Ingeotec entra en el mercado de la estabilización de taludes en México
La compañía está creando un canal para ayudar a empresas metalúrgicas de Cantabria a internacionalizarse
Cada vez son más los cántabros que traspasan fronteras. El ingeniero Mario Salcines fue director de dos plantas ferreteras en México y a su regreso a Cantabria, ha fundado Ingeotec junto a Rubén Diego y Alberto Hernández. Se trata de una compañía especializada en el diseño de soluciones técnicas en el campo de la geotecnia, un mercado aún por explotar al otro lado del charco. En un año, ha facturado 5 millones de euros y el objetivo para 2024 es duplicar la cifra.
Una conversación telefónica puede cambiar la vida de una persona. Lo puede decir alto y claro el empresario Mario Salcines, un ingeniero marino oriundo de La Penilla de Cayón. Mientras veía una final de Copa del Rey, recibió una llamada que duró menos de diez minutos en la que le propusieron desplazarse a México para –a sus 24 años– ponerse al mando de una de las dos plantas que tiene en ese país Clavos Nacionales, un fabricante de productos de alambre que en ese momento tenía casi 500 empleados y ahora supera el millar. Al cabo de un año, también asumió la dirección de la planta que tiene la sociedad en Querétaro.
Tras esa experiencia en el mundo del trefilado, el alambre y los tornillos, sintió la sensación de haber cumplido un ciclo vital y decidió volver a Cantabria.
Después de una breve estancia en Tycsa como responsable de producción, se embarcó en una nueva aventura profesional que a día de hoy le sigue dando muchas alegrías. En esta nueva etapa viaja de la mano de dos socios, Rubén Diego y Alberto Hernández, también ingenieros. Juntos fundaron Ingeotec hace un año, una compañía especializada en soluciones técnicas en el campo de la geotecnia.
En su primer ejercicio, han facturado nada menos que cinco millones de euros y en este 2024 estiman que esa cifra podría duplicarse, aunque apelan a la cautela, debido a que el grueso de sus ingresos procede de grandes proyectos promovidos por el gobierno mexicano, a los que acceden gracias a las subcontrataciones de las empresas adjudicatarias. “Se están haciendo muchas obras en el país porque se acercan las elecciones. Luego habrá una bajada, pero las expectativas son muy optimistas”, reconoce Salcines.
A pesar de su corta vida, su empresa ya ha tenido la oportunidad de participar en varios macroproyectos en aquel país, como la construcción de la autopista Barranca Larga-Ventanilla, un recorrido de 104 kilómetros que unirá la capital de Oaxaca con Puerto Escondido y requerirá una inversión de unos 400 millones de dólares. “Allí hemos estabilizado tres cortes de taludes con nuestra malla”, explica Salcines.
Ingeotec cuenta con socios tecnológicos como la empresa santanderina 3S Geotecnia y Tecnología. “Nosotros buscamos sinergias locales y las llevamos a México. El director de la compañía nos dijo que si vendíamos allí un contenedor sería un éxito y conseguimos que fuesen 24”, indica Salcines.
Trabajar de manera conjunta con esa compañía no fue producto del azar. Alberto Hernández, antes de trabajar en Ingeotec, desarrolló su carrera profesional en 3S Geotech, donde participó de manera activa en el desarrollo técnico de la malla que ahora comercializan para terceros.
México, un mercado floreciente
Mario Salcines sostiene que el mercado mexicano ofrece en estos momentos muchas más oportunidades que el español, en parte porque los trazados de las carreteras en México son más radicales, con grandes cortes en las montañas, y eso obliga a utilizar mallas reforzadas, para evitar que sean arrolladas por los desprendimientos, mientras que en España el diseño de las carreteras tiene muy en cuenta el impacto ambiental. “En España no se hacen cortes de taludes muy grandes ni se abren esas enormes canteras a cielo abierto”, apunta Rubén Diego.
Otro aliciente para enfocarse en el mercado mexicano es que la situación de sus infraestructuras puede compararse a la que había en España hace 30 años.
Salcines está convencido de que gran parte del éxito de su empresa en Latinoamérica es consecuencia de un trato cercano con el cliente, aunque eso les implique tener que cruzar el Atlántico varias veces a lo largo del año. Hernández confiesa haberse subido a un talud de 60 metros en Puerto Escondido solamente para resolver una duda sobre cómo tenían que ir colocados los anclajes de la malla y Salcines recuerda haber recorrido 400 kilómetros hasta Veracruz durante su última visita a México para atender una pequeña consulta. “El concepto que se tiene en México de ‘dar servicio’ es distinto al de España. Significa hacer un favor si te lo piden y estar ahí dando soporte de verdad. El haber vivido allí te permite conocer esas connotaciones culturales y eso es un plus”, sentencia.
Delegación mexicana
La sede de Ingeotec en Cantabria se encuentra en Torrelavega y es, técnicamente, una delegación, porque la razón social de la empresa está en México. Es la forma que encontraron los socios para llevar el producto desde Cantabria directamente a la obra que estén realizando en México sin que se considere importado. De lo contrario, la malla se quedaría en la aduana y luego sería necesario realizar la importación, unos trámites lentos, incompatibles con la urgencia que en muchas ocasiones requiere la colocación de estas mallas.
Ingeotec cuenta con doble delegación, una en México y otra en Cantabria
Con ese conocimiento del mercado mexicano, han decidido crear un canal de negocio para ayudar a industrias cántabras del sector metalúrgico y siderúrgico a exportar su producto a aquel país. “En Cantabria hay fabricantes muy bien posicionados y con niveles solventes, pero que por diversas circunstancias, no se atreven a dar el paso. Nosotros podemos acompañarles en ese proceso de internacionalización”, aseguran.
Los impulsores de Ingeotec resaltan que su mercado está muy condicionado por la urgencia: “Nunca sabes cuándo puede haber desprendimientos. El cliente necesita tener el material para ahora. No puede esperar seis u ocho semanas a que llegue el primer contenedor”.
Por ese motivo, han reinvertido parte de los beneficios en una ‘bodega’ –así llaman los mexicanos a las naves industriales– que utilizan como almacén. “Podríamos haber tenido un buen dividendo, pero hemos querido reinvertir. Hemos sacado un sueldo normal y hemos reinvertido para tener inventario en México. Un descerebrado se hubiese comprado un Lamborghini, pero nosotros tenemos claro que queremos apostar por crecer”, enfatiza Salcines.
Si de nuevo obtienen unos rendimientos semejantes a los de 2023, uno de los objetivos de los empresarios cántabros es levantar una pequeña planta de producción en México. “Es un país en el que está todo por hacer”, defiende Diego.
Un futuro prometedor
Otra de sus intenciones es tener presencia en Guatemala y Estados Unidos, un mercado diez veces más grande que el mexicano. “Este mes nos vamos a California para negociar. Además, tenemos un contacto increíble que nos va a meter en una nueva línea de negocio, que es la minería, un ámbito en el que también se necesitan mallas de estabilización y otros accesorios. Tranquilamente podemos llegar a multiplicar lo que hemos hecho este año”.
‘En Cantabria hay fabricantes muy bien posicionados pero que no se atreven a dar el paso’
Alberto, Mario y Rubén coinciden en que les encantaría desarrollar proyectos en España pero confiesan que es complicado. “No estamos cerrados a trabajar para clientes españoles, pero no lo esperamos. Nuestras oportunidades pasan por México, Guatemala y Estados Unidos”.
Los tres socios tienen claro que conocerse fue algo que estaba destinado a ocurrir y ahora empiezan a recoger los primeros frutos de años de duro trabajo. “Si hubiésemos intentado hacer esto con 25 años hubiese sido imposible. Ni Mario conocía México, ni Alberto tenía casi idea de las mallas ni yo estaba haciendo ingeniería. Todo ha surgido cuando tenía que suceder”, concluye Rubén Diego.
La asesoría metalúrgica SM WIRE STEEL
Desde que puso rumbo a Cantabria, Mario Salcines tenía claro que su futuro pasaba por emprender. Antes de aliarse con Rubén Diego Carrera y Alberto Hernández para crear Ingeotec, impulsó un proyecto empresarial más personal, SM Wire Steel, al que se dedica de forma paralela.
A Salcines no le gusta describir a esta compañía como un consultoría, sino como un aliado estratégico en el desarrollo de negocios. SM Wire Steel ofrece servicios de desarrollo organizacional, pero también para la puesta en marcha de líneas productivas o diseño de sistemas de gestión de calidad.
La empresa aborda otros ámbitos más concretos, como ayudar a sus clientes a definir el proceso de fabricación de tornillos estructurales u optimizar el uso de líneas de producción. Para ello, recurren a distintas estrategias como idear soluciones para minimizar la pérdida de material durante el proceso de fabricación o aumentar las velocidades de trefilado.
Desde SM Wire Steel, también trabajan en los tratamientos térmicos y las composiciones químicas más adecuados para los productos de acero, de cara a garantizar las mejores condiciones de resistencia y durabilidad.
La compañía ofrece, además, soluciones para sustituir el decapado químico por el mecánico en el proceso de trefilado, lo que puede conllevar beneficios económicos y ambientales. Salcines desvela que SM Wire Steel ya ha llamado la atención de dos empresas italianas para otorgarles la representación de sus productos en México. “Una de ellas es líder mundial en el sector de la maquinaria de cable y cada una de sus máquinas puede costar un millón de euros. Cuando la líder mundial se fija en ti, quiere decir que conocemos el mercado y somos buenos en lo nuestro”, subrayan.
David Pérez