‘Si se derriba la Residencia, será muy difícil que podamos levantar otro edificio equivalente’
PABLO ZULOAGA, vicepresidente regional
El vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, intervino en el encuentro de febrero del Círculo Empresarial de Cantabria Económica. Es el primero de los líderes de los tres grandes partidos regionales que pasarán por este club para hacer balance de la legislatura y mostrar sus proyectos de futuro. El también secretario general de los socialistas cántabros reconoció que han sido cuatro años muy duros, como consecuencia de la pandemia, pero se manifestó orgulloso de haber sido “la tierra que salvó a más gente, y me gusta hacer esa lectura positiva, porque en aquel momento tan duro lo que se medía era el índice de mortandad”. No ha sido el único gran problema sobrevenido. “Cuando todo arrancaba y llegaban los fondos europeos”, añadió, “se produjo la guerra de Ucrania, con efectos de todo tipo”, entre ellos, la llegada a la región de hasta 1.300 refugiados, en el momento de mayor concentración.
El vicepresidente regional y consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte no parece convencido de que el destino de la Residencia Cantabria sea el derribo, como opina Revilla. La continuidad del inmueble sigue en el aire ocho años después del traslado de los servicios sanitarios que allí se prestaban al nuevo Valdecilla, entre ellos los de hospitalización. Un enorme edificio levantado en 1968 que en varias ocasiones anteriores se dio por amortizado y que aún prestó muy importantes servicios a la comunidad.
Pocos días después de que Miguel Ángel Revilla se manifestara muy escéptico sobre su posible rehabilitación, aunque dejó la responsabilidad a los técnicos que van a estudiar si merece la pena conservarlo, Pablo Zuloaga, se mostró mucho más proclive a conservarlo: “Yo me he empeñado en saber si podemos utilizarlo, porque soy consciente de que si Cantabria se ve obligada a derribar un edificio de 32.000 m2, es muy difícil que podamos levantar otro de una superficie semejante”, advirtió el vicepresidente regional.
Zuloaga, ingeniero de obras civiles de profesión, dejó claro que el edificio, propiedad del Estado, no padece aluminosis, como se había llegado a barajar por la fecha de su construcción, pero sí tiene amianto, “que se utilizaba para proteger las estructuras metálicas en caso de incendio y evitar que colapsasen”, si bien recordó que esa misma circunstancia se da en muchos otros en uso en Cantabria y en toda España.
“Lo primero es estudiar esas patologías y saber si se puede utilizar y, en ese caso, qué podemos hacer con esos 32.000 m2 que deben tener un uso sanitario [es la condición que pone el Estado para la cesión] y que están al lado de Valdecilla, porque hay muchas posibilidades”. Entre ellas, sugirió reubicar allí la Consejería de Sanidad o la sede del servicio de transporte sanitario, si se privatiza; ofrecer espacios a empresas farmacológicas y de biotecnología que pudieran estar interesadas en ensayos clínicos en Valdecilla e, incluso, asentar una nueva facultad en un área sanitaria que no concretó. “Y aún nos quedarían muchos metros por ocupar”, dijo.
‘Tener edificios vacíos es un lastre para la Administración’
Tantas posibilidades de uso como problemas, porque la rehabilitación, según algunos técnicos, resultaría casi tan costosa como una nueva construcción y no podría evitar unas limitaciones estructurales que no tendría un edificio de nueva planta. Pero el derribo tampoco resultaría fácil ni barato: “Que nadie piense que se trata de poner unas cargas de dinamita como en las pelis”, aclaró el vicepresidente. “Las capas de amianto que tiene obligarían a una retirada manual, prácticamente a un desmontaje, y luego a la gestión de este residuo”, explicó.
Esta opción comporta, recordó, “asumir un coste muy grande para demoler el inmueble, porque no hay soluciones fáciles para problemas difíciles” y a afrontar el coste de un nuevo edificio.
Ahorro de alquileres
Tener edificios públicos vacíos “es un lastre para la Administración y esta legislatura la empezamos con muchos así”, dijo. Por ese motivo, mostró su satisfacción por haber encontrado salidas para algunos de ellos, como ha ocurrido con el Psiquiátrico de Parayas, cuyos pacientes fueron reubicados hace años en Liencres para poder mejorar su atención. Tras mencionar el ministro Escrivá la necesidad que tiene su departamento de encontrar un centro donde alojar a personas desplazadas por crisis migratorias puntuales, el vicepresidente regional le convenció de que el edificio de Parayas podía ser la solución y el Estado ha adquirido por 8,1 millones la finca, en la que invertirá un total de 15 millones para hacer un centro de inclusión que generará 180 puestos de trabajo en los momentos de completa ocupación.
Con esta operación, el Gobierno cántabro se evitará, además, los 30.000 euros mensuales que estaba pagando por la vigilancia de aquellas instalaciones vacías.
Zuloaga recordó que los inmuebles que ocupan buena parte de las consejerías son arrendados. Solo por el Edificio de Piedra, donde se encuentra la Agencia Tributaria Cántabra, el Palacio de Macho (Consejería de Economía) y la antigua Clínica Matorras, de la calle Lealtad (hoy dependencias de Cultura) paga tres millones anuales. Por ese motivo, se ha decidido que el nuevo Museo de Prehistoria de Cantabria, cuyas obras van a comenzar este mes, incluya una importante superficie para usos administrativos, en la que se reubicarán dependencias que ahora suman 3,5 millones de euros al año en gastos de arrendamiento, “por lo que solo con los ahorros en alquileres se amortizará el coste del nuevo edificio en diez años”, dijo.
También abordó el problema del antiguo seminario de Comillas, “que se compró con la intención de instalar Colegios del Mundo y, al frustrarse aquel proyecto, tenemos una gran instalación que no se va a llenar con una sola cosa”. Su intención es convertirlo en “un centro de innovación vinculado a la economía del conocimiento, como espacio de llegada de mucha gente que quiere trabajar desde aquí”, en referencia a los nómadas digitales. Por lo pronto, ha firmado un convenio con el Instituto Tecnológico de Monterrey (México) para desarrollar un proyecto educativo innovador.
‘Es duro saber que alguien estaba lucrándose cuando buscábamos desesperadamente dinero para el covid’
El vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, no eludió el escándalo que se ha desvelado en la Consejería de Obras Públicas por la actuación de un funcionario. Aunque en ese momento el sumario era aún secreto, deslizó algunas críticas tácitas a su socios de Gobierno, el PRC: “Una noticia tan dura como esta, de que hay una supuesta trama corrupta al menos desde 2013 –y puede que anteriormente, pero eso no se investiga porque estaría prescrito– evidencia una falta de control en la gestión de los recursos. No voy a dedicar tiempo a buscar culpables, pero sí es importante buscar soluciones. En cualquier departamento del Gobierno, la responsabilidad de contratar y supervisar un contrato no puede pasar por una sola persona, tampoco en una empresa. Entiendo que todavía nos quedan muchas noticias y conocer cómo ha podido pasar algo así durante tanto tiempo sin que nadie supuestamente se haya dado cuenta de nada”.
Zuloaga aseguró sentirse más dolido aún “porque parece que alguien siguió lucrándose con las obras en 2020, cuando nos veíamos obligados a aportar recursos desesperadamente de todas las consejerías para salvar vidas en los hospitales y en las residencias”.
Tomar decisiones
Zuloaga estaba en ese momento a la espera de que se hiciese público el sumario para valorar el caso de corrupción aparecido en la Consejería de Obras Públicas, y en ese sentido evitó profundizar, pero deslizó una velada crítica hacia quienes no han mantenido una actitud más vigilante al enfatizar sobre las cautelas que adopta una de las consejerías que controlan los socialistas, la de Sanidad, para asegurarse de que se cumplen los compromisos contractuales de las empresas concesionarias. También avanzó su disposición a gestionar el servicio de ambulancias, a consecuencia de las reiteradas quejas de la plantilla y de los usuarios, “para garantizar que todo se hace con el mayor control, aunque siempre puede pasar algo”, y se mostró convencido de que “vamos a mejorar el servicio de transporte sanitario si lo hacemos desde una gestión pública”.
El vicepresidente regional insistió en que gobernar implica tomar decisiones y, en su caso, esa iniciativa le ha llevado más allá incluso de la amplia gama de competencias que controla el PSOE dentro del Gobierno de coalición, al reconocer que ha actuado como mediador ante los ministerios correspondientes en asuntos como la financiación de la transición energética de Solvay o el cambio de modelo productivo de la automoción, que afecta a la fabrica SEG de Treto y a buena parte de sus proveedores.
MUPAC: ‘Nosotros vamos a Madrid no a buscar bronca sino soluciones, y hemos logrado 22 millones’
También hizo un repaso sobre otras materias impulsadas por el Gobierno regional del que forma parte, como la licitación del Llano de la Pasiega, “que desgraciadamente ha quedado eclipsada por lo de Obras Públicas”, lamentó, y al hacer balance de su Consejería recordó que algunos proyectos que está poniendo en práctica llevaban décadas sobre la mesa, como el MUPAC, “pero Cantabria se ha enfocado durante mucho tiempo en buscar culpables más que en buscar soluciones”, criticó.
El Museo, cuyas obras se inician ahora, deberá estar construido en 30 meses y desveló que al llegar a la Consejería “no había ningún trámite urbanístico desarrollado con el Ayuntamiento de Santander para los tres solares que va a ocupar y que en 16 años solo han servido para aparcar 40 coches”. “Hemos tramitado todas las modificaciones urbanísticas y hemos conseguido la financiación en un momento de oportunidad”. Se refería a la llegada de los fondos europeos, aunque reconoció que la iniciativa no encajaba en los fines de esos fondos, y fue necesario “ir a Madrid, pero no a buscar bronca sino a buscar soluciones”, en una clara alusión la actitud de otras formaciones, lo que finalmente permitió conseguir 22 millones de los Presupuestos del Estado para este proyecto.
La Cantabria que queremos ser
El vicepresidente regional se mostró convencido de que tanto el futuro museo como el Centro de Arte Rupestre de Puente Viesgo van a servir para potenciar el turismo cultural y a propiciar una afluencia de visitantes a la Cantabria más estable a lo largo del año.
También se refirió al potencial de la nueva Ley de Ciencia para empezar a invertir la flecha que hasta ahora orientaba a gran parte del talento cántabro hacia el exterior. Aseguró que en dos años se ha reducido la diferencia inversora en I+D+i que nos separaba del conjunto de España y más aún de Europa y apostó por seguir manteniendo esta intensidad en el gasto para alcanzar la media europea, algo que también pasa, dijo, por agilizar algunas contrataciones, “porque se han dado casos de perder recursos europeos por no poder hacerlas a tiempo”. El principal motor para este impulso a la investigación va a ser, en su opinión, el tratamiento de algunos cánceres a través de la protonterapia. “Ser los primeros en tenerla [el primer hospital público] nos va a permitir formar los facultativos que van a utilizar esta tecnología en otros centros”.
Zuloaga cree que las inversiones públicas y los fondos europeos garantizan el crecimiento de este año
Cantabria ha negociado con Varian, la empresa alemana que suministrará la máquina de protones, para que también proporcione un simulador al Hospital Virtual Valdecilla con el que realizar estas formaciones, algo que por el momento no ofrece nadie en Europa. El Hospital Virtual ya hace lo mismo con otra tecnología, los robots quirúrgicos DaVinci, con gran éxito. “Esto nos va a proporcionar un doble beneficio: que serán los cántabros los primeros que puedan servirse de esta máquina y que se formen aquí especialistas que las usarán en todo el mundo”, enfatizó Zuloaga.
‘El ciclo económico todavía va a ser de crecimiento’
El vicepresidente se mostró confiado en la evolución económica de Cantabria durante este año, “porque el ciclo económico todavía va a ser de crecimiento y de mucha inversión pública”. Recordó que 2022 ha sido el mejor año para el empleo que haya vivido la comunidad y que Cantabria ha podido aprovechar algunas partidas de fondos europeos que no agotaron otras regiones, o el impulso que supondrán los grandes centros culturales que están construyéndose o van a iniciarse pronto, como el Proyecto Pereda, del Banco Santander, el MUPAC, el centro asociado del Reina Sofía, el nuevo MAS o espacio de experiencias artísticas que se va a hacer en las instalaciones de La Lechera, en Torrelavega, una iniciativa en la que se detuvo con especial atención.
Recordó que allí también se exhibirá la colección de arte del Gobierno de Cantabria, insistiendo que, con la amplia programación de su Consejería en Santander y Torrelavega, “estamos sacando a la gente a la calle y creando economía”, lo que va a servir “para luchar contra esa pandemia silenciosa de locales vacíos que padecen”. Al mirar hacia el horizonte próximo, Zuloaga se mostró ufano de “estar haciendo proyectos que nunca se habían soñado”.