Brittany Ferries quiere dar a la travesía un carácter de crucero
Más grande, más rápido y con unas prestaciones, en comodidad y posibilidades de ocio, similares a las que se puede disfrutar a bordo de un trasatlántico; así será el nuevo buque que la compañía Brittany Ferries destinará a cubrir la línea Santander-Plymouth a partir de la primavera del 2004, sustituyendo al ‘Val de Loire’. El ‘Pont-Aven’, nombre elegido para el nuevo buque, será construido en Papenburg (Alemania) por la firma Meyer Werft y exigirá a Brittany Ferries una inversión de 165 millones de euros (27.453 millones de pesetas).
La apuesta de la compañía por la línea marítima que enlaza Santander con el puerto británico de Plymouth le ha llevado a elegir un ferry de la clase Jumbo, para sustituir al ‘Val de Loire’. El nuevo buque será un 20% más grande que el actual, desplazará 40.000 toneladas y sus dimensiones –185 metros de eslora y 31 de manga– le permitirá albergar más carga y disponer de más espacio por pasajero que en cualquier otro ferry.
Una travesía más corta
El ‘Pont-Aven’ tendrá capacidad para embarcar 650 coches y 20 camiones pero, sobre todo, tendrá la posibilidad de dar a sus 2.200 viajeros unas condiciones casi de crucero, con el objeto de que la travesía se convierta en una parte más de sus vacaciones, algo que resulta muy importante cuando la ida y vuelta consume casi dos días enteros.
El nuevo ferry alcanzará los 27 nudos de velocidad de crucero (alrededor de 50 kilómetros por hora) frente a los 20 nudos del ‘Val de Loire’. Esto permitirá reducir la duración de la travesía en cuatro horas, de manera que se podrá hacer en 20 horas.
El esfuerzo económico que representa tener un barco tan rápido –mucho más caro de construcción y mantenimiento– puede tener un trasfondo estratégico. Aunque la compañía asegura que por el momento no está previsto introducir una tercera escala, el significativo aumento de la velocidad permitiría algo que hasta ahora resultaba imposible y hace unos años inimaginable: que el mismo barco haga la ruta entre Gran Bretaña y Santander tres veces por semana, sin temor a que una pequeña contingencia en uno de los viajes desbarate la planificación de varias travesías. Esta perspectiva, siempre que estuviese justificada por la demanda, reduciría sensiblemente los costes por pasajero en esta línea y la haría más competitiva frente a sus rivales.
El confort de un crucero
El nuevo ferry será más aerodinámico, con formas redondeadas y una proa que recuerda al morro de los delfines. Su interior está pensado para aumentar el confort y las posibilidades de ocio de los pasajeros. Una de las novedades será una piscina y cafetería cubiertas con una cúpula transparente que se podrá abrir o cerrar dependiendo de las condiciones climáticas. También tendrá un gran patio interior con ascensores panorámicos.
Los 650 camarotes dispondrán de aseo y duchas privados, y las suites dispondrán de balcones o terrazas. Las 2.012 camas con que cuenta el Pont-Aven casi permitirían llenar todos los hoteles de Santander, si los pasajeros se quedasen en la ciudad.
En el nuevo buque se ampliará también la gama de servicios de restauración. El ferry contará, como los cruceros de lujo, con varios restaurantes a la carta, además de self-service, cafeterías y salones de té, así como pubs con actuaciones en vivo y galerías de tiendas.
El barco se acometerá inmediatamente después de la entrada en servicio del nuevo ferry ‘Mont St. Michel’, que ha sido construido en los astilleros de Rotterdam y que a partir del próximo otoño cubrirá la travesía del Canal de la Mancha entre Portsmouth y Caen. En palabras del director general de Brittany Ferries, David Longden, “la llegada de estos dos nuevos barcos en los próximos 24 meses confirma la total confianza de esta compañía en el futuro de los viajes en ferry”. “Las nuevas construcciones”, continúa Longden, “ofrecerán un notable aumento en los niveles de confort y una relación calidad-precio difícil de alcanzar por nuestros competidores”.
En esta apuesta por aproximar la calidad de los servicios de su flota de ferries a las comodidades de un crucero se cifra la estrategia de fondo de la compañía francesa. Desde la óptica de los responsables de Brittany Ferries, el futuro de las líneas de cabotaje pasa por añadir a la funcionalidad del servicio, el atractivo de un confort que convierta el trayecto en una experiencia especialmente placentera.
La reforma de la Estación Marítima
El mayor tamaño del nuevo ferry obligará a realizar algunos cambios en las infraestructuras del puerto santanderino para dar servicio a la línea de Brittany Ferries. El nuevo buque necesitará una rampa de embarque más ancha y algunas modificaciones en la ubicación de los puntos de amarre; pero sobre todo exigirá una mayor superficie de parking para los vehículos que van a embarcar. De hecho, el actual aparcamiento resulta ya insuficiente en fechas coincidentes con el fin de periodos vacacionales, en las que llegan a juntarse cerca de 500 vehículos en la campa de la Estación Marítima.
Este edificio, cuya reforma se iniciará una vez concluida la regata Cutty Sark, deberá adecuar también el proyectado ascensor para minusválidos, que comunicará la Terminal Marítima con la entrada del ferry para adaptarlo a la mayor altura del buque que sustituirá al Val de Loire.
La reforma de la Estación Marítima, en la que la Autoridad Portuaria invertirá 2,23 millones de euros (371 millones de pesetas), será la primera que se realice en los 28 años transcurridos desde su inauguración. Con ella se pretende mejorar la estética de las instalaciones, bastante degradada en estos últimos años, así como lograr un mayor confort para los usuarios.
Además del ascensor para minusválidos, se construirán servicios higiénicos adecuados para personas con limitaciones físicas, se reordenarán los espacios, ahora bastante mal aprovechados, se renovará el mobiliario y se reformará toda la señalización. Unos pasos no muy distintos a los que el pasado mes de febrero dio la Estación Marítima del Puerto de Bilbao.