NorthDelta: un hidrogel innovador contra las sequías

Bryan Sánchez y Eric Rodríguez del Río son los promotores de NorthDelta, una empresa especializada en productos para el campo que está a punto de sacar al mercado un hidrogel para combatir la sequía. Esta sustancia (parecida a la que se emplea en los pañales de bebés) retiene hasta 300 veces su peso en agua, por lo que permite conservar la humedad alrededor de las plantas durante meses, algo que resulta esencial en muchos puntos de España donde los recursos hídricos son muy escasos.

Las consecuencias del cambio climático son cada vez más alarmantes. El año pasado fue para España el más cálido de toda la serie histórica y las previsiones de cara al futuro no son nada halagüeñas. Los agricultores, uno de los colectivos profesionales más afectados, lidian a diario con la incertidumbre de irse a la quiebra por culpa de las sequías, pero todavía queda hueco para la esperanza. La empresa NorthDelta, de la mano de dos jóvenes emprendedores –Bryan Sánchez  Alonso y Eric Rodríguez del Río– está a punto de dar salida a un hidrogel que permitirá ahorrar hasta un 60% de agua en los cultivos, independientemente de su tipología y tamaño. Ese es el porcentaje que se desprende de los ensayos realizados de sus laboratorios en Zaragoza. “Tenemos las instalaciones en Tauste, un pueblo en el que hay una especie de desierto. Cerca de esa localidad está Remolinos, donde hay una mina muy grande de sal mineral y allí, al lado de los laboratorios, tenemos un pequeño terreno de pruebas”, explica Sánchez Alonso.

Los fundadores de NorthDelta creen que podrán comercializar el producto este año, si concluyen a tiempo los ensayos. “Si todo sale a pedir de boca, quizá podamos participar el año que viene en el Ifema de Madrid con un stand”. De lo que sí están seguros es de que obtendrán la patente en unos cinco meses.

Según desvelan, cualquier agricultor podrá beneficiarse de este producto. “No importa si se dedican a los cereales, las hortalizas, los arándanos o cualquier frutal de temporada. Además, también se puede usar en jardines públicos y privados”, añaden.

Ambos socios se han centrado en este proyecto, pero no abandonan otros que tenían entre manos. Cuando Bryan era tan solo un adolescente, diseñó un sistema de recolección de pimientos. Más tarde, atendió el interés de un grupo de productores de azafrán que demandaba una máquina para su monda y tostado. “Hicimos un primer prototipo y seguimos trabajando en su rediseño, pero ahora estamos más centrados en el hidrogel”, confiesa.

Tres ingredientes

Los dos emprendedores dejan claro que no han creado ninguna molécula nueva. De hecho, los tres ingredientes que forman su producto –que absorbe 300 veces su peso en agua– se encuentran disponibles en el mercado. El factor innovador de su trabajo radica en cómo han unido esas piezas y en qué proporciones. “La receta de Coca Cola está hecha a partir de sustancias muy comunes, pero la mezcla consigue que el producto funcione. Si quitas un ingrediente, deja de ser Coca Cola. En nuestro caso, sucede lo mismo”, compara Bryan Sánchez.

Uno de los componentes es el hidrogel, que a diferencia de otros productos sintéticos, no es perjudicial para el suelo. Al contrario, con el tiempo se transforma en amoniaco, nitrato y sales minerales, nutrientes que enriquecen la tierra. Rodríguez lamenta no poder desvelar cuáles son los otros dos componentes, pero asegura que uno de ellos es un sustrato capaz de retener el agua más tiempo en suelos porosos.

El tercero permite que el suelo se adapte adecuadamente a la nueva situación, ya que si pasa de estar deshidratado a todo lo contrario en un lapso de tiempo muy breve, se puede alterar y dar lugar a resultados indeseados. “Hemos unido lo más barato, rentable y lo que mejor funciona”, apunta.

En los últimos meses, Bryan ha recorrido buena pare de la costa mediterránea, además de Albacete, Madrid y Zaragoza hablando con los agricultores y está convencido de poder encontrar clientes en todas partes. “Están desesperados. Yo sé que si les llamo mañana, lo tengo vendido”, asegura rotundo. Una muestra es la oferta del Ayuntamiento de Carpio del Tajo, en Toledo, para hacer las pruebas con agricultores de la zona.

Según Sánchez, su hidrogel es “uno de los consumibles más baratos” que existen, pero comprende que para los  productores con fincas de gran extensión recurrir a esta alternativa puede suponer un gran coste. Pese a ello, matiza que el desembolso sería muy inferior a las pérdidas que pueden provocarles las sequías, además del ahorro de agua que se consigue frente a los riegos tradicionales. “Nosotros concebimos el hidrogel más como una solución que como una forma de hacer negocio. Mi padre es agricultor y sé lo duro que es”, señala.

Hidrogel bajo demanda

Para los emprendedores, cada cliente es un mundo, pues no todos los cultivos tienen los mismos requerimientos. A partir de muestras del suelo y sabiendo el tipo de cultivo pueden calcular cómo debe ser la composición exacta del hidrogel para ese terreno. El agricultor recibe los productos por transporte terrestre “y es él quien junta los tres componentes. Nosotros no lo hacemos aquí porque, si lo hiciésemos, el producto absorbería la humedad del interior del camión y su volumen sería muy superior al de la caja del vehículo”, detalla.

Para aplicarlo, solo hay que mezclar el producto con la tierra en el rotabateo o ponerlo junto con el plantón al realizar el cultivo. El hidrogel tiene una duración de siete meses y se aplica una vez por cosecha.

Con esa humedad, las plantaciones queden a buen recaudo durante los tres o cuatro meses que dura la sequía y el agricultor tiene un plazo añadido para trabajar sin temer por su cultivo.

Su objetivo es ser rentables, como cualquier empresa, pero sobre todo, ser útiles:  “Nunca subiremos los precios, más allá de lo que marque el IPC. Solo queremos ayudar a los demás y aportar algo a la sociedad”, concluye.                

David Pérez