Bravo&Bippus busca suelo para una fábrica de componentes con cien empleos

Las piezas para el sistema de inyección de Robert Bosch ya están saliendo de las cadenas de producción de Bippus en Oberndorf (Alemania), pero la necesidad de contar con otro proveedor para garantizar el suministro ante cualquier incidencia ha impulsado a este grupo a plantearse la construcción de una segunda planta, y ubicarla en Cantabria, donde ya cuenta con una filial desde 1999, cuyo accionariado comparte con el grupo local Bravo. La nueva fábrica podría generar un centenar de nuevos puestos de trabajo, pero el proyecto se enfrenta a un imponderable de difícil solución a corto plazo: la inexistencia de suelo industrial donde asentar proyectos de cierta envergadura.
Los responsables de la firma alemana piden 40.000 m2, aunque sus necesidades iniciales son bastante menores, ya que consideran imprescindible que la fábrica cuente con un margen de expansión. Esa demanda fue trasladada a los consejeros de Economía e Industria del Gobierno cántabro, durante la visita que realizaron el pasado mes de noviembre a la sede alemana de Bippus en compañía de Alfonso Bravo.
El área de producción de la nueva planta industrial ocuparía, en una primera fase 8.000 m2 , a los que habría que añadir los 7.000 que ocupan las actuales instalaciones de Bravo&Bippus en Ampuero –el proyecto comporta la reunificación de ambas– así como la superficie necesaria para naves de almacenamiento, accesos y zonas de servicio. Para asegurar una reserva estratégica de suelo, los impulsores de la iniciativa confían en poder contar con otros 20.000 m2 para futuras ampliaciones.
Estas dimensiones exceden de las posibilidades de suelo que hay o pueda haber en la zona oriental de Cantabria a corto plazo. El problema es que el proyecto no puede esperar demasiado, porque los planes de Bippus prevén que la nueva planta comience a producir a finales de 2006, lo que exigiría comenzar la construcción, como muy tarde, a comienzos de ese año.

Una solución a medida

La actual ubicación de Bravo&Bippus en el polígono de Marrón (Ampuero), junto a otras fábricas de Bravo, fue elegida buscando la proximidad a la planta de Robert Bosch Treto, de la que es uno de sus principales proveedores. Por esta misma razón, tanto Alfonso Bravo como su socio alemán desean que el nuevo emplazamiento de la factoría continúe estando en la zona oriental de Cantabria. Sin embargo, ninguno de los polígonos de la zona pueden albergar ese proyecto. El de Vallegón, en Castro, quedó saturado hace tiempo, y el de Ambrosero tan sólo dispone de una reserva de suelo de 8.000 m2, insuficiente para acoger una proyecto de la magnitud que plantea Bravo&Bippus.
Ante la carencia de suelo industrial calificado, y la imposibilidad de esperar a que se concluya alguno de los polígonos que se planea construir en la zona, como el de Gibaja, en Ramales de la Victoria, o a la ampliación de Vallegón, la única manera de hacer viable esta nueva fábrica pasa por un sistema extraordinario de recalificación de suelo como el que se ha utilizado para Suyesa, una fórmula que la Ley de Suelo contempla para casos de interés regional y que acorta los trámites del proceso ordinario.
El Gobierno cántabro, ante la posibilidad de perder la oportunidad, parece dispuesto a otorgar al proyecto la misma condición de excepcionalidad (singular interés) que se ha seguido en el caso de la fábrica de paneles de fibroyeso de Suyesa para proporcionarle suelo en Orejo. Al mismo tiempo, ha puesto en marcha a Sican, la empresa pública cántabra que se encarga de la creación de suelo industrial, para que localice un terreno que reúna las condiciones necesarias para albergar el proyecto.

Una segunda oportunidad

No es esta la primera vez en que Bravo&Bippus tiene la oportunidad de traer a Cantabria esta nueva planta. Ya a finales de 2003 se vio obligado a desestimarlo por idéntica razón. Tras la renuncia forzada de su filial cántabra, Bippus comenzó la fabricación del nuevo sistema de inyección en Alemania. Los componentes que estaba previsto elaborar aquí son unas camisas de acero de alta precisión para el sistema de inyección de la bomba diésel. El sistema de inyección es, probablemente, la parte más sofisticada entre las muchas que acaban formando un coche y la fabricación de estas piezas requería máquinas de control numérico multihusillos, en las que la firma cántabra estaba dispuesta a hacer una fuerte inversión.
De nuevo existe la oportunidad de asentar en nuestra región la segunda fábrica europea de esos componentes. Si, después de un plazo razonable no se encuentra un emplazamiento adecuado, la firma alemana buscará una alternativa en Europa del Este. “Necesitamos una decisión ya” –subraya Alfonso Bravo–. De no caber más remedio que renunciar al proyecto, la actual Bravo&Bippus se trasladará al polígono de Ambrosero, y las instalaciones que dejará libres en Ampuero serán utilizadas para otra línea de producto, dado que Bravo es una fuente constante de iniciativas, pero Cantabria quedaría al margen de los sistemas de inyección, una línea a la que se aventura un gran recorrido comercial y tecnológico.

De Marrón a Ambrosero

Desde su llegada a Cantabria hace ahora diez años, Alfonso Bravo ha generado tantas iniciativas industriales que cuesta seguir su trayectoria. Las fábricas de componentes para la automoción que ha ido poniendo en marcha suman ya 465 trabajadores, y de ellas dependen otros 300 empleos. En sus instalaciones de Ampuero, en donde ocupa prácticamente todo el polígono de Marrón, Bravo ha creado dos líneas de producto, en aluminio y en acero –esta última en asociación con Bippus–, con los que abastece a la planta de Robert Bosch Treto y a otras firmas europeas de componentes. Para Bosch fabrica, también, la carcasa de aluminio de los alternadores y algunas piezas del motor de arranque, mientras que, a través de Bravo-Bippus, suministra los ejes y núcleos de los alternadores. Una producción, esta última, que se ha duplicado al asumir también el suministro a la planta que Bosch posee en Cardiff (Gran Bretaña).
La externalización hacia Bravo&Bippus de algunas de las piezas que hacía la propia Bosch-Treto, como los ejes de inducido o el eje reductor para motor, ha agudizado los problemas de espacio en Ampuero y ha forzado el traslado de esta fabricación a Ambrosero.
Tanto si Bravo&Bippus encuentra un emplazamiento capaz de acoger el nuevo proyecto y de reunificar toda su actividad en Cantabria, como si fracasa en esa búsqueda, su actividad de Ampuero debe ser trasladada. Esa planta será ocupada por las nuevas necesidades de la fundición de aluminio, y el centro de I+D donde está desarrollando nuevos productos, como la carcasa para la dirección eléctrica que llevan el Volkswagen Golf, el Touran y el Audi A-3.

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