Iñaki Calvo (Director de SEG Automotive Spain): ‘Nos hemos convertido en una fábrica de electrónica’
Transformar de la noche a la mañana una fábrica de más de 650 empleados para cambiar de mercados es una desafío que pocas empresas pueden superar. La planta cántabra de SEG Automotive, ubicada en Treto, acaba de demostrar que es posible hacerlo. Su director general, Iñaki Calvo, desgranó en el Círculo Empresarial de Cantabria Económica que en solo cuatro años la compañía ha dejado de ser una fábrica exclusivamente de alternadores para vehículos de combustión y se ha convertido en una fábrica de electrónica. Tras hundirse su principal mercado, el de los diésel, SEG Automotive se ha reinventado para producir motores para coches híbridos no enchufables, motos, bicicletas y quads, además de las controladoras electrónicas que necesitan estos motores.
Charles Darwin estableció en su ley de la selección natural que no sobrevive el más fuerte sino el que mejor se adapta a las condiciones que le rodean y eso le ha ocurrido a SEG Automotive Spain. La planta cántabra, situada en Treto, veía el futuro con gran optimismo a finales de la pasada década. Desde que se fundó en 1962, llevaba fabricados 100 millones de alternadores y acababa de desarrollar un modelo de nueva generación, el llamado Powerline, más potente y eficiente, que iba a garantizarse más años de tranquilidad en un mercado internacional que prácticamente se reparte entre dos fabricantes, SEG Automotive y Valeo, que suministran los alternadores instalados en la mayor parte de los coches producidos en Europa y en muchos de los que se hacen en otros continentes.
En 2019 este panorama cambió radicalmente. El ‘Dieselgate’, que desveló que al menos uno de los grandes fabricantes de diesel, Volkswagen, falseaba las medidas de sus emisiones, provocó el hundimiento de las ventas de automóviles de esta tecnología y SEG, que suministraba a las clases premium de Volkswagen, BMW y Audi (además de a los vehículos industriales de marcas como Volvo o Renault), se encontró de repente ante el abismo. Para acabar de completar ese annus horribilis, en el mercado del automóvil se inició otra transformación preocupante para sus intereses: la llegada a Europa del vehículo eléctrico –que no necesita alternadores–. Solo el año pasado supuso el 14% de los coches vendidos en el continente. La tormenta perfecta se completó con la pandemia, que redujo significativamente las ventas de coches en todo el continente en los años posteriores.
La alemana Robert Bosch había vendido poco antes esta división de alternadores a la multinacional china ZMJ, al entender que ese producto, aunque estuviese en el origen de su ADN, ya no era de primera línea.
La nueva compañía, que nacía con el nombre de SEG Automotive, se encontró de bruces con una brusca reducción de su mercado y la planta de Treto tuvo que luchar por ser más competitiva que la otra factoría de la empresa, situada en Hungría y cuyos costes salariales suponen la tercera parte. Ese escenario obligó a la fábrica cántabra a reinvertarse. Cambiar de actividad era una apuesta tan compleja que despertó mucho escepticismo en la multinacional, pero está a punto de culminar ese proceso con éxito.
Su director general, Iñaki Calvo, reconoció en la última edición del Círculo Empresarial de Cantabria Económica que “el hundimiento del diesel nos dejó en una situación muy difícil, pero para julio de este año 2024 ya nos habremos convertido en una fábrica de electrónica”. Esa metamorfosis supone transformar una factoría electromecánica y reorientar las capacidades de una plantilla de más de 650 empleados. Un proceso crítico que la factoría cántabra gestionó de la mejor manera posible, siempre con la intención de buscar nuevos mercados.
Mientras se transformaba la fábrica era imprescindible encontrar nuevas fuentes de ingresos que completasen la pérdida de ventas de los alternadores y el equipo de Treto puso la vista en el mercado de recambios, que hasta ese momento no atendía: “Hay clientes que en lugar de gastarse 700 euros en un alternador nuevo, prefieren desembolsar 150 o 200 en uno reacondicionado”, explicó Calvo. Afortunadamente para la planta, hay “un compromiso firme de las grandes marcas para recuperar los recambios”, añadió.
El director general de la fábrica cántabra agradeció el esfuerzo que han hecho los trabajadores y sindicatos para mantener a flote la empresa, ya que a raíz de la huelga indefinida declarada hace tres años, unieron fuerzas, y resaltó especialmente, “su colaboración fue importante porque lucharon a muerte por mantener la fábrica”, dijo.
Sistemas híbridos
SEG Automotive Spain se centró también en la fabricación de motores 48V para coches híbridos, aunque estos componentes, además de conocimientos mecánicos requieren experiencia en electrónica.
La máquina híbrida tiene dos partes, la electromecánica y la electrónica. Cuando el coductor acelera aporta sus 8 kW de potencia y cuando frena, recupera energía. La fábrica tenía mucha experiencia en el motor pero ninguna en la parte electrónica, ya que se la aportaba un proveedor externo. Treto decidió que, en esta nueva época, la planta produciría también estos componentes electrónicos, que le proporcionarían más actividad, para evitar tener que desprenderse de parte de la plantilla, y más autonomía.
Para adentrarse en este terreno tan complejo, echó mano de operarios que tenían conocimientos de electrónica y podían ser reclasificados con más facilidad. “La suerte de tener una fábrica con más de 650 personas es que en esa población se sabe de muchas cosas”, constató Calvo.
Formaron nuevos grupos de trabajo con los que fueron capaces de producir los motores híbridos de motocicletas y su centralita electrónica. El primer éxito en este nuevo campo de actividad ha sido el suministro de las nuevas motos eléctricas de Correos.
Su incursión en el mundo de la electrónica le ha permitido introducirse en el sector de los vehículos ligeros electrificados. SEG Automotive Spain trabaja con Nuuk Mobility, un cliente de motocicletas que a su vez es proveedor de las motocicletas de Correos. Precisamente para ellos fabrican el motor y la controladora electrónica. Este último componente realiza la función de cerebro del vehículo.
Además, la compañía colabora con el fabricante vasco BH, para el que produce el motor de algunos modelos de sus bicicletas eléctricas. De hecho, la marca ha puesto su confianza en la fábrica de Treto, que según Calvo, no descarta más contratos. “No supone una parte significativa de nuestra facturación, pero ya estamos empezando a fabricar motores para bicicletas”.
Quads y eléctricos urbanos
SEG Automotive también se está preparando para fabricar un quad eléctrico destinado a ser usado en espacios protegidos, donde las emisiones están restringidas. Calvo desveló que le gustaría presentarlo públicamente dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa.
La fábrica cántabra ni siquiera ha descartado el mercado del coche completamente eléctrico y una prueba es que ha ganado el contrato para fabricar el motor del Citroen AMI, un microvehículo urbano de la marca francesa. SEG Automotive Spain puede llevar a cabo el montaje final del powertrain completo, es decir, el del motor, controladora y caja de cambios.
‘El hundimiento del mercado del diesel nos dejó en una posición muy difícil’
A día de hoy, en la planta, los cambios más notorios afectan a un área de 3.000 metros cuadrados que estará lista en verano y donde se fabricará la parte electrónica de la máquina híbrida, el Inverter. El director general asegura que esta transformación ha provocado que toda la fábrica sea distinta y pone como ejemplo la drástica desaparición de los documentos en papel en todas las secciones.
20 millones para una línea de electrónica
La sala ‘blanca’ de electrónica cuenta también con un laboratorio y SEG está realizando en ella una inversión de 20 millones de euros. Este área se destinará a la fabricación del hardware y al desarrollo del software para el alternador híbrido BRM de 48 voltios, un modelo que permite ahorrar entre uno y dos litros de combustible por cada 100 kilómetros y que los coches consigan la etiqueta ‘eco’ patra entrar en el corazón de las ciudades. La nueva línea de producción va a contar con medio centenar de máquinas y un equipo de once operarios por turno, una cifra que podría aumentar hasta los 50 en 2025 si se cumplen las previsiones de mercado.
SEG electrificará quads para zonas ambientales protegidas
Para ejecutar el proyecto ha sido fundamental una subvención de casi nueve millones de euros obtenida a través del programa Moves Singulares II, promovido por el Ministerio para la Transición Ecológica, con fondos europeos Next Generation.
El responsable de la factoría resaltó que conseguir esa ayuda no fue nada sencillo. El primer intento resultó fallido por un recorte presupuestario, pese a que SEG llegó a obtener una confirmación provisional. Finalmente, a la segunda fue la vencida.
Iñaki Calvo se quejó de que la Administración pública acabe marcando los tiempos de cuando la compañía debe invertir al facilitar una subvención. “No tienen en cuenta el factor de pérdida de oportunidad de negocio”, dijo. “Yo invierto cuando tengo que invertir, no siempre se puede esperar a la burocracia y procesos de las administraciones públicas”.
La fábrica está invirtiendo 20 millones en su nueva zona electrónica
A lo largo de su presentación, Calvo subrayó que el Gobierno regional ofreció su apoyo “desde el primer momento”, dentro de sus posibilidades financieras. “Fue suficiente para desarrollar los equipos de hardware y de software”. También recibió el apoyo del Programa Investigo, que le aportó tres ingenieros adicionales. El director de la planta también subrayó el papel de su antecesor, José Luis Gutiérrez, al que agradeció que se la dejase “en unas condiciones perfectas para esta transformación”.
Al hacer balance, el ingeniero cántabro mostró su certeza en que “en la vida hay que tener suerte, y nosotros la hemos tenido. Al final, hemos ido más rápido incluso de lo que habíamos planificado”.
’El absentismo laboral ya es un problema social’
Iñaki Calvo se mostró convencido de que “tenemos suerte de trabajar en un lugar como Cantabria, y en concreto, en el entorno de las marismas de Santoña”. Sin embargo, reconoció algunas de sus desventajas. “Nuestros costes laborales son brutales y hay un tema a valorar: el absentismo laboral, que ya es un problema social, porque está bien visto por buena parte de la sociedad”, lamentó.
Calvo dejó constancia de que crecen los empleados que no acuden a su puesto de trabajo cada día, con tasas sin parangón en otros países, y alertó que ese fenómeno tiene un gran impacto en la empresa. Admitió, no obstante, que en parte puede deberse a la creciente edad media de la plantilla, que ya es de 49 años. “Eso sí, contar con trabajadores que llevan 27 años trabajando en Treto es también un orgullo para nosotros y refuerza el sentido de pertenencia a la fábrica”, sentenció.
El fin de los vehículos de combustión
El Parlamento Europeo ha puesto fecha final a la venta de vehículos de combustión, 2035, para cumplir con los acuerdos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, Iñaki Calvo se mostró muy escéptico con ese límite: “No es factible que los coches de gasolina y diésel se acaben tan pronto, y el coche eléctrico también tiene sus penurias”. Eso no le impidió reconocer que la movilidad va a cambiar en las ciudades y para afrontar esa transformación será necesario “pararse a pensar” y “desarrollar nuevas ideas y tecnologías”.
Lo que sabemos hacer bien en Europa es el motor térmico. ¿Por qué perder ese know how?
También tuvo algunas palabras sobre la irrupción en España de los fabricantes automovilísticos chinos, cuyos precios ponen contra las cuerdas a la automoción occidental. En su opinión, la única forma de competir con ellos es operar con las mismas reglas y exigencias. “Creo que es un problema de legislación. Si no se legisla rápido, se van a cargar la industria de automoción europea. Tu puedes poner la legislación que quieras, pero lo que no puedes es dejar entrar los coches de quienes no la cumplen”.
En su opinión, China será imbatible en el campo de los eléctricos, por lo que no tiene sentido que Europa renuncie a la tecnología en la que sí se sabe líder: “Qué ha hecho bien Europa siempre? El motor de combustión térmico y ahí está un Volkswagen TDI para demostrarlo. Ese es nuestro know how, lo que sabemos hacer”. Y dejó una reflexión: “Podemos hacer motores de combustión más limpios, podemos hacerlo todo mucho mejor, pero no tendremos el control del motor eléctrico. ¿Por qué queremos entonces pasar a depender de lo que no podremos hacer?