El mundo del vino
El vino espumoso más famoso del mundo es el elaborado en la región francesa de Champagne con arreglo al méthode champenoise. En España siguiendo ese sistema se elabora el cava en varias regiones, pero fundamentalmente en Cataluña y para ser más precisos en la comarca del Penedés. Este método consiste en una segunda fermentación en botella y como suele suceder con estas cosas, su descubrimiento fue producto de la casualidad: el vino, que se embotellaba al poco tiempo de su elaboración, debido a las bajas temperaturas no había fermentado por completo y seguía haciéndolo en la botella, de manera que el CO2 se disolvía en el líquido y daba lugar a un vino espumoso.
Las principales innovaciones técnicas fueron introducidas por el monje Dom Perignon en el siglo XVII, y consistieron en el tapón de corcho sujeto con bramante y las botellas más resistentes, ya que hasta ese momento las botellas estallaban con frecuencia. Ya en el siglo XIX otra aportación muy relevante fue la de la viuda Clicquot que ideó el pupitre de madera para la eliminación de los sedimentos de las botellas preservando las burbujas. Las botellas se colocan en posición vertical boca abajo y en esa posición se quita el corcho, las lías salen, se rellena de nuevo la cantidad de líquido perdida y tapona de nuevo.
Si el vino se deja al proceso natural de fermentación de sus azúcares acabará por ser totalmente seco, de ahí que posteriormente, en la fase del deslío, se le añada un licor de expedición que le da su personalidad distintiva y cuya fórmula es patrimonio de cada bodega.
En el mercado se ofrece en varias tipologías, más o menos dulce o seco, de forma que se puede encontrar el más apropiado para cada gusto. Aunque a veces se embotella vino de añada, lo normal es que la cosecha carezca de importancia y predomine más un estilo determinado.
Es un lugar común decir que debe tomarse frío pero no helado y ciertamente la excesiva frialdad lo único que hará es ocultar las virtudes o los defectos. En cuanto a las copas para tomar este tipo de vino, la alternativa ya superada entre la de boca ancha y la estrecha con forma de tulipán, ha tenido un desenlace favorable a la segunda, que sin duda preserva mejor las burbujas y en la que se captan mejor también los aromas.
Se trata, en definitiva, de un vino picante, vigoroso y que se puede tomar de manera despreocupada en las relaciones sociales o como acompañamiento en las comidas muy abundantes.