anteproyecto de rehabilitación o de nueva planta del edificio.
Así lo ha anunciado hoy el vicepresidente de Cantabria, Pablo Zuloaga, que ha presentado un plan director «complejo y sin precedentes» y que ha avanzado un coste aproximado «a priori» que rondaría los 65 millones de euros que asumiría el Gobierno de Cantabria para unas obras que comenzarían en abril de 2027.
El plan director, con un presupuesto total de 611.000 euros que se licitará en mayo y adjudicará en octubre de este año, incluye un primer lote para la redacción del estudio de patologías e informe de evaluación de la residencia, que concluirá en julio de 2024. Se trata de un edificio con estructura metálica y amianto, y el estudio determinará si existen otras patologías. En función de las conclusiones, recomendará su conservación o derribo.
Al respecto, Zuloaga ha explicado que hay que decidir si en el edificio se puede «convivir» con el amianto porque «si no se rompe, no hay problema». «La tecnología ha avanzado y hay distintas fórmulas para encapsular al amianto», que no servirían para un uso clínico pero sí para otro tipo, ha indicado.
El segundo lote es un estudio de espacios para uso sanitario, de investigación y docencia universitaria del Gobierno de Cantabria, que finalizará en septiembre de 2024. Tanto éste como el primero se desarrollarán simultáneamente.
Según ha explicado Zuloaga, se trata de 32.000 metros cuadrados propiedad del Gobierno central y cedidos al de Cantabria para los que habría de definir usos, que el Ministerio ha extendido de clínicos a «todo uso sanitario». Y ha señalado la «disponibilidad» de la Administración central para que sea de titularidad pública de Cantabria.
Para ello, se elaborará una encuesta pública para decidirlos, y podrían ir desde acoger la sede de la Consejería de Sanidad, a ampliar el espacio formativo sanitario de la Universidad de Cantabria o el traslado del IDIVAL o la Fundación Marqués de Valdecilla, ha puesto como ejemplo el vicepresidente, que ha dicho que la «clave» de los usos «está en los profesionales» y que debe responder a «demandas», por ejemplo, de espacios de innovación o investigación sociosantiaria también de empresas. De hecho, se ha contactado con el CSIC para posibles nuevos centros.
En este sentido, preguntado por la propuesta del presidente, Miguel Ángel Revilla, de acoger familiares de ingresados en Valdecilla, Zulaoga no lo ha descartado «si no se resuelve en el entramado de Valdecilla».
El tercer lote es la redacción del anteproyecto de rehabilitación o nueva planta del edificio en función de las conclusiones que se deriven del informe de evaluación del mismo y del estudio de necesidades, que estaría finalizado en diciembre de 2014. Se contemplarán las obras de consolidación o las dimensiones del nuevo edificio.
Según los plazos previstos inicialmente, el proyecto de ejecución se licitaría en abril de 2025, la redacción del citado proyecto, en noviembre del mismo año, y en agosto de 2026 estaría concluido. Las obras comenzarían en abril de 2027.
Zuloaga ha destacado el «compromiso» del Gobierno regional de mantener un edificio que es «historia de Cantabria» y que cumple los Objetivos de Desarrollo Sostenible en cuanto a dar uso a lo construido. Y si la opción es obra nueva, el Ejecutivo asumirá la redacción del proyecto definitivo de la construcción.
Además, el vicepresidente ha valorado «el paso» que se da con la adjudicación del plan director porque «garantiza que tendremos proyecto», como ha pasado con el MUPAC, ha dicho.
Al hilo, ha apuntado que el Ministerio ya ha extendido el uso, que no supone un cambio para el Ayuntamiento de Santander, y ha afirmado que el Gobierno de Cantabria tendrá «solvencia suficiente» en 2026 para acometerlo –finalizadas las grandes obras del MUPAC y La Pasiega–, aunque espera contar con el «apoyo» del Gobierno de España en este futuro «centro tractor y generador de economía para Santander y Cantabria».
En este sentido, ha matizado que los 65 millones es una cifra «apriorística» pues la realidad «la sabremos con el anteproyecto». Con todo, será un coste «importante» –si se conserva, demoler, gestionar el residuo, desmontaje, retirada pieza a pieza, etcétera–.
Cuestionado sobre por qué se ha tardado «tanto» en comenzar el plan, ha afirmado que ha sido una «prioridad» del Gobierno de Cantabria, como en 2016 lo fue el nuevo modelo hospitalario de Valdecilla con el traslado de los servicios que acogía la residencia. Además de que entonces los usos eran solo clínicos.