Nueva Castilla levanta otra planta de puertas metálicas en Reinosa
Desde su invención hace casi medio siglo, la fabricación de las puertas basculantes prácticamente ha sido monopolizada por empresas cántabras, que supieron intuir el éxito comercial que este sistema iba a tener tanto en el cerramiento de naves industriales como en los garajes domésticos.
Esta hegemonía de Cantabria en la fabricación de puertas metálicas se va a ver reforzada con la entrada en funcionamiento de unos nuevos talleres en Reinosa, propiedad de Puertas Nueva Castilla, una de las empresas clásicas del sector, cuyos pedidos desbordan la capacidad de su planta de Polanco.
Para aprovechar una situación de mercado tan favorable era necesaria una respuesta rápida y la carencia de suelo industrial urbanizado que sigue padeciendo Cantabria no facilitaba las cosas. No hace demasiado tiempo otra empresa del sector, Roper, optó por Aguilar de Campoo para instalar una nueva planta.
En realidad, en Cantabria sí que hay un polígono disponible, el que se levantó hace ya década y media en Reinosa. Allí ha estado todo este tiempo esperando su oportunidad y parece que ha llegado ahora.
Puertas Nueva Castilla podía adquirir allí los 20.000 m2 de suelo que necesitaba y levantar la nave antes de que se pasase la euforia que vive su mercado que nadie sabe si se mantendrá por mucho tiempo. Un espacio disponible y a un precio muy atractivo, ya que las tarifas aplicadas por su promotor –la empresa pública SEPES–, si algún día fueron consideradas caras, hoy son muy competitivas con respecto a las de cualquier otro suelo industrial y, además, tienen una fuerte subvención del Gobierno de Cantabria y exenciones municipales destinadas a favorecer los asentamientos industriales en la comarca.
Estas circunstancias han conseguido cambiar la imagen desolada que ofrecía el polígono y los reinosanos pronto acabarán por verlo lleno, algo que llegaron a dudar con fundamento.
Desdoble
Aunque la estructura de la nave de Nueva Castilla se ha levantado con gran rapidez, la cimentación ha requerido un laborioso trabajo previo para limpiar el terreno de las escorias procedentes de la fundición de la Naval, que allí se vertieron durante muchos años, y que al no haberse retirado al urbanizar el polígono, han provocado un quebradero de cabeza permanente.
Los talleres de Nueva Castilla ocuparán inicialmente 5.000 m2, pero se construyen pensando ya en una ampliación que duplicaría la superficie útil. En ese caso, se aproximaría a las dimensiones de la planta matriz en Mar (Polanco).
Al contar con dos centros de producción, la compañía podrá separar las líneas de fabricación. La planta de Reinosa se va a especializar en dos de los modelos de mayor valor añadido: las puertas seccionales –que se recogen sobre guías situadas en el techo y cuya penetración en el mercado residencial es cada día mayor– y las puertas de apertura y cerrado rápidos, empleadas en aquellas industrias que precisan separar departamentos para evitar la contaminación o la alteración de la temperatura.
En la planta de Polanco se continuarán fabricando las tradicionales puertas ple-leva, las basculantes, las de guillotina y las correderas.
La puesta en marcha de la factoría de Reinosa, probablemente a finales de noviembre, la realizarán los trabajadores que se ocupan de la fabricación de puertas seccionales y rápidas en Polanco. Sin embargo, la intención es que este personal vuelva a su lugar de procedencia y vaya siendo sustituido progresivamente por trabajadores de la propia Reinosa, lo que será una buena noticia para una comarca necesitada de empleos industriales. Cuando esté a pleno rendimiento, la nueva planta necesitará entre 25 y 30 trabajadores.
El reforzamiento en la capacidad de fabricación de puertas seccionales –las que mayor precio alcanzan en el mercado– va a situar a Nueva Castilla en condiciones de duplicar su facturación, hasta alcanzar los 25 millones de euros. La empresa calcula que podría producir a corto plazo seis mil de estas puertas al año y unas seiscientas rápidas. Unas cifras relevantes, pero muy alejadas todavía de sus producciones en modelos tradicionales, como la puerta ple-leva (plegar y elevar), de la que anualmente produce unas 20.000 unidades.
Europa como objetivo
Este sencillo modelo, que revolucionó en su día los sistemas de cerramiento de garajes y naves desplazando a las puertas correderas y batientes, puede ser todavía el vehículo para conquistar el mercado europeo. Este diseño no se adaptaba a la normativa europea, por una supuesta inseguridad y las ple-leva sólo podían fabricarse en España. Sin embargo, la publicación en mayo del pasado año de una norma UNE que regula las características y exigencias de seguridad que debe cumplir ese modelo ha abierto el camino para que pueda ser difundida en otros países europeos.
Nueva Castilla ya ha introducido los cambios oportunos en el diseño, instalando juntas de goma perimetrales para amortiguar cualquier contacto, nuevos herrajes de cuelgue y guías, así como un dispositivo de seguridad anticaída. De esta forma, ha conseguido homologar su modelo y obtener la marca CE, lo que significa que podrá ir con su producto a mercados hasta ahora inaccesibles. Y la puerta ple-leva no parece dispuesta a rendirse ante los nuevos modelos. Además de resultar más barata que cualquier otro tipo de cerramiento, tiene unas características funcionales que explican su éxito en nuestro país. Una de ellas es la simplicidad para su instalación ya que, a diferencia de las seccionales que se recogen en el techo de la nave o garaje, sólo necesitan un hueco de obra. Esto evita los problemas que a menudo plantea la existencia de bajantes de agua, tuberías o conducciones eléctricas.
“Hemos conseguido hacer una puerta muy competitiva que nos permite pensar en salir a otros países de Europa, además de Francia o Portugal donde ya tenemos desde hace tiempo delegaciones”, anuncia Santiago González, director comercial de Puertas Nueva Castilla.
Los nuevos talleres de Reinosa, en los que la empresa va a invertir cuatro millones de euros, responden a esas expectativas tanto del mercado nacional como del internacional, pero puede que sean sólo un paso de un camino más ambicioso, porque Nueva Castilla ha adquirido también dos naves, en Sevilla y Madrid. Aunque, de momento, servirán para facilitar la distribución, cualquiera de ellas es susceptible de ser transformada en plantas de fabricación si el mercado de puertas metálicas mantiene el dinamismo actual.