Una astrónoma de la NASA opina en Santander sobre que haya empresas privadas en el sector espacial

La astrónoma brasileña e investigadora del Laboratorio de Propulsión a Reacción (con siglas en inglés JPL) de la agencia espacial estadounidense NASA, Rosaly Lopes, ve «positivo» que existan empresas privadas en este sector como SpaceX o Blue Origin (propiedad de los magnates Elon Musk y Jeff Bezos, respectivamente), porque aportan desarrollo tecnológico a las organizaciones espaciales y ofrecen «una perspectiva diferente».

Sin embargo, y aunque la NASA ya ha realizado diferentes colaboraciones con estas empresas para el desarrollo de tecnologías espaciales, Lopes ha apuntado que tanto SpaceX como Blue Origin están «más centradas en la luna» o en aspectos que implican al ser humano, sin entrar todavía en el campo de la Astrobiología o de la exploración de astros lejanos fuera del Sistema Solar.

Así lo ha explicado durante la presentación en rueda de prensa de la XIX edición de la Escuela Internacional de Astrobiología ‘Jose Comas i Solà’, que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, y que este año se centra en la exploración de los satélites de Júpiter y Saturno, conocidos como ‘mundos oceánicos’ o ‘mundos de hielo’.

Durante el encuentro con la prensa, Lopes ha estado acompañada por el astrobiólogo, director del Centro de Astrobiología (CAB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC-INTA) y codirector del curso, Víctor Parro; y de la también investigadora del CAB y experta en ‘mundos oceánicos’, Olga Prieto-Ballesteros.

Según ha detallado Parro, estos ‘mundos oceánicos’ que se tratan en el curso hacen referencia a las lunas Europa y Ganímedes (Júpiter) y Encélado (Saturno), que según los datos obtenidos por los diferentes estudios, cuentan con un océano de agua líquida bajo una gran capa de hielo que puede llegar a los 100 kilómetros de espesor.

«Que haya agua líquida es uno de los requisitos fundamentales para la vida, y entender la química que hay en ese agua y las condiciones que pudiera tener es fundamental para saber si ha tenido lugar un origen de la vida distinto del de la tierra y si hay condiciones para ello», ha destacado Parro.

En este sentido, Rosaly Lopes ha afirmado que en la actualidad hay en marcha varias misiones por parte de la NASA y de la Agencia Espacial Europea (ESA) para investigar estos astros, pero «no para encontrar vida», sino para entender si esta podría tener lugar en ellos.

Algunas de estas misiones de exploración son ‘Juice’, de la ESA; o ‘Europa Clipper’, que la NASA llevará a cabo el año que viene.

Además, antes de 2030 la agencia estadounidense lanzará la sonda de exploración ‘Dragonfly’, un dron que viajará hasta el satélite más grande de Saturno, llamado Titán, con el fin de estudiar su composición química y su habitabilidad.

Olga Prieto-Ballesteros ha incidido en que estas misiones tienen el objetivo de «confirmar» las señales de que el agua líquida se encuentra en los satélites mencionados y comprender sus elementos químicos. «Van a ser determinantes para definir como es la habitabilidad de estos mundos y proseguir con el programa espacial hacia nuevos objetivos astrobiológicos más complicados como sería la detección de señales de vida», ha añadido.

Finalmente, los expertos han explicado que España contribuye en la misión ‘Juice’ en el desarrollo tecnológico y científico. De hecho, Prieto-Ballesteros ha indicado que varios centros españoles están involucrados en algunos de los instrumentos que están volando al sistema de Júpiter, como es el caso del Instituto de Astrofísica de Andalucía, que ha diseñado y construido la cámara Janus o el altímetro GALA para la misión ‘Juice’.

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