Nada es lo que parece
EL POLLO Y LOS TURISTAS
Un mal año para el pollo, un mal año para la cerveza y un año pésimo para los relojes de lujo. Esto, así dicho, no son más que datos coyunturales, pero lo sorprendente es la causa: el descenso de los turistas. Nunca hemos llegado a comprender hasta qué punto es importante el tener dentro del territorio nacional a 48 millones de personas foráneas cada año que, por obligación, tienen que comer y beber nuestros productos y aprovechan para darse algún capricho. El turismo desencadena una cascada de efectos económicos que afectan a muchísimos más sectores de los que solemos imaginar. Quizá por eso, todos los países intentan subirse a su carro.
LAS TORRES NOS CAEN ENCIMA
Al año del atentado de las Torres Gemelas se puede asegurar que las repercusiones económicas han sido muy importantes, pero ¿hasta qué punto? Aparentemente, todos los males provienen del 11-S y los más afectados por sus efectos fueron los intereses norteamericanos pero, sorprendentemente, la Bolsa de Nueva York ha sido la que menos ha caído en este año. Mientras que el Dow Jones ha bajado sólo un 11,2%, el IBEX español descendió un 18% y el alemán un 25,5%. Lo preocupante no es que nosotros amplifiquemos los males de los directamente afectados, sino que nadie se moleste en estudiar seriamente el por qué.
EXTRANJEROS QUE VENDEN
¿Acabarán por decidir las alineaciones de los clubs de fútbol los patrocinadores deportivos? Probablemente, sí. Las multinacionales ya han comprobado lo rentable que puede ser el fichaje de un jugador, por poco conocido que sea, del país en el que quiere extender su mercado. Por ejemplo, el Osasuna, uno de los más modestos de la Liga española, aparece todos los días en la televisión mexicana desde que fichó como entrenador al seleccionador y a dos jugadores de aquel país. En Japón, todos los aficionados se han hecho forofos del Parma italiano después de que este club contratase a Nakata. Así que ya lo sabe. Si usted es patrocinador de un equipo y quiere vender frigoríficos en el Polo, consiga que contraten a un astro de aquella zona, y no dude que le comprarán los frigoríficos.
¿REBAJA DE LAS PENSIONES?
El Gobierno ya ha comunicado a la Comisión Europea que tiene la intención de ampliar la base de cálculo de las pensiones, que ahora sólo estima los últimos quince años de cotización. Cada ampliación supone un descenso general de las pensiones, que podría llegar hasta un 30% si se contemplase toda la vida laboral. Lo que no cabe entender es la cantidad de mensajes cruzados sobre este asunto, ya que por un lado se insiste en los superávits que está obteniendo la Seguridad Social y la magnífica evolución del Fondo de Reserva que garantiza la solvencia del sistema en los términos actuales al menos hasta el 2020 y, por otra, se advierte de la intención de modificarlo.
CURIOSA ESCANDALERA
El Santander Central Hispano ha revolucionado los mercados inmobiliarios con su decisión de sacar a la venta cinco de sus edificios madrileños más notables. El asombro no proviene de los 364 millones de euros que pide –por cierto, un precio muy elevado– sino por haber utilizado un simple anuncio de periódico para buscar los compradores. Hasta ahora, este tipo de asuntos se encargaban a una sociedad especializada que sondeaba a posibles interesados, de la misma forma discreta en que se han vendido tradicionalmente las empresas. Lo curioso es que escandalice la difusión de estas intenciones al común de los mortales cuando, obviamente, es el único sistema que permite garantizar que se enteren todos los potenciales compradores y, por tanto, el mejor para el vendedor.
YATES DE EMPRESA
En un solo año se han multiplicado por cuatro los yates de empresa que hay en España. Hasta ahora, parecía justificable la existencia de coches de empresa, aunque fuesen de lujo, pero no cabía pensar que las compañías necesitasen también yates, a no ser que se dediquen a cultivos marinos, por ejemplo. Pero el año pasado se ha convertido en una necesidad imperiosa y esto ha despertado los recelos de Hacienda, que se ve privada de los impuestos que pagaría un propietario particular. La Agencia Tributaria lo atribuye al afloramiento de dinero negro, en cantidades superiores a las previstas, que produjo la desaparición de la peseta y, además de inspeccionar a los compradores de coches de lujo, ha decidido extender las investigaciones hacia los yates, las joyas, las antigüedades, los metales preciosos y las transferencias hacia paraísos fiscales.