La energía de las olas
Iberdrola Energías Renovables, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Sodercan y la empresa angloamericana Ocean Power Technologies (OPT) han elegido la costa de Cantabria para desarrollar y explotar unas boyas que aprovechan la energía maremotriz y convierten la oscilación vertical de las olas (siempre que esté entre uno y cinco metros) en energía eléctrica, a través de un flotador de gravedad que actúa con un movimiento de palanca, a semejanza de una bomba de agua.
La planta se situará a unos dos kilómetros de la costa santoñesa, a la altura del Faro del Pescador. La instalación producirá 1,5 Mw, la energía suficiente para atender los consumos de unas 1.500 familias, y estará compuesta por una batería de diez boyas, diseñadas por la empresa OPT, la única que tiene experiencia en este terreno, ya que cuenta con una planta parecida en Hawai, que suministra energía a una base militar norteamericana. La de Santoña será la segunda iniciativa del mundo con este tipo de tecnologías y también va a tener un carácter experimental, aunque la electricidad producida se venderá a la red.
La energía mecánica del movimiento oscilatorio de las olas impulsa una bomba hidráulica en el interior de la boya que, a su vez, mueve un generador eléctrico que produce corriente continua. La electricidad, una vez elevada la tensión en instalaciones submarinas y rectificada en corriente alterna, se transmite a la costa a través de un cable submarino. Nada más llegar a tierra, pasa a la red eléctrica para su distribución.
La iniciativa ya ha conseguido la autorización para evacuar a la red y la inscripción previa en el registro del régimen especial eléctrico, lo que le garantizará un precio de venta al pool eléctrico muy superior al de la energía convencional. Además, se han completado los estudios del lecho marino y la evaluación energética de la costa cántabra por parte de la Universidad de Cantabria. Ha tardado más de lo previsto la adaptación de las boyas. Las ideadas por OPT estaban preparadas para un lugar sin apenas mareas, algo muy distinto a lo que ocurre en la costa cántabra, donde las diferencias entre pleamares y bajamares pueden superar los cinco metros. Por tanto, no servía un sistema de anclajes fijos y ha sido imprescindible rediseñarlas para las características del emplazamiento, un proceso que ya ha concluido.
El proyecto tiene un presupuesto de unos tres millones de euros. Iberdrola aporta el 70% del capital, y sus tres socios se reparten el 30% restante a partes iguales. La primera boya estará instalada a finales de año y el parque experimental puede quedar completado entre 2006 y 2007.
Una nueva industria
A partir de los resultados que obtenga, Iberdrola tiene previsto desarrollar, en colaboración con OPT, otros campos de boyas en la costa norte española, hasta completar 100 Mw de potencia y su intención es encargar a empresas locales la fabricación, instalación, montaje y mantenimiento de los equipos.
Una de las grandes expectativas que despierta este proyecto es el tejido industrial que puede generar a su alrededor, ya que el 90% de los equipamientos necesarios se van a fabricar ex profeso. También habrá que instalar y mantener las centrales y todo ello propiciará, adicionalmente, actividades de investigación y desarrollo en Cantabria.
Una buena referencia para valorar el potencial de esta nueva tecnología, que ya cuenta con el apoyo de varios gobiernos europeos, es la industria eólica, que ha creado en la última década unos 47.000 puestos de trabajo en España.
La energía de las olas no sólo es autóctona, inagotable, continua y disponible en grandes cantidades en nuestras costas. Al ser una fuente totalmente renovable y limpia, conlleva la reducción del efecto invernadero por la nula emisión de CO2 y otros gases contaminantes a la atmósfera y puede contribuir a que España reduzca su dependencia del petróleo y llegue a cumplir el Protocolo de Kioto.
De hecho, hay otras compañías interesadas en la energía maremotriz. Con motivo de la construcción de un nuevo malecón en la localidad vasca de Motrico, se va a incluir una cámara con la que también se aprovechará la energía de las olas, pero en este caso por un procedimiento muy distinto. Al golpear contra el dique, las olas crearán una gran presión en esta cámara de aire, y eso moverá unas turbinas, con las que se obtendrá energía eléctrica.
Basta ver la rapidísima evolución de los aerogeneradores, que ya han llegado a los 2 Mw de potencia por molino (diez veces más que los instalados a comienzos de los años 90) para asegurar que también en el campo de la energía maremotriz estas primeras tecnologías serán rápidamente mejoradas en su capacidad para aprovechar la energía del mar. Mucho más, si como ocurre ahora, el elevado precio del petróleo es un acicate para la búsqueda de sustitutivos.
Líder eólico
El ejercicio 2004 ha sido clave para Iberdrola, que se ha convertido en líder mundial en el sector de la energía eólica y ha comenzado su actividad internacional en este campo. Sólo en ese año, ha puesto en marcha 949 Mw de energías renovables, con los que ya suma 3.206 Mw. De toda esta potencia instalada, equivalente a dos grandes centrales nucleares, 2.891 Mw corresponden a parques eólicos y 315 Mw a centrales minihidráulicas.