Explorando el Castillo de Añón; entrevista sobre su transformación y legado histórico
Enclavado en el Parque Natural del Moncayo, el Castillo de Añón se presenta como una joya medieval que combina historia y modernidad. Esta fortificación del siglo XIII, construida por los Caballeros Hospitalarios de San Juan, ha sobrevivido al paso del tiempo como un testimonio del legado histórico de Aragón.
Tras una restauración meticulosa, hoy en día se ha transformado en un alojamiento rural de lujo que conserva su encanto medieval y ofrece una experiencia única a los visitantes. Con habitaciones decoradas al detalle, espacios emblemáticos como el Salón de las Armaduras y actividades que exploran la riqueza natural del entorno, el Castillo de Añón ha logrado posicionarse como un destino destacado para quienes buscan una escapada especial.
En esta entrevista, se dialoga con el comendador del castillo, Curro Fatás, para descubrir los secretos que hacen de este lugar un destino inolvidable.
¿Cómo describe la transformación del Castillo de Añón desde su origen medieval hasta su actual uso como alojamiento rural?
El Castillo de Añón de Moncayo tiene una historia fascinante. Fue construido a principios del siglo XIII por una orden de cruzados, la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén (también conocidos como Caballeros de la Orden de Malta) como fortaleza para defender la frontera del Reino de Aragón frente a Castilla. Permanecieron allí la friolera de más de 5 siglos gracias a la explotación de una productiva mina de hierro.
A pesar de abandonarlo a finales del siglo XVIII, el castillo pasó a ser residencia de estudiantes de cura y en el año 1975 fue comprado al Obispado de Tarazona por una familia que lo restauró durante más de 40 años hasta convertirlo en el hotel rural que es hoy.
¿Cuál fue el mayor desafío al convertir una fortificación histórica en un espacio moderno y acogedor para los visitantes?
Pues, imagínate, más de 8 lustros acometiendo la restauración por fases, bajo la supervisión del Departamento de Patrimonio del gobierno aragonés para dotarlo de las infraestructuras y servicios que requieren unas instalaciones del siglo XXI. La familia Serrano, que ha acometido este titánico esfuerzo, tiene un mérito tremendo por la tenacidad y el empeño que han puesto. Y yo, la suerte de estar al cargo de este precioso castillo.
¿Qué pueden esperar los huéspedes al hospedarse en las habitaciones del castillo, cada una decorada de forma única?
Dormir en un castillo de verdad no es algo que se le presenta a la gente todos los días. Y más si es un castillo que ha sido restaurado respetando su morfología original. Tenemos varios tipos de habitaciones, dobles, triples y dos suites, La Suite del Comendador y la Suite del Olvido, que eran las antiguas mazmorras del castillo. Tiene un cuarto secreto y conserva la puerta original del calabozo.
Las habitaciones tienen el mismo equipamiento que un hotel moderno: calefacción, aire acondicionado, pantallas planas de TV de 42”, baño privado, wifi gratuita, etc. Cuenta también con dos grandes salones (Salón de Los Cazadores y Salón de las Armaduras) y se puede gozar de unas espectaculares vistas desde los miradores de dos de sus torres.
También son muy celebrados nuestros desayunos caseros, ricos y abundantes, pues hacemos nuestro propio pan y nuestras propias mermeladas.
¿Qué importancia tiene para el Castillo de Añón mantener el equilibrio entre autenticidad histórica y las comodidades del siglo XXI?
Un edificio con casi mil años de antigüedad hay que estar manteniéndolo con mucho mimo, y estamos en un enclave privilegiado, a las puertas del Parque Natural del Moncayo; pero no es fácil, al ser un pueblo pequeño, que los gremios se quieran desplazar para arreglar una pequeña avería. Tenemos personal que se encarga de tener las instalaciones bien puestas al día. Así que confort y autenticidad histórica se dan perfectamente la mano en nuestro castillo.
El Salón de las Armaduras es un espacio destacado. ¿Qué significado tiene esta colección en el contexto del castillo?
El Salón de Armaduras es la niña bonita del Castillo de Añón. Es una sala muy grande, decorada con una colección de armaduras, sí, pero también de espadas, mazas, alabardas, ballestas, etc. Es también un salón emblemático en donde se realizan eventos muy singulares. Hemos tenido a verdaderos caballeros templarios, a miembros de la Masonería, hasta una boda entre una musulmana y un cristiano.
Y organizamos encuentros muy particulares. Este año tendremos 3 encuentros basados en el Colegio de Magia Hogwarths de Harry Potter. Hicimos un encuentro de fans de Juego de Tronos, que fue un exitazo. Y una vez al mes hacemos catas de vino cantadas, las Catas Cantatas, mezcla festiva de enología y de música, evento finalista del Premio a la mejor iniciativa turística del Gobierno de Aragón.
El Parque Natural del Moncayo ofrece un entorno único. ¿Qué actividades o experiencias se destacan para quienes visitan el castillo?
El Castillo de Añón está enclavado en un sitio estratégico. A menos de media hora en coche tienes un monasterio cisterciense maravilloso (el Monasterio de Veruela), el único pueblo cuyos habitantes están excomulgados y malditos por la iglesia desde el siglo XIII y en donde hubo procesos por brujería (Trasmoz). Una increíble ciudad renacentista con una catedral mudéjar única (Tarazona), la sede del famoso Ecce Homo (Borja), así como unas cuantas bodegas de riquísimos caldos de la D.O. “Campo de Borja”, el Palacio de la Condesa de Bureta.
Además, en Añón arranca el Parque Natural del Moncayo, majestuosa mole que preside el paisaje de la comarca, paraíso para senderistas y amantes de la naturaleza, y destino de muchos buscadores de setas.¿Se puede pedir más?
En su rol como comendador, ¿qué parte de la historia del castillo le gusta más compartir con los visitantes?
Todos los días hago una visita guiada gratuita al castillo y a la Iglesia románica de Santa María, construida a la par que la fortaleza y que alberga una estupendísima colección de retablos. Cuento, claro está la historia de los moradores del castillo, pero me encanta en concreto recitar una poesía del Marqués de Santillana, poeta del siglo XV que visitó Añón e intentó ligarse a una pastora de vacas, y le respondió a sus lujuriosas intenciones con un “dardo pedrero”, es decir, con una pedrada. Al menos el Marqués tenía sentido del humor.
¿Qué proyectos o iniciativas futuras están previstos para seguir destacando al Castillo de Añón como un destino turístico emblemático?
Estamos recuperando unos edificios anexos al Castillo, donde estaba el antiguo hospital y albergue, lo que permitirá aumentar el número de plazas. Y también tenemos intención de abrir una terraza con solárium y piscina. Proyectos y ganas de hacer cosas no nos faltan.
El Castillo de Añón, con su imponente presencia en el corazón del Moncayo, no solo conserva la esencia de su época medieval, sino que también ofrece una experiencia única de confort y hospitalidad en pleno siglo XXI. A través de su transformación y la pasión de su equipo liderado por Curro Fatás, este castillo se ha convertido en un referente del turismo rural en Aragón.
La entrevista pone de manifiesto cómo historia, naturaleza y modernidad se entrelazan para crear recuerdos inolvidables en un entorno idílico. El Castillo de Añón invita a continuar explorando su legado y disfrutando de su hospitalidad, siendo un auténtico testimonio de cómo el pasado puede enriquecer el presente.