Ventajas de invertir en una franquicia
Los emprendedores disfrutan de muchas ventajas al invertir en una franquicia. Un modelo de negocio con menos riesgos
Muchas personas, ya sean porque están cansados de su trabajo o porque han sufrido un despido y les ha quedado un buen pellizco en concepto de indemnización y prestación por desempleo, sienten la necesidad de emprender un negocio propio. Es normal. Al fin y al cabo, proporciona mucha más flexibilidad y autonomía que cualquier empleo por cuenta ajena. Sin embargo, no siempre tienen clara cuál es la mejor opción. Por ello, aquí queremos hablar de las ventajas que para todos ellos ofrecen las franquicias.
Pero ¿qué es una franquicia?
Es lo primero que todo emprendedor debe tener claro, por ejemplo, antes de abrir una franquicia con lexpress-franchise.com. Una franquicia es un modelo de negocio en el que una empresa otorga a un trabajador autónomo o a una sociedad el derecho de operar bajo su marca en el lugar que desee.
Como es obvio, cuando el propietario del negocio cede este derecho de uso, también le permite usar el nombre de su negocio y sus sistemas informáticos, así como ofrecer al público sus productos o servicios. A cambio, el franquiciado se encarga de abonar una cuantía inicial y, por norma general, una cuota mensual, que puede ser establecida de antemano o suponer un porcentaje de las ventas.
Principales ventajas de invertir en una franquicia
Una vez aclarado el punto anterior, llega el momento de describir todas y cada una de las ventajas que ofrece este modelo de negocio para todos los emprendedores.
Usar una marca consolidada
El emprendedor no tiene que preocuparse de construir una imagen de marca y de hacerla llegar a su público objetivo, puesto que ese trabajo ya lo hizo en el pasado el dueño del negocio. Es decir, ya cuenta con una posición importante en el mercado, lo que permite acceder a clientes mucho más rápido y fácil.
Es un modelo que funciona
Siempre que un emprendedor abre un negocio, por muy bueno que haya sido el estudio de mercado que realizó anteriormente, es imposible saber si triunfará o no. Sin embargo, con una franquicia la historia es otra, ya que esa marca cosechó el éxito anteriormente. Además, pone a su disposición estrategias de marketing que ya funcionaron en el pasado, por lo que el riesgo se reduce de forma muy sustancial.
Capacitación muy rápida
Los franquiciadores ofrecen su apoyo durante las fases iniciales del proyecto, lo que implica formar tanto al emprendedor como a quienes vayan a trabajar para él. Hablamos, por ejemplo, del marketing, las finanzas, la gestión o la operativa del día a día.
Esto es debido también a que la empresa pone a disposición del franquiciado todos los recursos y redes que tiene a su disposición, de modo que el modelo de negocio sea imposible de diferenciar del original.
Mucho menos riesgo de quiebra
Todas las inversiones están sujetas a un determinado porcentaje de riesgo, aunque en este caso es menor. No solo porque se trate de un modelo que funciona, como dijimos antes. También porque las empresas que ofrecen esta posibilidad ponen a su disposición opciones de financiación mucho más beneficiosas que las que se pueden obtener por las vías convencionales.
Pero hay otro aspecto importante que destacar en este sentido. Hablamos, cómo no, de la exclusividad territorial. Esto implica que cada franquiciado tendrá el derecho a explotar una determinada área, que puede ser un barrio o incluso una ciudad, según el caso. Es decir, no va a abrir otro negocio de la misma marca justo al lado, lo que siempre permitirá mantener más fácilmente a los clientes consolidados.
Otras ventajas
Por si todo lo dicho anteriormente fuera poco, el franquiciado disfruta de la misma flexibilidad que si fuese su propio negocio, pudiendo abrir y cerrar cuando le venga bien. Además, se beneficiará de poder comprar los productos a precios más ajustados y de contar con la asesoría profesional que necesita en cualquier momento.
¿Hay alguna desventaja?
Evidentemente, el disfrute de todas las ventajas para los emprendedores que hemos descrito anteriormente tiene también una contraprestación. Por norma general, el coste inicial a pagar es más elevado que si se fuese a fundar un negocio desde cero y, además, los locales deben cumplir con las exigencias que impone la empresa franquiciadora.
Por su parte, el éxito del franquiciado siempre dependerá del éxito del franquiciador, al cual deberá abonar pagos recurrentes para seguir usando su marca. Aun así, sabemos por experiencia propia y por la de miles de personas que apuestan por este modelo de negocio que las ventajas superan a los contras con creces.
Dicho esto, llega el momento de pensar muy bien cuál es la empresa ideal para poner una franquicia, lo que debe hacerse siempre en función de los conocimientos del futuro franquiciado. También hay que contar con una plataforma de intermediación que aporte seguridad jurídica y confianza. De este modo, las posibilidades de éxito crecerán como la espuma.