Demostrar que se puede conseguir el autoabastecimiento energético totalmente sostenible en una vivienda es el objetivo del proyecto Energy Push, financiado por el programa comunitario Interreg-SUDOE, en el que participan España, Francia y Portugal, además de diez entidades de investigación, entre ellas la Universidad de Cantabria. Una de las casas piloto de este programa está en Novales, donde la UC, en colaboración con la empresa pública Gesvican, el Centro Tecnológico en Logística Integral de Cantabria y el Ayuntamiento de Alfoz de Lloredo, están probando la posibilidad de cubrir todas sus necesidades energéticas con hidrógeno.
“Se trata de la primera vivienda en España que utilizará hidrógeno verde para el suministro eléctrico; no existen otras de este tipo (sistema híbrido de renovables con tecnología PEMFC de pila de hidrógeno) y puede ser un punto de inflexión para lograr en el futuro un suministro eficiente y sostenible de las viviendas, donde el hidrógeno va a jugar un papel fundamental”, explica Alfredo Ortiz, catedrático de Ingeniería Eléctrica e investigador principal del proyecto.
Tras casi tres años de desarrollo, el proyecto Energy Push completará este mes esa instalación, proporcionando a la familia beneficiaria de esta vivienda social un sensible ahorro, además de un beneficio para el medio natural. “Supone una reducción importante en el consumo eléctrico y en las emisiones de CO2”, señala Alfredo Ortiz. Su equipo, el Grupo de Procesos Avanzados de Separación del Departamento de Ingenierías Química y Biomolecular de la UC, se ha ocupado del diseño, integración, puesta en marcha y monitorización de la planta de Novales, logrando un suministro eléctrico ininterrumpido y 100% libre de emisiones, lo que supone un ahorro de casi 8.000 kWh/año de energía primaria, una tonelada de CO2 y más de 600 euros al año en la factura eléctrica.
Escalar el proyecto
Según el investigador, este tipo de proyectos generan un elevado interés y “más aún en la situación energética actual”. “Estamos recibiendo propuestas para escalar este proyecto y aplicarlo a edificios completos, incluso a nivel industrial”.
Para lograr la sostenibilidad y autosuficiencia de la vivienda (que no esté conectada a la red eléctrica), se utilizan placas solares fotovoltaicas, que generan la electricidad que necesita, y esta se transforma en hidrógeno para su almacenamiento y utilización cuando la vivienda no tiene suministro solar. Así se consigue un 100% de autoabastecimiento e, incluso, excedentes puntuales.
Según explica el catedrático de la UC, al diseñar la planta se han tenido en cuenta tanto la localización de la vivienda y las condiciones meteorológicas del entorno, como los consumos de la vivienda a lo largo de los últimos años. “Con todos esos datos se ha optimizado el diseño de los equipos, minimizando los costes de la planta” que cuenta con todos los sistemas de seguridad” –tanto sensores como un sistema de control y monitorización de las botellas de hidrógeno– para que no haya ningún peligro “ni para la vivienda ni para los vecinos colindantes”.