La Ciencia al Dia

Mejoras en la fabricación de zapatos

En el proceso de fabricación de calzado, el desbastado de suelas y tacones se hace de forma manual y produce mucho polvo, originado por los materiales utilizados, ya sea cuero o elementos sintéticos.
Para solucionar este problema se ha creado un nuevo proceso industrial en un ambiente totalmente cerrado y apartado del lugar de trabajo en el están los operarios. Además, se ha desarrollado una técnica alternativa de preparación de las superficies, por medio de un chorro controlado de áridos que puede seguirse a través de sensores ópticos, lo que permite corregir sobre la marcha la posición y la cantidad de material necesario para llevar a cabo la operación.

Solución a las aguas residuales

Un empresa checa ha conseguido desarrollar un tratamiento superficial portátil de aguas residuales para atajar el problema de la contaminación en las ciudades costeras.
El sistema se puede transportar y adaptar a los canales o tuberías del lugar en cuestión de días y recoge esas aguas residuales, que de otra manera iban a acabar en el mar, almacenándolas en un depósito en el que caben algo más de 3.000 metros cúbicos.
Su funcionamiento se divide en varias fases: la primera es de tratamiento mecánico y consiste en la separación de los elementos macroscópicos y la grasa; la segunda fase es biológica y trata las partes orgánicas, nitrogenadas y el fósforo de la basura urbana; en la tercera etapa se filtra el agua y en la última se gestionan los lodos resultantes.

Control remoto cerebral

Se han conseguido establecer conexiones bidireccionales entre las neuronas del cerebro y aparatos externos partiendo de las propiedades plásticas de este órgano, una singular característica que hace a nuestro sistema neuronal extraordinariamente adaptable al entorno, lo que resulta ideal, si se puede aprovechar, para controlar las propiedades sensomotoras de un robot. Algo de auténtico vértigo si lo pensamos bien.
La conexión directa entre el cerebro humano y cualquier aparato externo se produce en tiempo real, valiéndose de la adaptación de un sistema de retroalimentación que aprovecha esas cualidades para el control. Un conjunto de sensores consiguen canalizar simulaciones hacia las redes neuronales que las reconocen y transforman en movimiento. Un paso muy importante para llegar al control de las máquinas directamente desde el cerebro.

El sol, como combustible químico

La química puede servir para almacenar y transportar la energía solar. El concepto es ciertamente revolucionario y consiste en la reducción del mineral de óxido de zinc con material carbónico por medio de radiación solar concentrada.
La energía solar, obtenida gracias a un sistema de paneles y espejos, se acumula en el zinc y se puede recuperar de dos maneras: en forma de electricidad, a través de unas células de combustible de zinc, o con la producción de hidrógeno, por medio de vapor de agua.
En cualquier caso, puede volver a obtenerse zinc puro con emisiones de CO2 muy pequeñas si se compara con los procedimientos convencionales actuales, a base de combustibles fósiles.

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