Cantabria triplicará en diez años su producción eléctrica
El Ministerio de Industria estima que las necesidades eléctricas regionales sólo van a aumentar un 23% en los próximos diez años, para la temporada de invierno y un 34% en la de verano, a la vista de que la progresiva implantación de los sistemas de aire acondicionado van equiparando los consumos de los meses cálidos (ahora un 10% inferiores) y los de la temporada de calefacciones.
Frente a esta moderada evolución de la demanda, la producción regional de energía se va a disparar. Sólo en instalaciones eólicas, y a pesar de la política restrictiva del Gobierno regional, se obtendrán 300 megavatios. A esta aportación habrá que añadir las tres centrales de ciclo combinado solicitadas por Sniace y Solvay, con una potencia conjunta de 1.200 megavatios y las cogeneraciones, que llegarán a 430 MW. Si a estas expectativas se le suman los saltos de agua actuales propiedad de Saltos del Nansa y la central de bombeo de Aguayo, la región pasará a producir más de 2.300 megavativos y de ellos 1.500 en Torrelavega que, de la noche a la mañana, va a facturar más por energía que por sus actividades industriales, al acumular una capacidad generadora holgada para abastecer todas las necesidades de la región.
Cantabria, que hasta ahora ha tenido una cobertura eléctrica de apenas el 35% de sus necesidades, pasará a ser muy excedentaria, a pesar de no tener ninguna fuente energética propia, a excepción del viento. En la actualidad, la región tiene un déficit de 337 megavatios en invierno y de 290 en verano, que son satisfechos con energía procedente de las comunidades limítrofes.
Las redes estratégicas
A tenor de esta evolución de los consumos y de la demanda, el plan energético que ha remitido el Ministerio de Industria al Parlamento analiza las necesidades de transporte de energía eléctrica para los próximos años. Como era previsible, el mayor énfasis se pone en la polémica línea de 400.000 voltios que atravesará la región desde occidente hasta oriente. Según el Ministerio resulta estratégica por muchos motivos y uno de ellos es resolver los problemas de suministro en el entorno de la bahía de Santander, donde la capacidad de la red actual está muy apurada y se producen perturbaciones en la calidad del suministro provocadas por los sistemas de aprovechamiento eléctrico de algunos grandes consumidores como la acería de GSW o los trenes de Renfe.
El tendido de 400 kV conlleva, además, una subestación en Penagos para la transformación a 220.
La discutida línea de 400 kV no sólo tiene una utilidad regional. Dentro del Plan ministerial tiene un papel muy destacado, con el nombre de Eje Norte, para el transporte de la energía en la Cornisa Cantábrica dado que une las subestaciones de Soto de Ribera, junto a la central eléctrica del mismo nombre, próxima a Oviedo, hasta Abanto, Güeñes e Itxaso, en el País Vasco. El Ministerio reconoce que la línea es muy importante para evacuar los excedentes de energía asturiana y para la producción que se añadirá con los ciclos combinados que también están previstos en la provincia vecina.
En el caso del País Vasco ocurre algo parecido. El Plan pone de relieve que la línea de 400 kV mejoraría las posibilidades de exportación energética hacia el sistema eléctrico francés y resolvería el relativo colapso que se produce en el entorno de Santurce donde ya se generan alrededor de 900 MW, que necesitan ser evacuados de una forma eficaz. Además, aportaría un mallado de seguridad para la red vasca, es decir caminos alternativos con suficiente capacidad para el caso de interrupciones en el suministro a través de cualquiera de las líneas.
El Plan también considera necesaria una nueva línea de 220.000 voltios entre Astillero y Treto para atender el crecimiento de la demanda en la zona oriental de Cantabria y otro eje de 220 kV entre Astillero-Cacicedo y Puente San Miguel, dirigido a garantizar la calidad del servicio de los clientes industriales que se agrupan en la zona central de Cantabria.
La última actuación del plan energético que afecta a Cantabria estará vinculada a la puesta en servicio de los trenes de alta velocidad, que por lo general van acompañados en cada uno de sus corredores con una línea eléctrica de gran capacidad.
Una inversión adelantada
En conjunto, Red Eléctrica Española, compañía que detenta el monopolio del transporte de energía eléctrica, deberá hacer en Cantabria una inversión de 49,1 millones de euros en la próxima década, de los cuales 28 serán para los tendidos y 21 para las subestaciones, la cuantía más reducida del país, a excepción de La Rioja, la única región que según el plan tiene todas sus necesidades de transporte de energía eléctrica cubiertas a corto y medio plazo.
En realidad, gran parte de este gasto ya está hecho, puesto que el tendido de 400 kilovoltios hace años que se encuentra prácticamente ultimado en su traza hasta Penagos, y han sido los problemas legales planteados por los vecinos, con el respaldo de los tribunales, los que han retrasado el proyecto en el terreno administrativo, hasta el punto que prácticamente han obligado a iniciar otra vez la tramitación desde el principio.
Las restantes infraestructuras eléctricas previstas en el Plan no serán necesarias hasta el año 2006 y responden a las necesidades de evacuación de la energía que produzcan los dos módulos de ciclo combinado solicitados por Caelgese, la sociedad participada por Sniace. Al tratarse de un gasto condicionado a que se produzca la instalación de estas plantas, el Plan ministerial pondera el gasto al 50%, de forma que sólo estima 2,54 millones de euros, en lugar de los cinco que costará la línea de evacuación, y 1,74 millones de euros para la subestación que, en realidad, exigirá el doble. Una vez que Sniace ha encontrado ya un socio tecnológico y financiero para la puesta en marcha de esta gigantesca planta eléctrica en la empresa belga Electrabel, el proyecto puede darse por seguro y por tanto, le necesidad de la línea y la subestación como absoluta.