Nada es como parece
EL ‘DECRETAZO’ TAMPOCO GUSTA A LOS EMPRESARIOS.
Es bien conocida la acogida de los sindicatos al decreto gubernamental que reforma las prestaciones del desempleo, pero el colectivo empresarial tampoco salta de gozo, lo que indica que el Gobierno no ha conseguido sintonizar con ninguna parte de la ciudadanía en esta decisión. De acuerdo con una encuesta realizada por la consultora PriceWaterhouseCoopers, casi un 80% de los empresarios (el 79,39%, exactamente) considera un error la tramitación por decreto, un 81% cree que esta medida va a interrumpir la posibilidad de negociar otras reformas en el mercado de trabajo y un 58,3% sostiene que además va a perjudicar la negociación colectiva de este año.
EL ENREDO CONTABLE NORTEAMERICANO.
Pocos presidentes norteamericanos se libran de que antes o después su pasado despierte sospechas y Bush no parece ser una excepción. Ya se sabía que Enron, su financiador particular, era una monumental estafa, pero los problemas para el presidente se acumulan. Ahora ha salido a la luz que la petrolera Harken Energy manipuló también sus cuentas cuando el actual presidente era consejero de la empresa, y el propio Bush aprovechó su información privilegiada para vender un importante paquete de acciones de la compañía antes de que aflorasen los problemas y se hundiese su cotización. Para colmo, la autoridad bursátil norteamericana investiga las cuentas de otra empresa, Halliburton, por presuntas irregularidades durante los años en que Dick Chaney, actual vicepresidente de EE UU, era consejero de esta compañía. A la vista de todo ello hay que concluir que nadie hace bien las cuentas en los Estados Unidos y, mucho menos, sus dirigentes.
COMBUSTIBLE: TODOS LOS MISMOS IMPUESTOS.
Las diferencias entre la fiscalidad del gasóleo y la gasolina tiene los días contados. Bruselas cree que durante años se ha bonificado de forma injustificada a los particulares que consumen gasóleo y está dispuesta a que los impuestos de los dos combustibles se vayan aproximando progresivamente, creando un gasóleo profesional más barato. Pero tampoco los propietarios de vehículos de gasolina pueden sentirse tranquilos, porque la Comisión Europea también pretende que los impuestos sobre el combustible sean los mismos en toda la comunidad en el 2010. Para conseguirlo se iniciará un acercamiento progresivo al promedio, que en el caso de España supondrá una subida bastante considerable.
HAY QUE SABER PERDER.
Nunca nadie había perdido en España un billón de pesetas en un ejercicio y probablemente no volverá a suceder en muchos años, afortunadamente, pero cuando se pierde a lo grande, hay que presentarlo a lo grande. La campaña de marketing con que los medios de comunicación de Telefónica y algunos otros públicos convirtieron el 25 de julio las ingentes pérdidas de la compañía en una noticia extraordinariamente positiva puede pasar a los anales de la prensa. Es cierto que Telefónica ha tenido la valentía de ser la primera en amortizar las ruinosas licencias de UMTS, pero también es cierto que sin las provisiones para hacer frente a este problema, la compañía también hubiese presentado pérdidas, porque el último trimestre ha sido realmente negativo en todas las áreas de negocio. En cualquier caso, el billón de pesetas perdido representa al menos el beneficio de dos ejercicios y anuncia tiempos muy distintos a los que vivimos en el pasado.
NADIE SE MOJA CON EL IAE.
El Gobierno por fin se ha pronunciado sobre su promesa de suprimir el IAE. Al parecer, no se va a retirar con carácter universal, sino sólo para pequeños contribuyentes. Al margen de que ya empiecen las matizaciones sobre la idea original que se basaba en la injusticia de un impuesto que se paga aunque la empresa esté en pérdidas, ha pasado tiempo más que de sobra para que alguien dé explicaciones más concretas, sobre todo a los ayuntamientos, que serán los directamente perjudicados. El problema no es quitar un impuesto, sino decidir con cuál otro van a compensar los municipios la pérdida de ingresos y ahí parece que el Gobierno no tiene ninguna intención de mojarse.
CANTABRIA NO VA IGUAL SIN COCHE OFICIAL.
Cuando uno se baja del coche oficial, las cosas al parecer se ven muy distintas. Es lo que le ha pasado al ex consejero de Industria, José Ramón Alvarez Redondo. De ser el martillo de herejes contra todo el que osase discrepar del “España va bien y Cantabria mejor”, ha pasado a lamentar la falta de pujanza de la región, que la deja descolgada de la España que avanza por el camino de las nuevas tecnologías. Es curioso el cambio de opinión, porque el problema no es nuevo y cuando gobernaba Alvarez Redondo era ya cosa sabida por todos, menos por el consejero.