El calor del Sur empuja a los turistas hacia el Norte
El gasto con tarjeta demuestra que con cada grado que sube la temperatura del país cambia en el comportamiento de los visitantes
El calor de las costas españolas del sur ha sido, tradicionalmente, un argumento imbatible en la captación del turismo de Europa del Norte, pero la subida de las temperaturas está empezando a cambiar los hábitos de estos visitantes. El enorme flujo que llega a España hace que ninguno de los destinos turísticos tradicionales se resienta, pero la realidad es que están perdiendo cuota de mercado en favor de las costas templadas del Norte del país. El pago con tarjetas demuestra que mientras que algunos municipios costeros andaluces han perdido consumo en los cuatro últimos años, hay lugares del Norte, varios de ellos en la costa cántabra, donde se duplicado.
Con una cota histórica de 84 millones de visitantes en 2023 y una perspectiva de más de 87 millones para este año, España puede morir de éxito, pero también de calor. Cada grado que sube la temperatura media del país se está convirtiendo en un revulsivo para el Norte, a donde se desvía una parte de ese inmenso flujo que tradicionalmente ha preferido el Sur. Por el momento, no parece que pueda representar un peligro grave para las costas mediterráneas o para ciudades como Sevilla o Córdoba, porque el aumento general de visitantes compensa esa pérdida de cuota, pero sí es más notorio en la fachada atlántica, que va de lleno en lleno. Se percibe en la calle pero la constatación ha llegado por otra vía más incontestable: el gasto de los turistas a través de las tarjetas de crédito y la subida de los precios de los hoteles.
En un informe realizado por La Caixa se cruzan estos gastos de personas foráneas con las temperaturas para analizar cómo se comportan los visitantes y la primera constatación es que las zonas más calurosas del país pierden cuota de mercado en favor de las más templadas e, incluso, de las frías. Además, se está produciendo un descenso de los gastos diurnos (cuando más aprieta el calor) que se desplazan hacia los negocios de ocio nocturno.
Las cifras no arrojan datos apocalípticos pero sí unas claras tendencias a tener en cuenta, y resultan más significativas al excluirse los datos de las ciudades, que no se resienten tanto, ya que en ellas el visitante sabe que puede encontrar refugio en muchos lugares refrigerados.
Lo que no cabe duda es de que ya hay ganadores y perdedores. Gana el Norte, en general, y en el Sur, las actividades nocturnas.
El mayor diferencial de crecimiento del gasto turístico en función de la temperatura se observa en los municipios costeros. Entre el verano de 2019 y el verano de 2023, el gasto turístico creció cerca de un 45% en las zonas de costa españolas con temperaturas medias inferiores a 21 grados durante los meses de julio y agosto (es el caso de la costa cántabra), mientras que en las más cálidas (con temperatura media superior a 25 grados), el gasto turístico creció solo un 35%. Un diferencial de diez puntos porcentuales que también puede explicarse por la saturación de determinados destinos de costa con elevadas temperaturas, que ya no tienen grandes potenciales de crecimiento.
Los datos provienen de los TPVs de CaixaBank, al computar las operaciones hechas tanto con tarjetas de crédito españolas como extranjeras, excluyendo los que realizan los residentes en esas zonas. De ellos se deduce que Cantabria está entre las zonas del país que sacan más partido de este cambio climático, aunque resultaría excesivo extrapolar los datos de un periodo tan corto.
En la mayoría de las zonas turísticas de nuestra comunidad autónoma el saldo ha sido positivo, pero hay algunas localidades costeras (Castro, Laredo, San Vicente, Comillas…) y del interior (Liébana, el valle del Asón o incluso Campoo) donde se han detectado incrementos de los gastos en estos cuatro años cercanos al 100%. Un éxito descomunal en sí mismo, pero más significativo aún si se compara con los muchísimos municipios de la mitad sur del país –los más calurosos– en los que los visitantes consumen menos que hace cuatro años.
Más extranjeros
El estudio de CaixaBank compara los datos del verano, pero el resultado podría haber sido aún más llamativo de haberse basado en los del último otoño, con unas temperaturas medias casi veraniegas en Cantabria, que provocaron unas tasas de ocupación más altas de lo habitual. Durante esos meses, los ingresos medios por habitación de hotel crecieron en nuestra comunidad un 12,4% y un 13,9% con respecto al año anterior, que ya había sido mucho mejor que la senda histórica anterior. En diciembre todavía se dejó notar el efecto del buen tiempo (+7%).
Que en 2023 se incrementasen las pernoctaciones, la ocupación hotelera y los visitantes extranjeros tiene especial mérito porque en 2022 se produjo una circunstancia puntal que elevó el volumen del negocio hotelero, la llegada de varios cientos de trabajadores extranjeros que tuvieron alojados durante meses mientras concluían el crucero de lujo ‘Evrima’ en las instalaciones de Astander.
Los hoteles se han convertido en los negocios turísticos más rentables, al comprobar que la demanda es tan sólida que las subidas de precios no están repercutiendo significativamente en los niveles de ocupación. De esta manera, los ingresos están creciendo por dos vías, el mayor número de habitaciones vendidas y por el precio más elevado al que las comercializan.