Los 200 panaderos cántabros cobrarán ayudas de 6.000 euros
El Gobierno de Cantabria repartirá 1,2 millones de euros entre los 200 negocios de panadería y pastelería artesana de la comunidad, de manera que cada negocio recibirá una ayuda de 6.000 euros para paliar el incremento del coste energético.
El decreto de ayudas está actualmente en manos de los servicios jurídicos y la intención del Ejecutivo es obtener su visto bueno este mismo mes de febrero y publicarlo en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC).
A partir de ahí, el Gobierno prevé realizar los primeros pagos de las ayudas en marzo, según ha anunciado este lunes en el Pleno del Parlamento regional el consejero de Industria, Javier López Marcano (PRC), en respuesta a preguntas de Ciudadanos (Cs) sobre las medidas en marcha para apoyar a este sector ante la coyuntura económica actual.
Como ha destacado Marcano, estas nuevas ayudas son complementarias a dos líneas que permanecen abiertas y a las que pueden acogerse las panaderías: las de los fondos de eficiencia energética para gran empresa y pyme, dotadas con 8,3 millones para cambio de maquinaria, y las de autoconsumo, dotadas con otros 16 millones.
NUEVA NORMATIVA PARA LAS GRANJAS
También ha intervenido en el Pleno el consejero de Ganadería, su compañero regionalista Guillermo Blanco, que tampoco ha descartado habilitar nuevas ayudas para la ganadería «si es necesario» para que este sector se adapten a la nueva normativa que regula las granjas.
A preguntas del PP por esta nueva regulación, que limita el tamaño máximo de las granjas de nueva instalación, Blanco ha señalado que marca los requisitos más exigentes para las explotaciones grandes, con apenas implantación en Cantabria, pero también que contempla exigencias para granjas más pequeñas que no benefician a los ganaderos de la comunidad.
Es por ello que la ha calificado como una muestra más de la «diarrea legislativa» del actual Gobierno central y ha recordado las iniciativas que están llevando a cabo de la mano las comunidades de la Cornisa Cantábrica para limitar esa «deriva verde» del Ejecutivo y también de Europa.
«Teñirnos de verde nos va a sentar demasiado mal, porque verdes ya somos nosotros», ha sentenciado el consejero.
