Distendido traspaso de poderes entre Revilla y Buruaga
El regionalista desea "lo mejor" a su sucesora y se va entre bromas: "Me llevo el cepillo de dientes y la laca del pelo".
Miguel Ángel Revilla (PRC) y María José Sáenz de Buruaga (PP) han protagonizado este jueves un distendido traspaso de poderes al frente del Gobierno de Cantabria, con café previo incluido, conversación relajada, buenos deseos y un despacho libre y «en perfecto estado de revista» que el ya expresidente ha liberado para su sucesora.
Revilla, el único que ha hecho declaraciones tras el acto, ha explicado que se va del Gobierno de Cantabria «sereno», con la «conciencia traquila» y «contento de dejar una región que da gloria verla en comparación con la que yo recibí en 2015», aunque sabe que su sucesora y hasta ahora líder de la oposición «no lo va a reconocer».
«No hay más que ver los datos que salen cada día. Ahora va a ser un cúmulo de noticias de portada: la que más baja el paro, la mejor en educación, la mejor en sanidad, batimos en récord de turistas, empresas que vienen a instalarse…», ha dicho Revilla, que deja Peña Herbosa (la sede del Ejecutivo regional) «muy orgulloso» del trabajo hecho «en estos cuatro años dificilísimos».
Ha subrayado que en este tiempo el Gobierno que ha presidido ha conseguido «encauzar los grandes temas pendientes históricos» y las «viejas reivindicaciones», como el AVE, el problema del abastecimiento de agua… y «proyectos transformadores» que están en marcha, como La Pasiega, la nueva sede del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria o un Puerto «que va disparado a los 7 millones de toneladas» y un aeropuerto que –ha dicho– este año el récord de todos los tiempos en pasajeros».
Revilla ha opinado que, tras unos años en que él y su equipo se han «dejado la piel desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche» trabajando, deja una comunidad en «muy buenas condiciones» y cree que la región tiene «un futuro extraordinario».
A la vista del buen estado en que, según el regionalista, deja Cantabria, considera que Buruaga no tendrá que hacer «ningún recorte» y podrá hacer «un presupuesto expandido» para el año que viene. «Creo que lo ha entendido», ha dicho.
Ahora que le toca abandonar el Gobierno, Revilla lo hace «con toda la tranquilidad», dando el relevo «a quien en el pueblo de Cantabria ha otorgado una amplia mayoría».
«Me libero de un trabajo agobiante y terrible, que es estar aquí las 24 horas del día», ha dicho Revilla, que ahora irá al Parlamento a ejercer de diputado del PRC, aunque no será portavoz, lo que le permitirá dedicarse a «muchos proyectos» personales que tiene previstos y ha explicado que posiblemente se le verá más en las televisiones, en distintos puntos de España o, incluso, en el extranjero.
Revilla se ha ido sin hacer peticiones a la nueva presidenta ni darle consejos porque «cada uno tiene una hoja de ruta», «Lo mío es poco exportable, porque soy un poco anárquico», ha reconocido.
Sí le ha expresado a Buruaga que «le tiene a su disposición para cualquier cosas que necesite». «Cualquier cosa que sea buena para Cantabria, yo la celebro, de verdad, como si estuviera de presidente», ha añadido.
Por tanto, ha deseado a su sucesora «lo mejor» y le ha trasladado que el PRC, si el PP hace desde el Gobierno «una política sensata», no va a ser desde la oposición «ningún impedimento» que haga que los populares se vean obligados «a hacer cosas que no desea». «Y lo que no desea es pactar con Vox», ha añadido.
En este sentido, Revilla cree que Cantabria ha dado muestra de una «nueva política», en la que el PRC ha decidido abstenerse en la investidura de Buruaga para que lidere un Gobierno del PP en solitario y que «no gobierne con ataduras» o con partidos –como a su juicio es Vox– «que puedan perjudicar los grandes avances que ha hecho Cantabria».
«Lo que hemos hecho en Cantabria es de una sensatez y una coherencia no habitual», ha dicho opinado el líder regionalista, que cree que esta «fórmula» puede ser exportable a otros lugares del país. «Cuando en España se ponen las cosas mal y si todos estamos de acuerdo en que hay un partid que no es bueno que esté en las instituciones, si hay un partido que lo puede hacer, no lo permita».
INTERCAMBIO DE DESPACHOS
Ahora se da la circunstancia de que el regionalista y la popular se intercambian los despachos: Buruaga ocupará el de Revilla en el Gobierno y él el que ha ocupado ella hasta ahora en el Parlamento como líder de la oposición. «Sale ella ganando, pero yo en tranquilidad», ha bromeado el regionalista.
«Le he dicho que me lo deje como le he dejado yo este, que todavía no lo ha hecho. Ha dicho que ha dado orden ahora mismo para que me lo dejen y poder meter mis cosas: mis pastillas para el riñón, mi cepillo de dientes, mi laca, mi cardador de pelo (…), tengo un cacharro porque mi pelo que sale así de punta no vale con un peine…», ha bromeado quien ha ocupado durante 16 años –en dos periodos de ocho– el principal despacho de Peña Herbosa.
Tras ocuparlo de 2003 a 2011 y regresar en 2015 hasta la actualidad, parece que Revilla no volverá a ocuparlo más ya que, como él mismo ha anunciado reiteradamente en los últimos meses, no volverá a presentarse.
Sin embargo, le ha llevado una semana despejar a Buruaga el despacho por la «cantidad de objetos personales» que ha acumulado en este tiempo, «toneladas» de cosas que ahora irán a parar a un garaje «sin luz» que le ha prestado un amigo para meter «unos 200 cuadros» que le han mandado de toda España, «400 cachavas y palos» –algunos con su cabeza tallada– y cientos de libros que le han ido mandando los propios autores para que los promocione. «Algún día tendré que hacer una subasta», ha señalado.
Pero antes de subir al despacho, el encuentro ha comenzado con un café en un bar frente a la sede del Gobierno –algo que ya se está convirtiendo en frecuente en los traspasos de poderes en el Ejecutivo cántabro–, un ofrecimiento de Revilla que Buruaga ha aceptado gustosa. «Yo nunca digo que no a un café. ¿Me vas a invitar?. Pues se agradece», ha bromeado la popular.
En ese café han estado acompañados por la consejera de Presidencia, Interior, Justicia y Acción Exterior en funciones, Paula Fernández (PRC), que ha explicado a Buruaga que «hay muchas cosas pendientes».
A continuación, Buruaga y Revilla han traspasado el umbral de la sede del Gobierno, momento en el que la nueva presidenta ha saludado a algunos integrantes del personal del Ejecutivo con los que se ha encontrado.
Posteriormente, han subido juntos ya en ascensor a la sexta planta del edificio, donde se encuentra el despacho de la Presidencia y ya dentro Revilla se lo ha mostrado. La mesa estaba prácticamente vacía, con una apenas unos bolígrafos; un corcho que le deja el regionalista a a su sucesora y que, según le ha explicado, le sirve para organizar el trabajo de cada semana.
Aunque nunca había sido la ‘propietaria’ de este despacho, Buruaga ya lo conocía de su etapa como vicepresidenta regional y consejera de Sanidad en el Gobierno presidido por Ignacio Diego (además de las reuniones que estos años ha mantenido, como presidenta del PP y líder de la oposición, con Revilla).
Precisamente, Revilla ha hecho alusión, aunque sin nombrarlo, a Diego y ha comentado a Buruaga al mostrarle los cuadros del despacho: «el anterior presidente insinuó que yo me había llevado cuadros».
Tras mostrarle el espacio y hablar del balcón que tiene –«lo mejor del despacho», han coincidido–, ambos se han quedado ya solos durante unos minutos. Al finalizar, solo el expresidente ha querido hablar.