La Autovía del Agua aflora en Ruente
Al igual que ocurre con las grandes obras de saneamiento que se están realizando en la región, una vez que se tapen las zanjas, apenas quedará constancia visible de la Autovía del Agua, esa inmensa tubería de 160 kilómetros que unirá todas las cuencas de Cantabria por el borde costero. Sólo las estaciones de tratamiento nos recordarán este costosísimo proyecto que intentará solucionar de una vez por todas los problemas de abastecimiento de agua en verano.
Cuatro son las Estaciones de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) que jalonan el recorrido de esa larga tubería y están situadas en Guriezo, Ruente, Ruiloba y Unquera (Deva), la única que está todavía en construcción.
La última en entrar en servicio ha sido la planta del Saja, en Ruente, en la que la Consejería de Medio Ambiente ha invertido 2,4 millones de euros y que tiene la forma de una gran casona rural.
Evitar el impacto visual
La ETAP de Ruente se asienta en la cabecera de la Ruta de los Foramontanos, una comarca sembrada de construcciones rurales levantadas con piedra, ladrillo visto o madera y con cubiertas de teja árabe a dos o cuatro aguas.
Integrar en un solo edificio componentes de tan gran tamaño como los que necesita una potabilizadora no es fácil. Por ejemplo, el decantador precisa de un recinto de 300 m2 de superficie y siete metros de altura y los filtros ocupan 100 m2 y tienen tres metros de alto. También son imprescindibles dos grandes depósitos de hormigón armado. No obstante, para minimizar el impacto visual que causaría cada uno de estos elementos por separado, se ha realizado un esfuerzo de diseño incluyendo la mayoría en un solo edificio y soterrando las instalaciones de más difícil integración.
El edificio tiene tres cuerpos. Uno de ellos alberga el transformador, que suministra energía eléctrica a la planta, y la oficina. Los otros dos van ocupados por el laboratorio y por el cuadro de control de la potabilizadora.
Los elementos arquitectónicos típicos de la zona se han concentrado en el cuerpo central, que cuenta con un porche en su planta baja y un balcón en la superior. El porche está adornado con un friso de azulejos con una alegoría del agua.
Los artesonados de madera y teja, los revestimientos en piedra y los paramentos revocados y pintados en blanco contrastan con la carpintería de pino oregón de ventanas y galería. Todos los elementos ponen de manifiesto el cuidado estético con que se han diseñado estas instalaciones, que va mucho más allá de su mera funcionalidad. El autor del proyecto, Fernando de Félix Prellezo, es un ingeniero al que se deben obras hidráulicas similares en otros puntos de la región, como las ETAPs de Vega de Liébana, Camaleño y Astillero-Villaescusa.
Aprovechando la cubierta del depósito de recuperación se ha construido un estanque para peces, cuya supervivencia servirá como un primer elemento de control del agua bruta que se va a utilizar para el abastecimiento.
Otro elemento singular es una noria, un sistema hidráulico del pasado que, además de agitar y oxigenar ligeramente el agua del estanque, sirve como elemento decorativo en la campa de acceso a la ETAP.
En el sistema de abastecimiento del agua que llega a la potabilizadora, también tiene interés la obra de captación subterránea ejecutada en la confluencia de los ríos Saja-Bayones-Fuentona, realizada tres metros por debajo del lecho, mediante cilindros de cinco y tres metros de diámetro, construidos en chapa perforada galvanizada.
Agua para seis municipios
La potabilizadora aportará 150 litros por segundo de caudal y abastecerá a los municipios de Alfoz de Lloredo, Cabezón de la Sal, Mazcuerras, Reocín, Ruente y Udías.
La línea de tratamiento comienza con la precloración, el ajuste del Ph y la floculación del agua bruta. A continuación, el agua pasa a un decantador clarificador de flujo vertical, donde sedimenta. El agua clara sale por los canalillos superiores para dirigirse al filtrado.
Una vez superado este penúltimo tratamiento, el agua pasa al depósito regulador del abastecimiento, donde se esterilizará (poscloración) nuevamente antes de su distribución, que se ayuda con las bombas instaladas a la salida de la ETAP hacia las redes de abastecimiento de los municipios a los que presta servicio.
La Autovía del Agua para 2011
Construcciones como la realizada en la estación depuradora de Ruente son pequeños hitos en el proceso de ejecución de la que será la gran obra hidráulica de Cantabria, una Autovía del Agua que, cuando se concluya en el año 2011, asegurará que no vuelvan a producirse problemas de abastecimiento al menos en una generación.
El acueducto subterráneo cruzará la franja costera de un extremo a otro de la región, desde el Deva (Val de San Vicente) hasta la zona de Pando (Castro Urdiales) y sus efectos se extenderán a una franja interior de 30 kilómetros desde el litoral. Esa larguísima tubería permitirá unir todos los puntos donde haya un excedente de agua para su traslado a aquellos otros donde se necesite.
El coste va a estar a la altura de la envergadura de la obra. Serán 140 millones de euros, de los que el Estado pagará el 50%, un compromiso que se recogerá en el protocolo que se firme este mes entre el Gobierno de Cantabria y el Ministerio de Medio Ambiente. Ese dinero será parte de los 200 millones de euros del Fondo de Cohesión que el Estado decidió aportar a las obras hidráulicas en la región.