Las principales barreras de implantación de instalaciones fotovoltaicas en edificios de viviendas, por Xavier Palacios
Las instalaciones fotovoltaicas son una de las mejores maneras de reducir los costes de energía y mitigar los efectos del cambio climático, así como la forma más fácil para conseguir cumplir el número 7 de los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2030: Energía asequible y no contaminante.
Las instalaciones de paneles solares en viviendas unifamiliares son, relativamente y siempre dependiendo de casos específicos, sencillas; pero, cuando abordamos edificios plurifamiliares, el paradigma cambia, tanto para instalaciones individuales, donde un propietario da uso a la cubierta comunitaria para su instalación privativa, como en la opción que debería estar más extendida en comunidades: el autoconsumo colectivo o compartido y las comunidades energéticas.
Sin embargo, el autoconsumo colectivo representa solo el 1 % total de estas instalaciones realizadas en España, una cifra exigua si se considera que el 67 % de la población española vive en viviendas plurifamiliares.
En este contexto, el especialista en eficiencia energética y energías renovables Xavier Palacios describe las principales barreras que existen a la hora de implantar equipos de generación de energías renovables en comunidades de vecinos.
Las barreras legislativas
Uno de los principales inconvenientes que existen en España en relación con la implementación de instalaciones fotovoltaicas en comunidades de vecinos son los aspectos legales. La primera barrera está en la propia comunidad, o más bien en los componentes de la misma: los vecinos. En este sentido, la Ley 41/1960 sobre propiedad horizontal establece que se requiere la aprobación de al menos un tercio de los integrantes de la comunidad para la instalación de estos sistemas.
A su vez, es necesaria una mayoría cualificada, o incluso la unanimidad de todos los copropietarios, en el caso de que las nuevas infraestructuras impliquen aprobar o modificar reglas del título constituyente o los estatutos de la comunidad.
La preocupación de los copropietarios por evitar potenciales daños a la estructura edilicia, sumada al impacto visual y estético que los paneles solares podrían generar son algunas de las mayores limitantes existentes.
Asimismo, la disponibilidad de espacio en la cubierta y el destino de la instalación en caso de que el propietario venda su vivienda son otras de las preocupaciones que giran en torno a la implementación de estos dispositivos en comunidades de vecinos.
Otras limitantes para la implantación de instalaciones fotovoltaicas en comunidades de vecinos
Paralela o simultaneamente, es recomendable asesorarse con una empresa profesional del sector, que conozca la legislación en el municipio y que sea próxima a nosotros y al territorio; y, a través de ella o directamente el titular, realizar una consulta a las administraciones competentes.
Cada ayuntamiento y territorio tiene su propia legislación en materia de urbanismo, y pueden ordenarlo y reglamentarlo como crean oportuno, siempre dentro de un marco legal superior; pero en muchos casos puede existir limitaciones que provocarían la retirada de una instalación por no haber consultado el planeamiento municipal. De hecho, suele ocurrir que las empresas van directas a la venta y ejecución, sin consultar al departamento de urbanismo del ayuntamiento en cuestión, y pese a que existen directivas europeas y otra legislación que permitiría la posibilidad de ejecutar casi cualquier instalación en edificios, en muchos ayuntamientos siguen con sus planeamientos urbanísticos arcaicos que suponen un dolor de cabeza. Por este motivo, es mejor asegurarse, como mínimo, consultando la normativa local vigente, y ante cualquier posible incompatibilidad, hacer una consulta o solicitar un informe urbanístico.
Todo esto, claro está, encarece el proyecto y lo dilata en el tiempo; pese a que a nivel municipal, con un trámite de comunicación previa de obras o de instalación solar fotovoltaica, donde se debe presentar toda la documentación pertinente bien redactada y justificada, ya permite la ejecución de la instalación de forma inmediata. Pero siempre a responsabilidad del titular y del técnico competente firmante.
La limitación más dura, las distribuidoras
Si se consigue el consentimiento de los vecinos, el proyecto ha sido firmado por un técnico competente y se ha asegurado la posibilidad de instalación ante la administración, incluyendo la comunicación previa de obras, todavía puede haber problemas que detengan la ejecución.
La limitación que a día de hoy está acarreando mayores retrasos y problemas en las instalaciones, sobre todo en instalaciones colectivas, son las distribuidoras eléctricas. Las distribuidoras son quienes gestionan la red electrica española, y por ello tienen carta blanca a imponer sus reglamentos, normativas, instrucciones y otras obligaciones y prescripciones de como quieren que se ejecuten las instalaciones, principalmente regulando los puntos de conexión a la red y la medición.
Cuando para hacer todo el trámite municipal, el proyecto, la instalación, podemos tardar entre 2 y 6 meses de media, para la tramitación, gestión y puesta en marcha con las distribuidoras se suele tardar entre 1 y 3 años en poner en marcha una instalación que a efectos prácticos está a pocos minutos de poder funcionar y generar su máximo desde el primer minuto.
La falta de espacios, los requerimientos de equipos y cajas de conexión específicos, el acceso directo desde la calle o los límites de fachada, son los habituales puntos que impiden a edificios antiguos, y no tan antiguos, poder disponer de instalaciones fotovoltaicas comunitarias.
Las soluciones
En un territorio donde el parque inmobiliario es antiguo y donde la mayoría de la población vive en edificios verticales, se debe abordar soluciones, en muchos casos a medida, siempre cumpliendo con los estandares de seguridad, funcionalidad y calidad; también se debe poder permitir ejecutar instalaciones de energías renovables allí donde sea posible.
De lo contrario, es imposible cumplir los objetivos previstos. Además, hay que recordar que estos objetivos son un mínimo concebido para la mejora de la calidad de vida y la de las generaciones futuras.
Con más de 25 años de experiencia en instalaciones y más de 15 en fotovoltaica, Xavier Palacios se encuentra cualificado para encargarse del diseño y ejecución de toda clase de proyectos relacionados con la eficiencia energética y renovables. Contando con profesionales, solo de este modo, es posible superar obstáculos y limitantes para acceder a los beneficios que conllevan estos sistemas.