El ‘FACTOR CERIA’

El argentino conecta con la grada, da estabilidad económica y trata de convertir el Racing en algo más que un club de fútbol

No es fácil calcular la repercusión económica que tiene un club de fútbol sobre su entorno, pero nadie duda de que es significativa: restaurantes, hoteles, audiencias añadidas para los medios de comunicación… Pero sobre todo, proyecta una visibilidad que ilumina a todo su entorno. Lo han comprobado cualquiera de las ciudades de los equipos que suben de categoría, sobre todo si es a Primera División, porque el nombre de ese lugar empieza a sonar con insistencia incluso fuera del país. Por tamaño, el Racing es una mediana empresa, con unos 90 empleados y un presupuesto ligeramente superior a los 11 millones de euros en la última temporada, pero deja una gran estela que influye sobre otras, y el nuevo propietario, el matemático argentino Sebastian Ceria, está dispuesto a que se convierta en un revulsivo económico y social. Ningún presidente anterior fue tan ambicioso ni consiguió la misma conexión con la grada, con la ayuda inestimable del feeling que tiene Manolo Higuera con la afición. Después de hacerse millonario en EE UU con su empresa de análisis de datos, ha llegado a Cantabria convencido del potencial que tiene la ciudad y la región y de que el club puede ser la herramienta idónea para aflorarlo.


El accionista principal del club, Sebastián Ceria. FOTO: RAMIRO SILVESTRE

Cuando aspiraba a la presidencia del Real Madrid, el recién fallecido empresario Juan Miguel Villar Mir, muy vinculado a Cantabria, que ya había sido vicepresidente del primer Gobierno de la Monarquía y había triunfado en el mundo de los negocios, justificaba este incierto empeño (nunca lo logró) en que ser presidente del Real Madrid, aunque tuviese un presupuesto anual muy inferior al de sus empresas, era mucho más importante que ser ministro. El Racing de Santander no se puede comparar ni en su dimensión económica ni en su proyección, pero lo cierto es que su influencia social es muy importante, dentro y fuera de Cantabria. Se trata de uno de los clubes históricos del país (nació en 1913) y, a pesar de sus avatares, es una marca reconocida y apreciada.

El presupuesto del Racing en esta última temporada ha sido de unos 11 millones de euros, a años luz de los más de 30 que se llegaron a aprobar en la época en que lo presidía Francisco Pernía, en Primera División. Si bien es cierto que esa cuantía era absolutamente insuficiente para ser competitivos con el Madrid, el Barcelona y otros grandes, sobrepasaba las posibilidades reales del club cántabro y esos gastos solo podían llegar a cubrirse si surgían jugadores que llamasen la atención de los equipos más poderosos y se cerraba una buena venta. Una suerte entre comillas, porque esas ventas aliviaban temporalmente los problemas de caja pero descapitalizaban la plantilla.

Los problemas de entonces acabaron por llevar al equipo a la Segunda División B y a la quiebra económica, cuyos efectos han durado hasta ahora. A finales del pasado año el club efectuó el último plazo del plan de pagos que saldaba la deuda histórica, lo cual va a suponer una cierta liberación, y la última campaña ya la ha conseguido cerrar con un superávit de 2,3 millones de euros, gracias al salto en los ingresos que supuso pasar de la Primera Federación (la Segunda B) a LaLiga Hypermotion (la Segunda).

En esa escalada tan llamativa de los ingresos de 2,8 a 10,5 millones tuvieron un protagonismo especial los derechos audiovisuales, que se multiplicaron por diecisiete, al pasar de 315.547 euros en 2021-2022 a los 5,7 millones de la temporada siguiente. También mejoraron muy sustancialmente la venta de entradas y abonos, al llegar a 2,4 millones de euros (un 150% más). Por su parte, LaLiga abonó 1,2 millones de euros en concepto de participación en competiciones, más del doble que en la temporada anterior; los ingresos comerciales sumaron 776.829 euros, un 12,6% más, y los acuerdos de publicidad, 464.908 euros (+6,2%).

Reforma de los boxes VIP, que ahora tendrán un antepalco abierto a la grada, retranqueando las cristaleras.

Eso no impide reconocer que, como en otros tiempos, también resultaron muy relevantes los ingresos atípicos, (los 5 millones de euros ingresados por la venta de Pablo Torre al Barcelona) y la liberación de una provisión de 1,6 millones que el club se vio obligado a hacer por una reclamación de deudas que presentó la sociedad OPE Cantabria y que finalmente fue desestimada por los tribunales.

Todo ello dio lugar a que en esa penúltima temporada, el Racing pudiese pasar de un gasto en personal de 3,5 millones a 7,9, de los que más del 85% se emplearon en los jugadores, aunque también se duplicó la dotación para el staff.

Al acabar la temporada, y ya con Sebastián Ceria como accionista muy mayoritario, el Racing aprobó una ampliación de capital por importe de 6,7 millones de euros que ha reforzado su solvencia y la posición accionarial del matemático y empresario argentino a través de su empresa Sebman Sports International. El actual propietario, que llegó al club de la mano de su cuñado, Manolo Higuera, también se ha subrogado la deuda que existía con las sociedades del Grupo Pitma, la que resultaba más gravosa.

La reconstrucción del Campo Santi Gutiérrez, en las Instalaciones Nando Yosu, con drenaje, riego automático, cierre perimetral y césped nuevo.

Después del paso por la presidencia de muchos ‘mirlos blancos’ que acabaron siendo un gran desengaño, como Ali Sayed o Piterman, el aficionado se ha hecho muy cauteloso con en sus expectativas, pero lo cierto es que Ceria, quizá por no prometer nada o por su carácter sobrio y llano, se ha ido ganando a la afición, que está cerca de llenar el estadio a cada partido. También es cierto que nadie antes puso tanto dinero propio, cerca de 35 millones de euros hasta la fecha, si se incluye la deuda asumida.  

Frente a aquellos personajes rutilantes que luego no lo fueron tanto, la solvencia intelectual y económica de Ceria está fuera de toda duda. Antes de ser empresario, fue profesor en eminentes universidades norteamericanas y la empresa de análisis de datos que creó en EE UU, Axioma, la vendió en 2019 por 850 millones de dólares a la corporación propietaria de la Bolsa de Francfort. Su intención era apostar por proyectos más pequeños y hacerlos crecer, siempre con una vertiente social y filantrópica que es bien conocida en Argentina.

Ceria ha seguido viviendo en Londres en este último año mientras acababan las obras de su casa en Santander, donde pretende fijar su residencia. 

Al llegar al club, una de sus primeras decisiones fue ampliar las reformas que se habían acordado con el Ayuntamiento para revertir el deterioro del estadio, de propiedad municipal, cuyo estado había llegado a un punto crítico. Ceria optó por añadir un millón de euros al presupuesto de la obras de mejora, incluyendo la ampliación de las Instalaciones Nando Yosu, para contar con un campo más que permita mejorar las condiciones de entrenamiento de las Secciones Inferiores e incorporar al Racing Féminas.

Al tiempo, Ceria ha dado nueva vida a la Fundación Racing, con la que ha emprendido varios proyectos de carácter social, en los que se siente muy comprometido y en los que el club pretende ser un referente. Avanza, también, en su deseo de crear una empresa de análisis de datos deportivos, para realizar el seguimiento de los equipos y jugadores nacionales. En España muchos de esos datos ya existen y están a disposición de los clubes, pero el auténtico valor está en su explotación y en generar algoritmos adaptables a las circunstancias y necesidades de cada club, a los que, por ejemplo, les permitiría calcular las cualidades, rendimientos y riesgos potenciales de los jugadores a fichar.

Esta iniciativa pretende ser la semilla de un hub tecnológico, impulsando a otras empresas locales con actividades conexas o complementarias.

Con un panel de proyectos tan ambicioso, el Racing parece decidido a convertirse en algo más que un club, y ser la herramienta capaz de aprovechar oportunidades que Cantabria no ha conseguido explotar. Si consigue sacar adelante solo algunos de ellos, el propio Ceria habrá sido el mejor fichaje.


Renovación de las instalaciones

Sustitución de los videomarcadores por otros de última generación y formato 16/9.

El desentendimiento durante muchos años del Ayuntamiento de Santander, propietario del Estadio del Sardinero, y el precario estado económico del Racing, recuperándose de un concurso de acreedores, acabaron por conducir las instalaciones a un estado lamentable. Ceria ha optado por abordar la mayor parte de las reformas con recursos propios, unas obras que ya están muy avanzadas y que han dado a los Campos de Sport un aspecto muy distinto, con el verde corporativo enseñoreándose de los graderíos. Una transformación que lo ha convertido en uno de los estadios con más encanto de toda la categoría, comparable incluso con los de Primera División.

También se están renovando las Instalaciones Nando Yosu, de La Albericia.

El Ayuntamiento de Santander, por su parte, había aceptado asumir la reforma de los baños, aplazada de forma incomprensible durante años. Por el momento se está trabajando en los de las Tribunas Norte y Este, con la intención de que estén operativos al inicio de la temporada. El resto se acometerán después, un retraso que no ha sido bien recibido por los aficionados.

Las inversiones también alcanzan al campo de La Planchada, en Astillero, que el Racing acomete conjuntamente con ese Ayuntamiento, para poner al día unas instalaciones que son utilizadas por el Rayo Cantabria y el primer equipo femenino del Racing.


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