Una rectificación afortunada

La apertura al tráfico el pasado verano de la nueva carretera entre Hoznayo y Villaverde de Pontones ha servido para valorar la importancia que tendrá este vial para el futuro desarrollo de la zona costera de Ribamontán al Mar, al acercar la pujante zona turística de Noja y Loredo a la Autovía del Cantábrico. Pero más allá de las ventajas que reporta esta moderna carretera a sus usuarios, el modo en que ha sido diseñada ilustra bien sobre la importancia que ha cobrado en las infraestructuras el respeto por el entorno. En este caso, la aceptación de las alegaciones presentadas por un particular sirvieron para reorientar el proyecto hacia un trazado que ha permitido preservar una zona de alto valor ecológico en el río Aguanaz.
En un principio, la Consejería de Obras Públicas había optado por mantener la carretera cerca del río, iniciándola en un punto que afectaba de lleno a uno de los bosques de ribera mejor conservados de Cantabria, el paraje conocido como Fuente del Francés. El impacto ecológico y visual de los desmontes y terraplenes que suponía este trazado y el daño para la vegetación autóctona, impulsó a una vecina de la zona a proponer en el trámite de alegaciones un planteamiento alternativo que alejaba la carretera del cauce del río. Esta propuesta fue aceptada por la Consejería, que rediseñó el trazado.
La nueva carretera ha ganado una considerable altura sobre el valle del Aguanaz, sobre cuya ladera oeste se ha construido un vial de dos kilómetros y medio completamente nuevo, y finaliza conectando con el también renovado tramo Galizano-Villaverde de Pontones, al norte de esta última localidad. Una de las ventajas de la opción elegida es precisamente la de no afectar al núcleo urbano de Villaverde de Pontones, al haberse descartado la idea de que la carretera finalizase en una glorieta dentro de esta población. De este modo, no supone una barrera para el desarrollo urbanístico ni condicionará el futuro planeamiento de esta localidad.
En cuanto al viejo trazado que ha quedado sin uso, a la altura de la Fuente del Francés, la intención de la Consejería es transformarlo para su uso peatonal y ciclista, limitando el paso de vehículos a aquellos que dan servicio a las fincas colindantes.
La nueva carretera, que ha sido construida por la UTE URSSA-Emilio Bolado, tiene una longitud total de 4,2 kilómetros y una anchura de plataforma de ocho metros, con dos carriles de 3,25 metros y arcenes de 0,75. El vial cuenta con dos pasos inferiores para el ganado y se iluminará el tramo comprendido entre los puntos kilométricos 1,900 y 2,700, así como en las intersecciones situadas en la localidad de Puente Agüero y en la conexión con la CA-432. Para evitar que se colapse la salida a la autovía, el Ministerio de Fomento ha solicitado la construcción de una glorieta, que ya está en ejecución, lo que ha retrasado la inauguración oficial de esta nueva carretera, en la que se han invertido 8,4 millones de euros.

Dos puentes de Arenas

Además de mejorar las comunicaciones de esa zona, el nuevo enlace Hoznayo-Villaverde de Pontones tiene también un toque de distinción: el que le aportan los dos elegantes puentes diseñados por el ingeniero Juan José Arenas, una de las firmas con mayor prestigio internacional en este tipo de estructuras.
Los puentes sobre los ríos Aguanaz y Pontones comparten una imagen ya familiar para los conocedores de los diseños habituales de Arenas. El primero de ellos tiene un vano de 60 metros de luz y otros dos de 29,5 metros cada uno, mientras que el que atraviesa el río Pontones cuenta con un solo ojo de 60 metros.
Los dos puentes han sido construidos con una estructura mixta de acero y hormigón y vienen a unirse a otros proyectos realizados en la región por este ingeniero afincado en Cantabria, como los puentes de las carreteras Rubárcena-La Revilla, Reinosa-Corconte, Cicero-Santoña o en el acceso a Ocejo por Guzparras. Arenas es también el autor de la nueva Lonja pesquera del Puerto de Santander.