Neinor completa la venta del polígono de Igollo
La imagen tradicional de los polígonos fríos y funcionales, ajenos a cualquier planteamiento estético, puede pasar a la historia. El diseño empieza a llegar a estos reductos industriales, sobre todo para aquellas actividades que, además de un espacio para la fabricación y almacenaje, necesitan contar con zonas de atención al público o con áreas de exposición donde hacer visible su oferta.
El vacío que existía en Cantabria de este tipo de recintos probablemente justifica el éxito del polígono puesto en pie por Neinor en Igollo (Camargo), denominado Parque de Actividades Económicas La Esprilla. Una gran zona empresarial de 46.000 metros cuadrados de superficie situada junto al casco urbano de Santa Cruz de Bezana y muy próxima a la autovía que une Santander con Torrelavega. En este estratégico emplazamiento, Neinor ha levantado tres grandes naves que suman 36.000 metros cuadrados, aptas para albergar tanto actividades de exposición o de distribución como productivas.
Los inmuebles cuentan con una planta baja y una zona de entreplanta pensada especialmente para oficinas, y disponen amplias zonas acristaladas, que servirán como expositor, además de fachadas a calles diferentes, lo que permite diferenciar las labores de recepción y expedición de mercancías de las de atención al público.
El polígono se completa con cerca de 22.000 metros cuadrados de zona verde y espacios libres para viales y aparcamiento. La inversión realizada por la promotora vasca en este proyecto se ha elevado a 15 millones de euros (2.500 millones de pesetas).
Bien sea por estas características o por su estratégico emplazamiento, muy cercano a Santander, Neinor ha comercializado ya el 95% de la superficie del recinto a un precio que oscila entre las 115.000 pesetas por metro cuadrado de la planta baja y las 50.000 de la entreplanta.
El nuevo polígono albergará cincuenta y cinco empresas de ámbitos muy diferentes, que abarcan desde firmas de alimentación y distribución, hasta ferreterías, una agencia bancaria o establecimientos de mecánica rápida.
El sector del mueble estará especialmente representado, lo que va a potenciar aún más la presencia de este tipo de establecimientos en el eje que se extiende desde Peñacastillo hasta las inmediaciones de Bezana, en donde ha acabado por concentrarse buena parte de la oferta cántabra de venta de muebles.
La superficie que ocupará cada empresa es también muy variada y los módulos oscilan entre los 200 metros cuadrados y los 1.400, lo que ha contribuido a la variedad de compradores. La propuesta de Neinor también parece haber sido atractiva como negocio, porque un 30% de las naves han sido adquiridas por inversores para su posterior explotación en alquiler o venta.
El parque empresarial linda con el polígono industrial de Otero, donde se sitúan conocidas empresas como el concesionario de vehículos BMW o Ascan. La zona más cercana a la rotonda de la vieja carretera Santander-Torrelavega es propiedad de Solares del Alisal, y su calificación como suelo de uso comercial la hace candidata a albergar alguno de los proyectos que se barajan para aquel entorno y que van desde la construcción un pequeño centro comercial y un hotel hasta su venta a un concesionario de automóviles.
Dos nuevos proyectos
La estratégica ubicación del polígono –cerca de un núcleo urbano que cuenta con todo tipo de servicios y junto a las dos vías rápidas de acceso a Santander–, ha sido un factor determinante para que la promotora vasca ejecutase un proyecto singular, que no tenía precedentes en Cantabria pero sí en Vizcaya, Guipúzcoa o Navarra, donde anteriormente ha actuado Neinor.
La buena acogida de esta fórmula pone de relieve, además, la creciente demanda de instalaciones llave en mano en las que se aglutina la faceta comercial con la productiva.
Neinor parece convencida de que este tipo de necesidades están lejos de quedar cubiertas porque prepara la construcción en Cantabria de otros dos parques empresariales, de idénticas características al de La Esprilla. Los emplazamientos elegidos son Mompía, en la zona más próxima a la autovía Santander-Torrelavega, y el polígono de Cros, en Maliaño. En esta última ubicación se produjo su primera actuación en Cantabria, con la construcción de un pequeño polígono de naves nido de 17.000 metros cuadrados.
Para poder llevar a cabo estos proyectos, Neinor prevé adquirir suelo industrial este año por valor de ocho millones de euros (casi 1.350 millones de pesetas). La promotora dedicará otros tres millones de euros a la compra de suelo para usos residenciales en la zona de Mompía, donde a medio plazo iniciará la construcción de cien viviendas.
Esta actividad inmobiliaria es otra de las vertientes de Neinor, que desde su implantación en Cantabria hace cinco años, ha llevado a cabo varias promociones de chalets en Laredo y Boo de Piélagos. En breve va a iniciar la venta en Boo de Guarnizo de 126 viviendas, garajes y trasteros, repartidos en cinco bloques con planta baja, dos alturas y un ático aterrazado. Está previsto que las viviendas se comercialicen a un precio cercano a las 200.000 pesetas por metro cuadrado.