Confidencial

OLABARRIETA GANA EL JUICIO POR DESPIDO

Pedro Olabarrieta, que fuera director general de Mecobusa y Fundimotor, las dos empresas del grupo Nissan en Cantabria, ha ganado el juicio contra la compañía, que le despidió cinco días antes de su jubilación. La Sala de lo Social del Tribunal Supremo no ha admitido el recurso de casación que presentó Nissan y da por definitiva la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, que encontraba motivos para retirarle la confianza pero no para el despido, al entender que las actuaciones imputadas eran conocidas por la empresa y tácitamente aceptadas.
A raíz de unas denuncias anónimas, Nissan contrató a un detective privado para seguir a Olabarrieta durante el otoño de 2004. Con los datos aportados por la investigación, le presentó la carta de despido y se registró su despacho en presencia de los miembros del comité de empresa. La compañía acusaba al director general de gastos y de contratos con empresas de la zona que, a su juicio, transgredían la buena fe y superaban los límites de la confianza otorgada.
Sin embargo, la sentencia ahora ratificada estimaba que parte de los actos imputados (gastos en comidas o particulares) no tienen un monto significativo para justificar el despido, ni siquiera en la situación de fuertes restricciones que había ordenado el grupo ante las pérdidas de su filial cántabra, y el resto de las acusaciones no están suficientemente probadas. El fallo señala los gastos eran perfectamente conocidos (el control contable estaba en Barcelona), por lo que se entienden aceptados por el consejo de administración.
Al ser ratificada la improcedencia del despido, la multinacional japonesa tendrá que pagar a Olabarrieta una indemnización superior a los cien millones de pesetas.
El despido de Olabarrieta a finales de 2004 causó una gran conmoción en Los Corrales, dado que el director general había sido homenajeado reiteradamente por su contribución a la continuidad de las fábricas cuando parecían abocadas a la desaparición.
En la actualidad, Olabarrieta dirige una fundición de aluminios en el País Vasco.

EL RECTOR QUE TRABAJO EN LA MINA

El nuevo rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, no va a necesitar ir a la Cueva del Soplao como turista. Este catedrático de Geología, que ha sido Secretario de Estado de Universidades y ha tenido numerosos cargos académicos, trabajó como geólogo de AZSA en Reocín y en la mina de La Florida en los años 70, por lo que conoce muy bien el terreno. El destino le ha devuelto a Cantabria, pero por una ruta muy distinta.

reckitt busca recolocar parte de su plantilla en cantabria

El cierre de la planta de detergentes y productos de higiene que la internacional británica Reckitt Benckiser tenía en Güeñes (Vizcaya) ha dejado sin resolver el destino laboral de 135 trabajadores, para los que se están buscando soluciones en empresas de Cantabria.
Una firma especializada en recolocaciones, MOA, busca en la zona oriental de la región industrias capaces de absorber parte de esos trabajadores, a cambio de compartir los gastos. En el acuerdo al que ha llegado con Reckitt se fija un plazo de seis meses para lograr la recolocación.
Se da la circunstancia de que una parte de la plantilla de Güeñes procedía de Cantabria, ya que la multinacional fabricante de Calgonit, Calgón, Airwick, Veet, Woolite, Flor o Coral tenía una fábrica cerca de Limpias, que cerró en los años 90.

LA UNION MANTIENE CONTACTOS CON CIUTADANS

El nuevo partido cántabro La Unión, que propugna el regeneracionismo político y un estrechamiento de las relaciones con Castilla y León, mantiene contactos con Ciutadans de Cataluña, la formación que sorprendió a todos al lograr tres escaños en el Parlamento de aquella comunidad autónoma. Ciutadans aún está digiriendo el éxito y tiene más propuestas para presentarse en otras regiones que seguridades en la conveniencia de extender su fórmula. La relación con La Unión, en cualquier caso, no parece que vaya a pasar de una mera colaboración.

OLEADA DE AYUDAS
PARA LAS INDUSTRIAS

La Consejería de Industria prepara una oleada de ayudas dirigidas a las empresas cántabras, cuya convocatoria se hará pública en breve. El apartado más importante lo forma un nuevo programa para incentivar la inversión en las industrias, que sustituye al antiguo IRIS. Se trata de ocho millones de euros para apoyar inversiones que oscilen entre los 150.000 euros y los tres millones y vayan dirigidas a la producción o a la mejora medioambiental. Otra partida significativa irá destinada a modernizar la gestión de las pymes y su tecnología o para que implanten sistemas de calidad y medioambientales.

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