50 años del estudio de la Física de Partículas en Cantabria
Eduardo Ripoll, graduado en Física de la Universidad de Cantabria (UC) ha realizado, en su trabajo de fin de grado (TFG), un viaje por los orígenes del grupo de investigación de Física de Partículas en Cantabria, haciendo un recorrido desde 1969 hasta 2017. El proyecto ha estado tutorizado por Montserrat Cabré i Pairet, catedrática en Historia de la Ciencia de la institución, y Jónatan Piedra Gómez, investigador del Instituto de Física de Cantabria (IFCA, CSIC-UC) y también docente en la UC.
A través de diversas entrevistas a personal investigador del grupo de Física de Altas Energías del IFCA, a familiares del fundador del grupo, Eugenio Villar, y mediante la recopilación de documentos históricos, bibliográficos y bases de datos, Ripoll ha hecho, por primera vez, una reconstrucción minuciosa de la historia del grupo de Física de Partículas de Cantabria, que celebra este mes su 50º aniversario.
El punto de partida fue la creación del grupo de investigación por parte del científico valenciano Eugenio Villar (1922-2012) en la Facultad de Ciencias. Después, se estudia su evolución y se revisan acontecimientos clave, como el Plan Movilizador de Altas Energías de 1983, la participación del grupo en colaboraciones internacionales como CDF (Collider Detector at Fermilab) en Fermilab; DELPHI (DEtector with Lepton, Photon and Hadron Identification), y CMS (Compact Muon Solenoid) en el CERN.
“Se trata de una revisión histórica del Grupo de Física de Partículas en Cantabria, desde sus comienzos en 1969, cuando se utilizan emulsiones ionográficas en los años 50, 60, hasta 2017, usando como pilares de este trabajo las colaboraciones internacionales de gran calibre del grupo”, comenta Ripoll.
Para Montserrat Cabré, esta colaboración con el grupo de Física de Partículas “ha sido muy interesante”, por el hecho de «ofertar un TFG de tipo historiográfico para que algún alumno/a lo desarrollara en la Facultad de Ciencias”. “Ver cómo la mirada de un estudiante de Física hoy es tan particular y puede aprender de mirar al pasado, ver cómo la actividad científica es resultado de toda una serie de factores históricos, políticos, y personales, que hacen que un grupo pueda ir avanzando”, comenta Cabré. “Es una mirada interna a la organización del trabajo científico, al por qué unos grupos tiran adelante y otros no, eso no tiene que ver solamente con la excelencia ni la capacidad de la gente, si no con una multiplicidad de factores que hacen que los grupos puedan proyectarse”, explica la catedrática.
Las microscopistas o scanning girls
Ripoll habla en su trabajo de una figura importante dentro de la historia del grupo, las llamadas scanning girls o microscopistas. Pilar Velloso, Milagros Martín, Pilar Built y Rosa María Barranquero, un grupo de mujeres del grupo cuyo trabajo técnico en los laboratorios, se reservaba a observar, minuciosamente, las trazas o sucesos que dejaban las partículas en las emulsiones para extraer nuevos datos, y por consiguiente, nuevas interpretaciones físicas.
«En aquella época y en nuestro campo especialmente, la capacidad de detección era más arcaica, no había detectores de silicio como hoy, antes todo era a ojo. Se hacían unas fotografías, que eran unas emulsiones ionográficas por donde pasaban las partículas y dejaban trazas”, explica el graduado en Física.
Después, los resultados observados por las microscopistas “los corroborábamos nosotros para confirmarlos o corregirlos, antes de publicar”, explica Alberto Ruiz-Jimeno, catedrático emérito de la UC y uno de los investigadores responsables del grupo. “Recuerdo también a Laura Bravo, Mercedes López, Begoña Sánchez, Ramón Niembro o Juan José García. En aquella época todos firmábamos los trabajos comunes del grupo”, comenta con nostalgia Ruiz-Jimeno.
La figura de Teresa Rodrigo Anoro
En el trabajo, se ha analizado el impacto de la incorporación de la científica Teresa Rodrigo Anoro (1956 – 2020) al grupo, y su participación en los descubrimientos del quark top y el bosón de Higgs. “La incorporación de Teresa al grupo supone un plus importantísimo en ese momento y en el desarrollo posterior, es un punto de inflexión muy claro mirando la línea evolutiva del grupo. Por su capacidad, por lo que trajo y por lo que proyectó estando aquí”, recuerda Cabré.
“Tuve el placer de conocer a Teresa, y estoy segura de que le gustaría que fueran recordadas esas microscopistas, que hicieron un trabajo con un reconocimiento cero a nivel de visibilidad, un trabajo básico y fundamental para poder desarrollar las labores de detección y el trabajo científico en física de partículas”, sostiene la catedrática en Historia de la ciencia.
Es relevante reconocer su excelencia, su capacidad y su contribución fundamental en el marco de un conjunto de actividades que desarrollan las mujeres en los equipos de investigación, “que son los que conforman finalmente la posibilidad de avanzar en el conocimiento en general”, concluye Cabré.