El liderazgo femenino favorece más el emprendimiento en la empresa familiar, según un estudio de la UC
La catedrática de Organización de Empresas de la Universidad de Cantabria (UC), María Concepción López Fernández, participa en el estudio “Learning to be entrepreneurial: Do family firms gain more from female leadership than nonfamily firms?”, publicado en la revista Strategic Entrepreneurship Journal, una de las mejores revistas del mundo en el ámbito de la gestión empresarial y, específicamente, en el del emprendimiento. En el estudio se concluye que la empresa familiar “es más favorable para que las mujeres puedan ejercer mejor sus labores de máximas ejecutivas y, por tanto, ser capaces de generar una mayor capacidad de emprendimiento”, según señala la profesora de la UC.
El estudio, escrito por Remedios Hernández-Linares de la Universidad de Extremadura; María Concepción López Fernández de la Universidad de Cantabria; Kimberly A. Eddleston de la Northeastern University y Franz Kellermanns de la University of North Carolina – Charlotte, profundiza en cómo las personas que ocupen la posición de primer ejecutivo (CEO) son capaces de liderar sus empresas para transformar la capacidad de aprendizaje en orientación al emprendimiento, un comportamiento empresarial altamente relacionado con el rendimiento de las compañías.
El origen de su conclusión, de acuerdo al estudio, radica en que “habitualmente, tanto las variables como los adjetivos con los que describimos el liderazgo y el emprendimiento son básicamente masculinos: agresividad, competitividad, asertividad… Y esos valores no se corresponden con los que se asignan a las mujeres”. Esta incongruencia entre estereotipos de género y los asignados a una determinada labor profesional, explica la catedrática, “frenan, muchas veces, la capacidad de las mujeres de tomar decisiones y de ejercer su influencia en las empresas. Sin embargo, en las empresas familiares, al haber otro tipo de valores más comunales, que no están únicamente relacionados con rendimientos financieros, existe una menor confrontación, un menor choque entre los estereotipos de género y los del liderazgo propio de la gestión de la empresa”, profundiza López.
De hecho, López señala que “cuando analizamos empresas no familiares, el sexo del primer ejecutivo no influye en su capacidad para transformar el aprendizaje en emprendimiento. Da igual que sea hombre o mujer, pero en una empresa familiar, si el CEO es una mujer, sí que esa mujer va a ser capaz de sacar mayor rendimiento, de transformar mejor el aprendizaje en emprendimiento”.
Metodología del trabajo
Para obtener estos resultados, se ha realizado un análisis de regresión sobre datos de encuestas que medían la orientación emprendedora y la orientación al aprendizaje en 322 pequeñas y medianas empresas españolas: 198 empresas familiares y 133 empresas no familiares, con un 20 por ciento de representación de mujeres como directoras ejecutivas en todo el grupo.
Un informe reciente de EY, estima que hasta el 55 por ciento de las mayores empresas familiares del mundo tiene al menos una mujer en su consejo de administración y el 70 por ciento está considerando a una mujer como su próximo director ejecutivo.
Emprendimiento y aprendizaje
El análisis encontró que, en empresas familiares y no familiares, independientemente del sexo del CEO, todos los aspectos de la orientación al aprendizaje estaban relacionados positivamente con el espíritu emprendedor. Sin embargo, hubo marcadas diferencias según el sexo del CEO y si la organización era una empresa familiar.
Los autores postulan que las empresas familiares tienden a centrarse en ser inclusivas y apoyar a las partes interesadas internas y que su énfasis en la familia y la comunidad están más próximos a los estereotipos sobre el liderazgo femenino como la construcción de relaciones y la difusión de valores.
El estudio ofrece, de esta forma, un mayor contexto a décadas de investigaciones contradictorias que demuestran una multitud de beneficios empresariales asociados con el liderazgo femenino, pero también un desempeño más lento. “La clave puede estar en la cultura: las mujeres pueden crear un mayor impacto en empresas que enfatizan al menos algunos valores más tradicionalmente femeninos”, concluye.