Éxito arrollador de Muse en Santander
Los 23.000 asistentes al concierto de Muse en Santander, el único español de su gira, disfrutaron como en poquísimas ocasiones en sus vidas. Para un buen número de ellos, no era la primera vez que escuchaban a la banda en directo, pero la recordarán como la mejor o una de las mejores, por la organización, el sonido, la sensación pletórica que daba el estadio de El Sardinero, el emplazamiento en la ciudad –y al borde de una playa– y no en un descampado de las afueras… pero sobre todo la entrega de los integrantes de Muse, que durante dos horas exactas y sin esperas demostraron que estaba a gusto y que saben complacer al público, con todo un arsenal de pequeños detalles.
“El concierto de Muse rebosó todas las barreras y holló el cima del Everest musical”, manifestaba uno de los asistentes, entregados, que no duda en ponerlo por encima de todo lo mejor que había visto hasta ahora a Santander: Bruce Springsteen, Ennio Morricone, Pet Shop Boys y, por supuesto, Enrique Iglesias.
Una de las dos o tres mejores bandas del universo musical; un sonido pluscuamperfecto, fuego a discreción, diseño de alta escuela, realización tv de sobresalientes profesionales, público, lluvia de papelitos y serpentinas… (la otra esperó, amablemente, a la última canción) y la voz de Matt Bellamy que lo mismo llega a los registros del falsete que se hunde en los tonos bajos.
Y un público de 10, con un lleno total, respetuoso y sin apenas moverse de su sitio. Sólo entregado a la música en directísimo (nada de play back como tantos oportunistas visitantes estivales). Un concierto, pues, que superó todas las expectativas y premió el esmerado y arriesgado trabajo de meses de la organización. Honor y gloria a Muse, tan cercanos, además, con sus gestos y palabras, a un público que acabó más que satisfecho.