La declaración medioambiental de la planta de biomasa de Solvay es aprobatoria

La Dirección General de Medio Ambiente y Cambio Climático de Cantabria ha emitido la resolución por la que se formula declaración de impacto ambiental aprobatoria con condiciones del proyecto para la planta de cogeneración con biomasa de Solvay, en los municipios de Polanco y Torrelavega.

Según la resolución, publicada este miércoles en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC), el proyecto, ubicado en Barreda y promovido por Meridiem Silvae, S.L.U., «previsiblemente no producirá efectos adversos significativos sobre el medio ambiente» con la aplicación de las medidas propuestas por el promotor y el resto de condiciones, por lo que se formula declaración de impacto ambiental aprobatoria con condiciones.

Medio Ambiente concluye que la ejecución de la planta se considera «ambientalmente viable», dado que la actividad «no implica una pérdida significativa de valores ambientales, paisajísticos y arqueológicos», siempre que se lleve a cabo el conjunto de medidas preventivas, compensatorias y correctoras establecidas en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y en el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) para la atenuación o minimización del impacto, y el Plan de Vigilancia Ambiental, así como el conjunto de condicionados propuestos por las diferentes administraciones y organismos públicos.

Según recoge la resolución, todos los impactos relacionados con residuos y vertidos, suelo, subsuelo, geodiversidad, agua, aire, factores climáticos, cambio climático, biodiversidad (vegetación, flora y fauna), los espacios naturales protegidos, Red Natura 2000, paisaje, población, salud humana, bienes materiales y patrimonio cultural son calificados como nulos o negativos no compatibles, en todas las fases del proyecto.

A excepción de los impactos sobre la atmósfera, sobre la percepción social de la planta y, sobre el paisaje, que son evaluados como negativos moderados en la fase de funcionamiento.

Por eso, las condiciones y medidas correctoras recogidas en la DIA están orientadas a prevenir y minimizar los efectos negativos derivados del proyecto sobre la población, la salud humana, la flora, la fauna, la biodiversidad, la geodiversidad, el suelo, el subsuelo, el aire, el agua, el medio marino, el clima, el cambio climático, el paisaje, los bienes materiales y, el patrimonio cultural.

En concreto, la DIA señala que los resultados del modelo que simula las emisiones de contaminantes del aire, sin contar con las futuras instalaciones de producción de energía a partir de combustibles alternativos (CDR/CSR), muestran que no se predicen superaciones de los valores límite establecidos en la normativa vigente para ninguno de los contaminantes, tanto para el escenario actual como el futuro. Asimismo, la nueva planta supondrá una reducción en el balance de emisiones de CO2.

No se prevé ninguna obra en el cauce del río ni en sus riberas, por lo que no se consideran afecciones significativas sobre el recurso piscícola, las especies protegidas presentes en este ámbito o la integridad del espacio en cuanto a sus valores de conservación.

Los principales impactos sobre la vegetación, flora y fauna se originarán por la pérdida o degradación de los hábitats y, por las perturbaciones (ruidos y presencia humana) que pueden provocar el desplazamiento de la fauna.

Los potenciales impactos sobre los espacios naturales protegidos más cercanos se pueden originar por fenómenos atmosféricos puntuales o, accidentes y catástrofes eventuales.

El mayor impacto sobre el paisaje estará causado por una mayor construcción de elementos dentro del complejo fabril de Solvay –chimenea y otros-, la cercanía a la ría, a las vías de comunicación y, a las viviendas.

Los impactos sobre la población y la salud humana procederán de la dinamización laboral y económica del entorno más otros factores.

Por otra parte, la planta de biomasa no ocupará o afectará a zonas con elementos arqueológicos conocidos en un entorno de 500 metros; y los impactos sobre los bienes materiales y el patrimonio pueden ocasionarse por el aumento de tráfico en los accesos a la nueva construcción.

PLANTA

La planta de cogeneración con biomasa proyectada por Solvay dentro de su plan de descarbonización será la mayor de España y una de las principales de Europa, contará con los permisos necesarios antes de que termine este 2024 y entrará en funcionamiento en 2027, ya que su construcción llevará dos años.

Esta infraestructura permitirá reducir el uso de carbón como combustible y evitará la emisión de 300.000 toneladas de CO2 al año.

El Gobierno de España ha concedido a Solvay Química y Enso Esco 30 millones de euros del PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) de descarbonización industrial para este iniciativa que requiere una inversión de más de 200 millones.

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