Un gasoducto transversal atravesará la región
Dentro del Plan Energético que ha remitido a las Cortes, el Consejo de Ministros ha considerado estratégico el redimensionamiento de la línea que suministra gas a Castro Urdiales desde el País Vasco, que actualmente es de 16 bar de presión y pasará a 72. Además, esta línea, que ahora tiene 40 kilómetros de longitud, será recrecida para el año 2006 hasta conectar con Llanera, una localidad próxima a Oviedo, cerrando el bucle de suministro de Cantabria, con posibilidad de alimentación desde ambos extremos.
Tras esta decisión, la red de gas resultará muy holgada para las necesidades actuales y podría asumir las originadas por las tres centrales eléctricas de ciclo combinado que se instalarán en los alrededores de Torrelavega, cuya entrada en funcionamiento casi triplicará los consumos de gas de la región.
Dentro del Plan Energético se incluyen también los ramales que se construirán desde la subestación de Villapresente (Reocín) hasta el emplazamiento de las futuras centrales de ciclo combinado, y el gasoducto en ejecución Gajano-Treto, con ramal a Laredo, una línea de 37 kilómetros a 72 bar de presión.
Todo ello supondrá una inversión de 29 millones de euros (4.825 millones de pesetas), condicionada en parte a que se construyan las tres centrales previstas, dado que en caso contrario, el Gobierno estima que no sería necesario redimensionar la red. Unas inversiones que quedan muy lejos, sin embargo, de los 468 millones de euros (casi 80.000 millones de pesetas) que están previstos para el País Vasco, donde se cumplirá la aspiración local de poseer una planta de regasificación que aumente su autonomía energética.
Bravo y Vitrinor tendrán que esperar
La extensión de la red de transporte (alta presión) no va a influir a medio plazo sobre el acceso a nuevas zonas de la región (red de distribución). De hecho, las dos industrias de la comarca del Asón más consumidoras de energía y que tienen gran interés en disponer de gas natural habrán de esperar a una propuesta que el Gobierno regional ha presentado ante el Ministerio de Industria para conseguir que ese posible ramal sea incluido en sus planes de extensión a nuevos núcleos. Tanto Inyecnor, del Grupo Bravo, que funde sus piezas de automoción con hornos eléctricos, como Vitrinor, que utiliza un horno alimentado por fuel oil para el esmaltado de las baterías de cocina que fabrica, han solicitado insistentemente la conexión al gas para reducir sus costes y ser más competitivos, pero la demanda de la zona no es suficiente para que los operadores de gas rentabilicen la inversión.
La Dirección General de Industria es consciente del problema y ha pedido una estimación de los costes que supondría hacer un tendido en una presión de 16 bares desde Treto hasta el futuro polígono del Asón, una vez que la red alcance la localidad costera, pero no parece probable que el proyecto pueda ejecutarse por el momento si no cuenta con el amparo económico del Ministerio.
Una vez tendida la red de alta presión por Enagás, los operadores en media y baja presión se mueven por la rentabilidad, atendiendo aquellas zonas donde la demanda puede amortizar en un plazo razonable la inversión que exige el llevar el gas. Las zonas descartadas sólo tienen como alternativa la inclusión en los programas cofinanciados del Ministerio de Industria o la subvención pura, algo a lo que no parece dispuesta la Administración regional.
El Plan regional de Gasificación que acabará este año ha permitido que las principales localidades de la región estén conectadas ya a la red de gas natural, si bien es cierto que facilitaba mucho la tarea la disposición poblacional, en torno a los ejes Reinosa-Santander y costero, dado que el primero coincide con el trazado del gasoducto que conecta a la región con la Meseta y el segundo con el que llega desde Asturias. De esta forma, Reinosa, Los Corrales de Buelna, Torrelavega y Santander quedaban dentro del trazado de las tuberías de alta presión, al igual que Comillas, San Vicente o Cabezón de la Sal, mientras que Castro Urdiales era enlazado con la red vasca, muy próxima.
Con la ayuda del Plan de Gasificación que concluye este año ese tendido principal se ha ido extendiendo hacia el oriente de la región para llegar a Noja, Santoña o Laredo.
Tres ciclos combinados
En el plan del Ministerio de Industria se contemplan tres centrales de ciclo combinado, los dos grupos solicitados formalmente por la sociedad Caelgese (Sniace) para ubicar en terrenos de Torrelavega y Santillana del Mar, y la de Solvay, que se instalaría en Barreda (Torrelavega). Las primeras sumarán una potencia de 828 megavatios y la segunda de 400, lo que convertirá la zona en uno de los puntos de generación eléctrica más importantes del país, dado que en un radio de dos kilómetros se encuentran también las cogeneraciones de Solvay, Sniace y Armando Alvarez.
Las decisiones estratégicas adoptadas para la red de gas, con la nueva conexión al País Vasco a través de una tubería de 24 pulgadas y la extensión del gasoducto paralelo a la costa hasta Asturias garantiza no sólo el volumen de gas necesario para estas centrales, sino también la continuidad en el suministro. Las dudas se plantean para el caso de que surgiesen otros proyectos de ciclo combinado, a los que el Ministerio no parece muy predispuesto.
A pesar de que el Gobierno prepara un sistema tarifario especial para la energía eléctrica que produzcan las centrales de ciclo combinado, con el fin de resarcirles de posibles subidas en el precio del gas, el Gobierno muestra un cierto escepticismo en el Plan Energético al abordar las necesidades de infraestructuras gasísticas para estas plantas de ciclo combinado, dado que los proyectos presentados por las eléctricas suman más de 35.000 megavatios, cuando las necesidades reales del país no superan la mitad de esta cifra, lo que hace suponer que buena parte de ellos no llegarán a construirse, como ocurrió con muchas de las nucleares que se proyectaron en los años 70.