El empuje de la medicina privada

Las nuevas clínicas y los conciertos con el sector público producen un crecimiento continuado en la región

Cantabria ha sido un bastión de la sanidad pública, lo que tradicionalmente ha dificultado el crecimiento de la privada, hasta el punto de tener la menor cuota de mercado del país. En 2022 la privada facturaba unos 250 millones de euros en la comunidad autónoma, una cuantía casi irrelevante, tanto en términos absolutos como en gasto por habitante, si se compara con lo que facturaba en Madrid (10.500 millones), Cataluña (9.000) o en el País Vasco (2.000). Pero esa realidad está cambiando deprisa. El hecho de que esa escasa penetración de la medicina privada dejase mucho margen de crecimiento, el desembarco del grupo Axa, con la compra del Igualatario Médico y el Hospital Mompía, y las demoras de la medicina pública han contribuido a un repunte muy rápido.


Muchos defensores a ultranza de la medicina pública se escandalizaron cuando el Partido Popular decidió acabar la III Fase de Valdecilla a través de la iniciativa privada, que asumía el coste de la obra (unos 100 millones de euros) a cambio de un canon anual durante veinte años y un contrato para gestionar en ese tiempo una cuarentena de servicios no asistenciales que necesita el Hospital. En su opinión, era meter al enemigo en casa, pero lo cierto es que nada de eso ha condicionado la prestación pública que ofrece el centro, ni ha cambiado la atención que recibe el usuario. De hecho, muchos de esos servicios, meramente funcionales, ya eran prestados por empresas externas.

Donde sí está ganando terreno muy rápidamente la sanidad privada es fuera del Hospital. En una región donde la sanidad pública es un auténtico tótem, por el enorme prestigio de Valdecilla, la privada tenía poco que rascar, pero esa realidad está cambiando muy deprisa en los últimos años y ya representa el 25,6% del gasto sanitario total. Los tres hospitales privados de la región gestionan el 18,7% de las intervenciones quirúrgicas, un ejemplo del papel, cada vez más importante, que tienen en la atención sanitaria de la comunidad​.

Competir con un mastodonte como Valdecilla es muy difícil y la medicina privada parecía resignarse a un papel secundario (procesos de menor gravedad o con escasas necesidades tecnológicas) pero, a medida que entran los grandes grupos en este mercado local y aparecen nuevas clínicas muy especializadas, esa línea se desdibuja. El sector sanitario privado no solo cuenta con 653 camas hospitalarias, el 18% de todas las existentes, sino que también dispone del 25% de los aceleradores de partículas y el 17% de las resonancias magnéticas.

El ‘Observatorio del sector sanitario privado 2024’, de la Fundación IDIS, indica que 69.672 personas cuentan con un seguro privado en Cantabria, lo que supone un incremento del 15,3% en los cinco últimos años y del 22,7% en el volumen de primas que, no obstante, apenas suponen el 0,6% del mercado nacional, la mitad de lo que correspondería por población.

Navarra y Cantabria siguen teniendo la menor penetración de los seguros médicos privados del país, al cubrir al 11,2% y al 11,8% de la población, respectivamente. Unos porcentajes que aún están a enorme distancia de los alcanzados en Madrid (el 38,7% de las familias tiene un seguro), Cataluña (el 32,4%) o Baleares (el 30,9%) pero la distancia se acorta año tras año, en buena parte por la progresiva demora de las consultas de la pública, con esperas que, en el caso de Cantabria ya están entre las más altas del país.

El trozo público de la ‘tarta’ también se reparte

Esa foto de los seguros no es representativa de todo lo que mueve la sanidad privada, dado que no incluye el gasto en médicos particulares que no están en un seguro, el de los mutualistas y, sobre todo, a aquella parte de la tarta del sector público que se deriva al privado por falta de medios para atenderlo, o porque le resulta más caro hacerlo por sí mismo, como puede ocurrir con las diálisis.    

El Servicio Cántabro de Salud convocó a finales del pasado año un concurso por importe de 35 millones de euros para derivar a hospitales privados de la región parte de los procesos quirúrgicos durante dos años, y agilizar así sus listas de espera, algo que ya se venía haciendo en centros de fuera de la región. Después de descartar a la Mutua por incompatibilidad, se dejó en manos del Hospital Santa Clotilde el encargo de operar la mayoría de los pacientes remitidos desde los servicios de Traumatología y Ortopedia, por lo que cobrará 11 millones, además de los pacientes enviados desde Cirugía General y Oftalmología.

Por su parte, Quirón se hará cargo del otro 20% de las operaciones remitidas por Traumatología y de las intervenciones menores de Urología y Cirugía Vascular.

Nuevas instalaciones de Quirón Prevención (en los bajos del Casino, en El Sardinero) y el Hospital Mompía (en la calle Castilla y plaza del Progreso).

Muchas diferencias entre regiones

Lo que ocurre en Cantabria no es muy diferente a lo que sucede en el resto del país. La sanidad privada está ganando peso en toda España, aunque hay diferencias sustanciales entre las comunidades autónomas, con una penetración mucho más alta en las que tienen una renta más elevada y en Canarias, donde es muy alto el porcentaje de población extranjera. Coincide con lo lugares donde la medicina pública tiene una percepción de calidad más baja, pero también influyen los convenios que hace cada región con clínicas, hospitales y consultorios privados.

El 11,8% de los cántabros disponen de un seguro de salud privado, la tasa más baja del país

En términos generales, el gasto sanitario privado en España (incluyendo el gasto directo de los hogares y el de seguros privados) representa un 26,7% del gasto sanitario total del país, un indicativo de la creciente importancia que ha adquirido, si se tienen en cuenta las enormes cifras que mueve la atención sanitaria. En Cantabria necesita unos 1.500 millones de euros al año, entre la consignación pública (1.124 millones presupuestados y al menos otros 100 que es necesario aportar cada año de otras consejerías) y los más de 250 millones que facturaba el sector privado en 2022 (hoy probablemente supere los 300).

Un siglo de historia

La sanidad privada en España tiene raíces históricas que se remontan a las mutualidades y seguros privados que surgieron a principios del siglo XX. Sin embargo, su desarrollo moderno comenzó a tomar forma a finales del siglo XX, cuando se creó el Sistema Nacional de Salud (SNS), tras la aprobación de la Ley General de Sanidad, en 1986. Esta ley garantizaba la cobertura sanitaria universal para todos los ciudadanos, financiada a través de los impuestos generales, lo que consolidó a la sanidad pública como el principal proveedor de atención médica en el país.

A pesar de este avance en la sanidad pública, el sector privado continuó existiendo, debido a la demanda de ciertos servicios especializados, tiempos de espera más cortos y una mayor personalización en la atención.

Hay otros factores que pueden explicar el fuerte crecimiento de la sanidad privada en España durante las dos últimas décadas, como el envejecimiento de la población. El aumento en la esperanza de vida y la mayor prevalencia de enfermedades crónicas ha incrementado la demanda de servicios sanitarios, lo que ha puesto presión sobre el sistema público. En este contexto, la sanidad privada ha asumido un rol complementario, ayudando a aliviar parte de la carga del SNS y ofreciendo alternativas a una población que busca una atención más inmediata y personalizada.

Los dermatólogos, ginecólogos y jefes de servicio son los profesionales que mejores salarios tienen en la sanidad privada.

Otro factor determinante ha sido la proliferación de seguros de salud privados. Las aseguradoras han visto una oportunidad de negocio en este campo que antes parecía un coto cerrado de la pública, y hoy en día más de 10 millones de personas en España cuentan con algún tipo de seguro de salud privado, lo que representa aproximadamente el 20% de la población. 

Muchos empleados de empresas privadas gozan de seguros médicos como parte de sus beneficios laborales, lo que también ha impulsado el crecimiento del sector.

Innovación tecnológica y digitalización

La innovación tecnológica ha sido otro de los motores que ha transformado la sanidad privada. Las nuevas tecnologías han permitido avances en el diagnóstico, el tratamiento y la gestión hospitalaria, mejorando la calidad del servicio y la experiencia del paciente. En particular, la telemedicina, la inteligencia artificial, el Big Data y las aplicaciones de salud han revolucionado la forma en que se presta la atención médica.

La pandemia del COVID-19 aceleró la adopción de la telemedicina en la sanidad privada. Las restricciones y el miedo al contagio llevaron a muchas personas a optar por consultas médicas a distancia, lo que también contribuyó a que los privados incorporasen más rápidamente estas tecnologías.

La telemedicina ha demostrado ser efectiva no solo para consultas rutinarias, sino también para el seguimiento de pacientes con enfermedades crónicas, mejorando la accesibilidad y reduciendo la sobrecarga de los centros médicos.

Por otra parte, la gestión de datos masivos (Big Data) ha permitido a las clínicas privadas facilitar una medicina más personalizada y ha optimizado los recursos al mejorar la planificación y asignación de profesionales y materiales médicos.


El auge de la medicina estética

España cuenta con más de 7.000 centros sanitarios con unidades de medicina estética.

El número de intervenciones de cirugía estética ha incrementado un 215% durante los últimos años, según un informe la Sociedad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. Este auge viene acompañado de un cambio en su público que cada vez es más joven.

España tiene ya más de 7.000 centros sanitarios que cuentan con unidades de medicina estética, más que establecimientos donde se ejerce la pediatría, la oftalmología o la traumatología. 

El aumento de la demanda tiene mucho que ver con las redes sociales, especialmente entre los más jóvenes, pero también puede atribuirse a una creciente conciencia en el cuidado de la piel y un mayor interés por la prevención. Cada vez son más los pacientes que buscan tratamientos para mantener una apariencia juvenil incluso antes de que aparezcan signos evidentes de envejecimiento. 

Los hombres ya suponen el 31% de la clientela

Otro de los factores que ha ayudado a impulsar la medicina estética son los avances médicos y científicos que no implican operaciones quirúrgicas. El hecho de no tener que pasar por quirófano ni estar unos días hospitalizado hace que mucha más gente se anime a realizarse algún tratamiento.

El informe ‘Percepción y uso de la Medicina Estética en España 2023’, de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), señala que aunque los pacientes mayoritarios continúan siendo las mujeres de entre 35 y 54 años, el mayor aumento en la demanda se produce en los jóvenes de 16 a 25 años (ya suponen un 20% de los usuarios), y entre las personas mayores de 45 años (que son el grupo mayoritario, con 38%).

Aunque la mayoría de los usuarios siguen siendo mujeres (el 69%), los hombres ya suponen el 31% de la clientela. 


Salud mental

El informe de la Fundación IDIS deja constancia de que la sanidad privada en España tiene un papel decisivo en campos como la salud mental, donde concentra el 70% de los hospitales especializados en este área y en tratamiento de toxicomanías.

También desvela que más de la mitad de las unidades de psicología clínica y psiquiatría se encuentran en hospitales privados.

Cataluña es la comunidad que cuenta con un mayor porcentaje de hospitales privados de salud mental sobre el total (91%), mientras que en Cantabria, los cuatro existentes representan el 25%de la oferta total, el menor porcentaje del país junto con la Comunidad Valenciana. 

Sueldos privados

Profesionalmente, el sector sanitario es muy numeroso, está muy especializado y es uno de los que concentra más demanda. En 2022 había en España 686.000 profesionales de la salud –de ellos, 158.000 son médicos y otros 198.000, enfermeros–, 26.000 más que un año antes, según señala la V Guía Spring Professional de Adecco. 

 Por su parte, el perfil más cotizado a nivel de remuneración es el de médico especialista en Dermatología, algo que encuentra explicación en el auge de las clínicas estéticas. Según desprende el informe, estos profesionales pueden cobrar hasta 125.000 euros al año si supera la década de experiencia en regiones como la Comunidad de Madrid, Cataluña o el País Vasco. Los perfiles con entre tres y cinco años de experiencia se quedan entre los 60.000 euros en Madrid y los 45.000 en Murcia. 

Tras los dermatólogos se sitúan los ginecólogos, que pueden llegar a percibir 100.000 euros anuales con más de diez años de experiencia. En los tres primeros perciben 50.000 euros de media.

A continuación se sitúan los jefes de servicio, que son responsables de las funciones de programación, coordinación y supervisión. Los que llevan trabajando entre tres y cinco años en este puesto, perciben un sueldo medio de 55.000 euros, aunque pueden llegar a ganar 85.000 euros anuales.

Los dermatólogos privados pueden llegar a cobrar 125.000 euros anuales

Con remuneraciones que pueden alcanzar los 70.000 euros al año en determinadas regiones, están los puestos de Médico intensivista, Médico del Trabajo y Traumatólogo. Muy de cerca, con un salario que puede superar los 67.000 euros al año, está la Dirección de Enfermería.

Las posiciones de enfermero de Ginecología y enfermero de Hospitalización llegan a los 40.000 y 37.000 euros anuales, respectivamente.

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