Budko Rugs: alfombras únicas que unen tradición rusa y modernidad

Desde Santander, Andrey Budko y Dmitry Martynov fabrican sus alfombras mediante un proceso de ‘artesanía digital’

En Rusia, las alfombras no solo visten el suelo sino también las paredes, y son un símbolo de hogar. Inspirados por esta herencia cultural y con la idea de mezclar tradición y diseño, Andrey Budko y Dmitry Martynov, dos emprendedores rusos radicados en Santander, han dado vida a Budko Rugs. Actualizando esta icónica tradición en piezas únicas, esperan hacer llegar sus alfombras a los amantes del diseño de todo el mundo.


E n Rusia y en varios países del Este, las alfombras son piezas decorativas pero también culturales. Eran vistas como una señal de prosperidad y buen gusto y resultaba relativamente habitual verlas colgadas en paredes, como si fueran obras de arte. Incluso hoy, las alfombras representan un vínculo emocional con las raíces y costumbres familiares.

El ingeniero mecánico Andrey Budko es una persona curiosa y con una vertiente artística, por lo que decidió indagar en el mundo del diseño de alfombras con el apoyo de su socio, Dmitry Martynov, experto en desarrollo de negocios. 

Los emprendedores denominan artesanía digital al proceso para fabricar sus alfombras.

Su proyecto dio los primeros pasos en Rusia, aunque por entonces era más un concepto que una empresa. En esa etapa, participaron en exhibiciones internacionales donde sus diseños comenzaron a captar la atención y ganar reconocimiento. La pandemia y, poco después, el estallido de la guerra en Ucrania alteraron por completo sus planes y les obligaron a empezar de cero muy lejos de su país. 

Andrey llegó hace un año a Santander para unirse a Dmitry, que ya residía en la ciudad, y ahora han decidido continuar su iniciativa para dar lugar a unas alfombras artesanales de diseño, fabricadas en España, aunque pensadas para venderse en toda Europa.

Tradición y modernidad

Todo en Budko Rugs es una mezcla de tradición y modernidad, desde los materiales a los propios diseños, pasando por la forma de confección. 

Tras descartar el formato habitual de alfombras rectangulares o cuadradas con el que empezaron, decidieron que sus diseños debían ser únicos y se decantaron por siluetas de animales como el leopardo, el lobo y el oso, habituales en los cuentos y, los dos últimos, especialmente representativos de la cultura popular rusa. 

En ese afán por conectar la tradición con la modernidad y el diseño, decidieron representar esos animales con patrones contemporáneos que simulen tatuajes, camuflajes o manchas de leopardo, aunando así varias tendencias. De esta forma, buscan reinventar la alfombra, convertida en una pieza de arte, que además de ser útil está perfectamente integrada en el hogar.

Los materiales también han sido elegidos con intención. Las alfombras están confeccionadas en fieltro, un material poco habitual para este tipo de productos, pero ampliamente utilizado en Rusia en artículos muy diversos, entre ellos, sus tradicionales botas. Andrey destaca que el fieltro que utilizan es 100% lana sin teñir, preservando así su autenticidad, y está adquirido en España.

La elección de hilos también ha requerido muchas pruebas, hasta optar por una combinación de polímeros y cerámica que aporta a los bordados un acabado mate y una textura única. “A cierta distancia, puede parecer que está pintado”, puntualiza Dmitry.

Artesanía digital

Gracias a la experiencia de Andrey como ingeniero de producción, han desarrollado un meticuloso proceso para elegir los materiales y las técnicas más idóneas para la fabricación de sus alfombras. A veces, con soluciones poco convencionales, como adecuar y reprogramar una maquinaria diseñada para bordar telas más finas para trabajar con materiales gruesos, como el fieltro de lana de sus alfombras. Un trabajo arduo hasta comprobar que se podía producir lo que pretendían, hacerlo con calidad y sin romper el tejido, el hilo o la maquinaria.

Su proceso de creación puede considerarse una ‘artesanía digital’, puesto que la tecnología les permite crear patrones complejos y personalizados pero la intervención humana es constante, desde el corte de las siluetas a mano hasta la adaptación del marcoen el que trabaja la bordadora para ir cosiendo cada pieza. 

Andrey y Dmitry posan en el taller de Budko Rugs, en Santander.

Aunque no sean de gran formato, las alfombras de Budko Rugs exigen unas 40 horas de trabajo, aproximadamente una semana completa de dedicación, ya que requieren alrededor de un millón de puntadas, realizadas con un cuidado excepcional para garantizar una precisión milimétrica, y se trata de diseños únicos. Este nivel de detalle convierte cada alfombra en una pieza exclusiva, impregnada de creatividad y tradición.

Todos estos factores hacen que el público al que van dirigidos sea muy concreto: diseñadores de interiores y arquitectos, que las eligen para sus encargos, o clientes finales que consideran “amantes del diseño”. 

Las alfombras se pueden adquirir a través de su cuenta de Instagram y de su página web, pero sus aspiraciones van más allá de esta venta a través de la red y este año participarán en varias ferias de diseño europeas, con la intención de darse a conocer en el sector. También esperan establecer colaboraciones estratégicas con socios en distintos países y crear una pequeña red de distribución, llevando sus exclusivas alfombras de Santander a hogares de todo el mundo.

María Quintana

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