El milagro de las microfibras
En la mayoría de las soleras de hormigón en las que las cargas no generan roturas en la base gracias a un espesor de hormigón suficiente, tradicionalmente se ha colocado un mallazo calzado en el tercio superior de la solera. Este mallazo calzado, típicamente un 15x15x6, se coloca para absorber las tensiones de la retracción plástica del hormigón y no con la finalidad de soportar cargas como se viene suponiendo por una amplia mayoría de profesionales.
Las tensiones en la solera se generan como consecuencia del lento micro movimiento de la masa del hormigón, debido a la variación del volumen del mismo y la porosidad producida al evaporarse una parte importante del agua presente en el hormigón fresco. El hormigón trata de cubrir mediante micro asentamientos aleatorios estos cientos de millones de microporos. Cuando un mallazo no se calza adecuadamente y se deja tirado en el suelo, no consigue paralizar este micro movimiento, y en consecuencia, el hormigón en libre movimiento acumula micro desplazamientos generando fisuras superficiales visibles. Cuando una malla electrosoldada se coloca a una distancia entre 5 y 7 cm de la superficie, estos micro movimientos se detienen y generan tensión en la malla que los detiene. Lejos de aportar un beneficio, lo que se asegura es que los micro poros continúen presentes en la solera, justamente por no haber permitido los asentamientos que los habrían hecho desaparecer. Se apuesta por una estética superficial agradable a la vista, antes de apostar por un hormigón de calidad y libre de microporos. Los micro poros son su debilidad por la que su vida útil se verá acortada.
Fibratec ha demostrado en el estudio N.º: RWHT07777 realizado por la Escuela de Ingeniería Civil de La Universidad de Birmingham en febrero del 2002, que la adición de 2 kg/m³ de su fibra para hormigón V12-AM de 13 mm fabricado en Japón con el mayor contenido de zirconio a nivel global, aporta al hormigón las características necesarias para que estos micro movimientos disminuyan drásticamente. Por ende, su adición permite sustituir el mallazo calzado, ya que su presencia ya no es necesaria. El estudio arroja los siguientes resultados a 28 días en un hormigón H25: Disminución de la penetración de aire un 87 %, disminución de penetración de agua un 58 %, disminución de carbonatación un 48 %, disminución de absorción por capilaridad un 37 %.
Estas increíbles mejoras en la calidad del hormigón son muestra de la disminución drástica de su porosidad gracias a la adición de la fibra de vidrio AR Fibratec V12-AM. Así se consigue una solera más resistente a la abrasión superficial, con mayor vida útil, más económica (ahorro entre 20 y 40 %), ejecutada en la mitad de tiempo, fácil transporte, sin accidentes de manipulación de mallazos oxidados ni necesidad de mano de obra especializada. Nada de esto es posible con mallazo.