Cantabria podría albergar 21 plantas de biometano –una fuente de energía renovable y autóctona– aprovechando los residuos generados por el sector ganadero, principalmente vacuno. Un potencial de 1,2 TWh/año con el que se podría abastecer el 28% de la demanda de gas natural de la región.
Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘Estudio de la capacidad de producción de biometano en España’, elaborado por la Asociación Española del Gas, Sedigas, en colaboración con PwC y la consultora especializada Biovic, con el objetivo de analizar el potencial nacional de este gas renovable y aportar conocimiento que ayude en la definición de sus planes de desarrollo y en la estrategia nacional de descarbonización.
La puesta en marcha de estas plantas movilizaría en Cantabria inversiones por valor de 324 millones de euros, el equivalente a un 2,5% del PIB de la región. A esta cifra habría que añadir la inversión necesaria para conectar las plantas a las redes de gas ya existentes, otros 19,9 millones de euros.
Esta apuesta tendría otro impacto positivo sobre el empleo en Cantabria, la creación de 172 puestos de trabajo directos en la operativa de las plantas, así como 315 empleos directos y 4.200 durante la construcción.
Con una cabaña de casi 280.000 cabezas de ganado bovino (el 4,2% del total nacional), los residuos ganaderos de Cantabria son el principal recurso para la producción de biometano y con ellos se generaría una tercera parte de todo este gas verde en la región.
Tres tipos de plantas
El informe identifica tres tipos de instalaciones con potencial en la región: 16 plantas de obtención de biometano a partir de residuos agroalimentarios, ganaderos, agrícolas y lodos de estaciones depuradoras de aguas residuales; 4 instalaciones a partir de la gasificación de la biomasa forestal residual; y una planta adicional que utiliza como sustrato los residuos generados por los cultivos intermedios.
El biometano es un gas renovable de características análogas al gas natural convencional cuya importancia en la transición energética ha crecido significativamente desde el comienzo de la crisis de precios y de suministros derivada de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Se genera de forma natural por la descomposición de los residuos ganaderos.