El método probado para conservar el cabello durante la quimioterapia, y que pocos pacientes conocen

Cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer, su mundo cambia por completo. La prioridad es clara: vencer la enfermedad, pero hay un efecto secundario que muchas veces se pasa por alto y que puede afectar profundamente la autoestima del paciente: la caída del cabello.

Para muchos, mirarse al espejo y no reconocerse es un golpe emocional tan duro como la propia enfermedad. Sin embargo, lo que casi nadie sabe es que la alopecia inducida por quimioterapia es evitable. Existe una solución eficaz, aprobada por la FDA y respaldada por estudios científicos: el enfriamiento capilar.

Cómo funciona el enfriamiento capilar

Este método consiste en enfriar el cuero cabelludo para reducir el flujo sanguíneo a los folículos pilosos, minimizando la cantidad de quimioterapia que llega a la raíz del cabello. Se ha utilizado durante más de 50 años en hospitales de todo el mundo con resultados sorprendentes.

¿Por qué los médicos no lo recomiendan más?

No porque no les importe, sino porque su prioridad es curar el cáncer, no los efectos secundarios. El enfoque clínico está puesto en la enfermedad, y cuestiones como la alopecia quedan en un segundo plano. Sin embargo, el estado emocional del paciente es clave en su recuperación.

Kate Middleton y el enfriamiento capilar

Un ejemplo de que esta técnica funciona es Kate Middleton, quien ha utilizado enfriamiento capilar durante su tratamiento. Aunque en su caso se ha mencionado el uso de sistemas con máquina, muchos pacientes optan por alternativas más eficaces y accesibles, como los gorros fríos manuales.

Beneficios de los gorros de enfriamiento capilar

Los sistemas como Criobella permiten:

Movilidad total: la persona puede caminar, ir al baño y moverse con libertad durante la quimioterapia.

Uso prolongado: se puede seguir con el enfriamiento en casa para aumentar su eficacia.

Menos cambios de gorro: gracias a su gel patentado, mantiene la temperatura óptima durante más tiempo.

Mayor ajuste y comodidad: se adapta mejor a la cabeza, asegurando un enfriamiento uniforme.

Un precio mucho más económico: la persona no necesita depender de costosos equipos ni pagar por cada sesión en el hospital.

Después de cuatro años de investigación, Criobella ha desarrollado uno de los gorros más eficientes, cómodos y accesibles del mercado.

Afrontar el tratamiento sin renunciar a la imagen y autoestima

La quimioterapia es un desafío, pero perder el cabello no tiene por qué ser inevitable. Con las herramientas adecuadas, es posible afrontar el tratamiento sin que la persona deba renunciar a su imagen y autoestima.

Quienes desean saber más sobre cómo funciona este procedimiento, tienen la posibilidad de visitar www.criobella.com.

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