Un consorcio quiere recuperar la antigua planta de Forjas de Cantabria
El CEO de Mecánica Brañosera encabeza el grupo
La actividad de Forjas de Cantabria cesó definitivamente en septiembre de 2021. Desde entonces permanece cerrada, pero un grupo empresarial liderado por el gerente de Mecánica Brañosera, Jesús Mediavilla, pretende reabrirla con una inversión de dos millones de euros. Su objetivo es volver a aprovechar ese espacio para una planta dedicada a las forjas y los tratamientos térmicos. El proyecto, que podría estar operativo este año, daría trabajo inicialmente a una treintena de empleados cántabros y de fuera de la región.
Jesús Mediavilla, responsable de Mecánica Brañosera, es de esos empresarios que solo conciben dedicar los beneficios del negocio a reinvertirlos para impulsar su crecimiento. Ahora está volcado en la formación de un consorcio con compañías –algunas de ellas cántabras– para reabrir una planta de forja en las antiguas instalaciones de Forjas de Cantabria.
La nave industrial donde se desarrolló durante décadas esta actividad tiene 7.000 metros cuadrados y Mediavilla pretende conseguir el apoyo del Gobierno regional para disponer de estas instalaciones –que ya están negociando– y cofinanciar los dos millones de euros que calcula que costará su adecuación. El consorcio cree que, de este modo, puede dar vida a una instalación que estuvo operativa hasta septiembre de 2021, cuando tras una larga crisis, Forjas de Cantabria despidió a sus 24 empleados y cerró definitivamente sus puertas.
MEDIAVILLA: ‘Nos va a permitir dar más servicios
Con ese espacio, Mecánica Brañosera –especializada en procesos de mecanizado y calderería– podría incluir en su cartera de servicios con el forjado y los tratamientos térmicos, algo que las empresas de la región ahora solo pueden conseguir en el País Vasco.
Mediante procesos térmicos se consigue estabilizar el producto, endurecerlo o, por el contrario, proceder a su revenido para rebajar su dureza. “En función del lugar donde va la pieza y su diseño se le dan unas cualidades determinadas. Eso se logra con tratamiento térmico, tornos y cubas de aceite y agua. Es un servicio que todos demandamos, desde talleres de mecanizado hasta industrias del tamaño de Siemens Gamesa, Cementos Alfa o Global Steel Wire”, explica el gerente de la compañía.
La gama de piezas metálicas que se someten a estos tratamientos también es muy amplia, con tamaños que van desde el de una moneda hasta las 25 toneladas. “Esto nos permitiría dar más servicios a nuestros clientes y acceder a otros nuevos”, justifica el CEO de Brañosera.
El plan de negocio diseñado por el consorcio prevé contratar a cerca de 30 personas, las necesarias para un turno de trabajo, aunque el objetivo a medio plazo en llegar a los tres turnos, algo que dependerá de la búsqueda de clientes en el mercado internacional. En ese caso, la planta llegaría a tener alrededor de un centenar de personas.
Los promotores lo plantean como nuevas contrataciones y no como una posibilidad de recolocar personal de sus actuales plantillas, que en el caso de Brañosera está compuesta ya por cerca de 50 trabajadores. “Esto va a generar un aumento en el volumen de trabajo de los socios e indirectamente va a suponer más trabajadores en sus plantillas”, vaticina Mediavilla, que ya tiene identificado parte del personal técnico que necesitaría la planta para su funcionamiento.
El empresario campurriano está convencido de que la apertura de planta de forjas tendría efectos positivos sobre un área geográfica muy amplia. “Vendrán trabajadores de la comarca del Besaya, de Campoo, de la zona norte de la montaña palentina y de Burgos”, augura.
Extiende esos efectos beneficiosos a industrias de la zona y ya dispone de un listado con posibles clientes de los nuevos servicios, tanto dentro como fuera del país. La perspectiva inicial es exportar el 40% de la producción fuera de España.
Facturación al alza
El gerente de Mecánica Brañosera se muestra satisfecho con la evolución de su empresa, que ha sorteado con éxito dos grandes obstáculos, la pandemia y los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania. En 2022 facturó cuatro millones de euros, un 40% más que en 2019. Lo atribuye a una estrategia de reinversiones continuas. De hecho, en la última década ha invertido seis millones de euros.
Justo antes del inicio de la crisis sanitaria, Mecánica Brañosera adquirió una nave de 2.000 metros cuadrados en el polígono reinosano de La Vega para fabricar piezas de mayores dimensiones destinadas a los sectores ferroviario y aeronáutico, a los que no accedía hasta entonces. Una expansión que no supuso un menoscabo de las instalaciones originales de Requejo, donde tiene dos naves de 600 metros cuadrados.
El verano pasado, la empresa comprometió otra inversión de más de 650.000 euros en esta planta matriz para aumentar su capacidad de producción, con la incorporación de tecnología puntera. Contó con el apoyo de la Consejería de Industria, que facilitó, a través de la línea de ayudas Crece 2, una subvención de 114.864 euros para llevar a cabo esa iniciativa.
Mediavilla está convencido de que sus planes pueden contribuir a repotenciar la industria del sur de Cantabria, que lleva, en sus palabras, doce años “olvidado”, con malas noticias, bajadas de pedidos y de producción, despidos y ERE’s. “Somos una pequeña empresa que no pasa de los 50 trabajadores, pero queremos darle la vuelta a esa tendencia de la comarca”, sentencia.
David Pérez